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Tres semanas mas tarde

-Ougai... cuanto tiempo sin verte- sonrió el Rey alfa saludando al omega.

-Yukichi, lo mismo digo- se acercó a saludar de beso al alfa.

-Ooh mucho gusto- saludo el alfa a los acompañantes del pelinegro.

-El gustó es nuestro su majestad- se inclinó un alfa pelirrojo -Soy el representante del Rey del norte, su majestada George Tanizaki -y él es nuestro principe omega- apunto al nombrado, sorprendiendo al omega pelirrojo que estaba intentando ocultarse cerca del pelinaranja.

-Mucho gustó... mi nombre es Tanizaki Chuyaa- hizo una reverencia.

-Igualmente- sonrio el Rey albino.

-Supongo que mi hijo no te lo comentó- mencionó el Rey omega.

-No... simplemente llego y me pidió que lo deje quedarse un tiempo- lo miró curioso.

-Ya lo tenía previsto- sonrió.

-Bueno, siéntense cómodos ire a pedir que preparen mas cuartos- sonrió y se retiró.

-¡Dazai-san!- se escuchó un grito.

-Atrapame si puedes Atsushi-kun- pasó corriendo el alfa castaño con el omega detras de él.

Devuelvamelo!

-No hasta quee... - el alfa se percató de que no estaban solos.

-Hijo- sonrió el Rey del este.

Dazai se detuvo y observó con seriedad a su padre, sin darse cuenta que había mas personas en el salón.

-Tio Mori- saludo sonriente el omega albino olvidándose de porque perseguía a Dazai.

-Atsushi- le devolvió el saludo el pelinegro viéndole divertido.

Un aroma peculiar llegó hasta las fosas nasales del albino y comenzó a olfatear el aire, su mirada comenzo a recorrer el lugar dándose cuenta de las demas presencias, hasta que cayó en unos zapatos negros, seguidos de unos pantalones del mismo color algo ajustados y el comienzo de un largo abrigo, que para variar también era negro, una camisa blanca hasta llegar a un rostro.

-<lindo~>- pensó el omega.

-Ujum- se aclaró la garganta el alfa pelirrojo.

-Aa... amm... hola- saludo algo avergonzado, saliendo de sus pensamientos.

-Atsushi- le llamó el Rey abandonado el duelo de miradas que tenía con su hijo -¿Hasta cuando piensas seguir en bata querido?- le preguntó divertido el pelinegro.

El albino cayó en cuenta y se acordó de porque corria tras de Dazai, el color rojo subió desde sus pies hasta sus rostro en un segundo, con movimientos casi robóticos le quitó sus pantalones al castaño.

-L... lo... siento- salió disparado a su habitación.

El alfa pelinegro que se encontraba parado cerca de la puerta sonrió de lado pensando en lo torpe y tierno que se vió el omega.

-Haci que me seguiste hasta aqui- Sonrió burlón Dazai -Pense que dejarías de insistir con tus estúpidas ideas.

-Sabes que soy terco hijo- le devolvió la sonrisa burlona -vine a presentarte a tu futuro esposo.

El alfa gruño para después colocar sus ojos sobre la persona que se encontraba cerca a su padre, se sorprendió mucho, pero lo disimulo al instante.

-Mucho gustó príncipe Dazai- saludo el pelinaranja con una sonrisa retadora.

-Él es el príncipe del norte- agregó su padre señalando al otro omega.

-valla... - sonrió seductor, se acercó al pelinaranja y tomó su mano -el gusto es mio- levanto la mano del omega hasta sus labios y la beso.

-conociendote bien no creó que quieras regresar al reino- dijo algo irritado el Rey -por eso me voy a quedar un tiempo por aqui- el castaño le dedico una mirada irritada- deje a Hirotsu a cargo de todo.

La conversación se vio interrumpida cuando una de las sirvientas del castillo se acercó hacia ellos.

-Su majestad, altezas- saludó con una reverencia -Pueden pasar al otro salón a tomar asiento- sonrió la beta -su majestad el Rey Fukusawa los espera ahí- el pelinegro asintió.

Comenzaron a seguir a la beta, sin percatarse de que el castaño y el pelinaranja se habían quedado un poco más atras caminado a paso lento.

-Asi que el príncipe Tanizaki eeeh... - lo miró burlón.

-Bastardo- chillo molesto el omega -me dejaste sin darme ninguna explicación- le dio un golpe en el hombro.

-Auch - se quejo el alfa -sabía que me buscarías.

-imbecil- lo volvió a golpear.

-Hey- le tomó la muñeca -y... ¿porque no cambiaste tu nombre? - pregunto curioso.

-Sabes que cambió de nombre en todas las misiones- le sonrió -dudo que descubran que es el verdadero claro... si algo va mal- lo miro amenazante.

El alfa sonrió burlón y siguió de cerca al omega.

Mi alfa perfecto (omegaverse) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora