Lexa sintió como si una pluma suave recorriera su espina dorsal, estaba en ese estado donde no sabes si lo que sientes es real o estás soñando.
Una sonrisa perezosa asomó en su rostro cuando reconoció que era su realidad y no un sueño más.
Removió su rostro sobre la almohada y se abrazó a ella con más fuerza, solo quería disfrutar un poco más de esa sensación.
Giró su rostro, hacia el medio de la cama, sabía que allí estaba la mujer que, hoy, podía reconocer incluso con los ojos cerrados.
Simplemente se quedó allí, sin abrir los ojos, respirando de aquel aroma tan característico que emanaba de aquella mujer; su corazón se llenó de una sensación que hace años no experimentaba.
Un respiro de satisfacción le llenó por completo, pero no de esos que había tenido a menudo en los últimos años; este era un respiro de su corazón, de saberse tranquilo y en el lugar correcto.
* * * * * * * * * *
Clarke se despertó un poco desorientada, fue difícil abrir sus ojos y mover su cuerpo; todo en ella se sentía demasiado flojo.
Se movió lentamente y su pierna chocó con un cuerpo; sonrió.
Abrió los ojos lentamente y miró a su lado.
Allí estaba la mujer que había logrado meterse en su corazón a pesar de sus reticencias, la mujer que había roto todos sus esquemas y que había logrado hacerle sentir como ningún otro ser humano le había hecho sentir nunca.
Sonrió.
Clarke solo tenía ganas de sonreír.
Su noche había sido maravillosa, la forma en que habían conectado más allá de sus cuerpos y del acto en sí, había sido increíble.
Lexa le había dado buen sexo con anterioridad, conocía su cuerpo y lo que le gustaba; pero la noche anterior, se sintió como si hubiese sido la primera.
Y lo era de algún modo, porque era la primera vez donde las dos se entregaban algo al mismo tiempo. Un algo invisible, que solo un corazón abierto y dispuesto, podía percibir y recibir, para conectar más allá de lo físico.
Clarke solo quería que aquello que había nacido se mantuviera en el tiempo y se fortaleciera. Ella podía ver un futuro, uno con el cual nunca había soñado, uno que involucraba a alguien compartiendo su vida con ella; pero no cualquier alguien, solo Lexa.
Lexa dormía boca abajo con sus brazos abrazados a la almohada y su rostro ladeado hacia el lado contrario.
Clarke respiró profundo tras sus pensamientos y se pudo de lado, apoyó la cabeza en su mano, y su mirada recorrió la espalda de Lexa que estaba al descubierto, la sabana solo cubría parte de su trasero.
Se lamió los labios ante la imagen.
Había sentido aquel cuerpo sobre el suyo y había sido asombro.
Si cerraba los ojos podía repetirlo en su mente, incluso volver a sentirlo; el calor y la humedad mezclada de sus sexos, se había sentido único e increíble, y quería volver a repetirlo una y mil veces más.
Observó a lo largo de toda la columna vertebral hasta el coxis, quería pasar sus yemas de arriba abajo y volver a sentir el tacto de su piel; se sonrió ante el pensamiento.
Hasta ayer, tocar a Lexa había sido todo un tema; no porque no quisiera, sino porque no sabía cómo y tenía miedo de no ser suficiente.
Al principio, cuando todo eso de cruzar la línea se había iniciado, había pensado que tocar a el cuerpo de Lexa sería algo así como tocarse a sí misma y le parecía un poco extraño; por muy estúpido que aquel pensamiento pareciera.
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Despertar
RomanceClarke y Lexa, dos mujeres muy diferentes. ¿Cómo pueden sus vidas comenzar a entrelazarse? **Historia completa**