Martes
(Día 5)—¿Tú no piensas levantarte? —dijo Lexa y se dejó caer en la cama junto a Clarke, imitando su posición; quien estaba boca arriba, mirado el cielo por el tragaluz.
—Dijiste que hoy no haríamos nada y es lo que estoy haciendo.
—Son las cinco de la tarde, ¿No crees que podrías al menos moverte un poquito, para que esas bellas piernas no se atrofien?
—Mmm, nop... ayer ya tuve suficiente desgaste.
—Es cierto, pero nunca se puede tener suficiente de eso —sonrío con picardía, aludiendo a la noche anterior.
—Créeme que me lo pensaré dos veces si alguna vez te acompaño nuevamente a hacer trekking. Fue una linda experiencia y todo, pero no estoy hecha para ese tipo de cosas, fue agotador.
—Por supuesto, eso es agotador. —Le hizo gracia que su amiga no entendiera la broma, pero no insistió—. Entonces, ¿Saldremos esta noche?
Clarke se movió, para cambiar su posición más cerca de Lexa, buscando inconscientemente sus atenciones.
Se cruzó en medio de la cama y dejó descansar su cabeza sobre el abdomen de su amiga; por inercia la castaña comenzó a acariciar su cabeza.
—Mmm, no sé —le respondió completamente perdida.
—¿Y quién sabe? —bromeó ante su ambigua respuesta.
—Mmm —murmuró sin saber que decir.
—¿Podrás formular alguna palabra con sentido, o el Mmm es todo lo que obtendré? —Sonrió mientras hablaba.
—¿Mumjum? —Lexa se rio de la onomatopeya utilizada y dejó de acariciar su cabeza para que reaccionará—. Noo —se quejó la rubia.
—Me lo pensaré si continúo, porque pierdes toda capacidad cognitiva cuando te hago cariño... parece que estuviera hablando sola.
—Continúa... porfa —miró hacia su amiga y colocó cara de tristeza—, me gusta cuando me haces cariño en la cabeza, me relajo... prometo que intentaré comportarme.
—Te tengo mal acostumbrada, eso es lo que pasa. —Lexa retomó lo que hacía sin ninguna complicación; le encantaba cualquier forma de cercanía con su amiga.
—Quedémonos un momento más aquí —respondió tardíamente, Clarke—. Después vemos si hay algún bar abierto, olvide que era día de semana.
—Por eso no te preocupes. Estamos en una ciudad pequeña pero bastante bohemia... aquí que los bares siempre están abiertos —le explicó Lexa.
—Okey —respondió escuetamente y suspiró profundo.
Se quedaron disfrutando de la compañía mutua, en un cómodo silencio.
Lexa se sonrió ante lo bien que se sentía todo, porque, después de lo sucedido la noche anterior, había pensado que el despertar de su amiga sería incómodo o estaría más reacia a su cercanía; sin embargo, las incomodidades no habían existido.
Clarke, a pesar de que, la noche anterior habían compartido un nivel de intimidad mucho más profundo e íntimo que el domingo, donde se había sentido más expuesta y avergonzada, se sentía más tranquila y no comprendía muy bien por qué.
Quizás la diferencia radicaba en que hoy se sentía en igualdad de condiciones, porque la noche anterior había sido un momento compartido por ambas y propiciado, a conciencia, para darse placer mutuo; a diferencia del domingo, que sintió que se había aprovechado de su amistad.
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Despertar
RomansaClarke y Lexa, dos mujeres muy diferentes. ¿Cómo pueden sus vidas comenzar a entrelazarse? **Historia completa**