Clarke no había pensado demasiado en lo que podría significar que sus padres no estuviesen de acuerdo con la forma que tenía de ver la vida actualmente y el cómo quería vivirla.
Estaba segura que nada le haría cambiar de opinión respecto a lo que sentía por Lexa y lo que quería para su futuro; pero no había estado preparada para sentir la tristeza que le había provocado el rotundo cierre de sus padres a quien era ella hoy en día.
Había pasado un tiempo desde que los había visitado y a pesar de que había tenido mucho en que ocuparse y preocuparse, todavía no podía dejar atrás aquella sensación de vacío y soledad que había quedado en inmersa en su interior.
Sus padres nunca habían sido de demostraciones afectivas, pero siempre se había sentido apoyada y querida por ellos, incluso los sintió cercanos a su manera; hoy, por primera vez, los sintió real y verdaderamente lejos.
Clarke, desde un principio había sabido que para sus padres no iba ser fácil de comprender, aceptar o incluso asimilar bien, la noticia que les tenía; sobre todo para su padre, que tenía una forma obtusa y cerrada de pensar.
"Ni tu madre, ni yo, aceptaremos, ni avalaremos, tu desviación."
Su padre había sido directo y duro, pero había esperado un poco más de su madre; sin embargo, se sorprendió cuando con su silencio y su actitud pasiva avaló todas las palabras de su padre.
"Si no dejas atrás aquella absurda idea y no vuelves a tus cabales, ya no serás parte de esta familia; porque quien está frente a mí, no es a quien crie y eduqué."
Las palabras de su padre todavía se sentían como metralla incrustada en su corazón, habían salido sin pausa y sin descanso; le dolía profundamente que aquellas personas, que decían amarla, no pudieran aceptarla tal cual era.
Había deseado que se dieran la oportunidad de conocer a la mujer que era hoy en día, sin embargo, la realidad fue diferente; su padre había sido implacablemente duro en su opinión y totalmente invariable en su decisión.
Aquellas palabras se habían sentido como un duro golpe al corazón, que le habían dejado entumecida y perdida.
"Ya no eres bienvenida aquí, quiero que te vayas y no regreses."
El tiempo se había detenido cuando aquellas últimas palabras habían salido de la boca de su padre; el dolor y la tristeza le habían engullido hasta dejarla sin reacción.
Para cuando logró salir de su estupor y quiso decir algo, sus padres ya no estaban frente a ella; le habían dejado sola, en medio de una sala estar vacía y silenciosa, absolutamente confundida y perdida. El dolor que sintió fue profundo, ni siquiera le habían dado la posibilidad de su propio descargo, cierre u adiós.
Hoy cuando pensaba en lo sucedido, todavía le dolía y le entristecía; pero sabía que debía superarlo.
En algún momento se cuestionó a sí misma, a su forma de querer, de sentir y de ser, pero rápidamente se dio cuenta que no había nada de malo en ello, sino en quien no le aceptaba y le quería tal cual.
Era difícil asimilar que ya no tendría las llamadas, ni las visitas, que, aunque fueran esporádicas, siempre se sentía reconfortantes; porque, fuesen como fuesen, eran su familia, y sin importar las formas, siempre se habían amado.
—Estás muy callada —irrumpió Lexa, el denso silencio en el cual había caído Clarke, quien permanecía con la mirada perdida a través del ventanal. Lexa se acercó desde atrás y le abrazó por la cintura—. ¿Qué sucede? ¿No te gusta la vista? ¿No te gusta el lugar? —Apretó aquel abrazo y le dejó un beso en el costado del rostro, sintiendo la pesadez en el corazón de su novia.
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Despertar
RomanceClarke y Lexa, dos mujeres muy diferentes. ¿Cómo pueden sus vidas comenzar a entrelazarse? **Historia completa**