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-cinta roja- observó, reconociendo aquel color que indicaba que el mensaje dentro de ese sobre no traía buenas noticias.

El rey frunció el ceño con confusión.

-Si me disculpas Poe...

El representante asintió retirándose después de hacer una reverencia.

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-Rampo-san...- divisó al pequeño castaño sentado en la fuente y corrio hasta él -¡Rampo-san!

-Dazai

-¿Sabe donde está...

-Lo vi entrar al establo junto a Kenji

-Oh...¡gracias!-  sonrió pra después alejarse con tranquilos pasos hacia el lugar indicado.

Cuando estaba a unos metros de distancia, detuvo su andar lento y empezó a dar pasos más largos.
Observó al rubio asomarse en la puerta para mirar de un lado a otro y correr hacía él cuando sus miradas se cruzaron.

-¡Dazai-san venga pronto!- el alfa notó la desesperación en su voz.

-Kenji-kun...- el pequeño había tomado su muñeca para arrastrarlo -¿Que...

-¡Chuuya-san!- el alfa frunció el ceño -¡Chuuya-san se desmayo!

Se soltó del agarre para trotar la poca distancia que le quedaba.

-Chuuya- se acercó a pasos desesperados y lo tomó en sus brazos para levantarlo con delicadeza.

-¿Que le pasó?- cuestionó caminando hacia el castillo con el menor detrás de él.

-Estábamos hablando mientras esperábamos a Junichiro...

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-Atsushi...-giró el rostro aturdido.

Estaba siendo golpeado por dos de los tipos, mientras era sujetado desde atrás por otro.

-Rashomon- murmuró observando al ave que soltó un graznido para llamar su atención.

-¿Que dijis...- un cabezazo provocó que soltara al pelinegro para sostener su rostro.

-¡He... ¡Uhm!- una patada en el estómago le quito el aire.

Tomó la daga que seguía clavada en aquel árbol entre gruñidos de rabia terminó con los que seguían de pie.

-Jefe- llamó el rubio al observar a sus secuaces caer.

-volveremos por ellos después- suspiró con molestia dándole la espalda al omega -Ni lo intente su alteza- había descubierto las intenciones de este hace mucho -Sueltala

El pelirrojo gruñó dejando caer la roca que había estado ocultando.

-Muy bien- en un rápido movimiento se acercó al más bajo para golpear su nuca.

-jefe los caballos están cerca del rio- cargó al pelirrojo.

-Vamos

-¡Atsushi!- olfateo el aire para encontrar el suave aroma a manzanilla de su omega -¡¿Donde...

-¡Akutagawa!

-Tachihara...

-Atsushi esta aquí...

El azabache corrió con desesperación en dirección al pelirrojo que sostenía a su temblorosa pareja.

-Junichiro...- dejó al albino en los brazos de su amigo -¿Él no está contigo?...- preguntó en un susurro casi sin aliento.

-Nesesitaba saber como estaba Atsushi...- giró para observar sobre su hombro si el omega estaba detrás -Él estaba...¡joder!

-Llevate a Atsushi yo iré tras ellos- su amigo subió la mirada para observarlo.

-¡No puedes ir solo!

-¡Tu tienes que proteger a tu omega!- le devolvió el grito -¡No deben estar lejos... tu me estas haciendo perder tiempo ahora!

-Ryuu...- llamó el omega entre lágrimas.

-Tranquilo- lo abrazó con fuerza cerrando los ojos en el acto -Estamos bien...

-Junichiro...èl...

El más alto abrió los ojos y al no observar a su compañero frente a él suspiró cargando al albino.

-Tachihara ya fue por él...- beso su frente -Regresemos al ca...

-Es el príncipe...

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Recostó al pelinaranja con cuidado sobre la cama.

-Chuuya- le susurró soltando sus feromonas.

-Dazai-san- le llamó el rubio.

-ve por él médico- le ordenó sin mirarlo.

-¡Si!- salió de la habitación.

-rápido Ken...¿Tio?- el rey estaba parado bajó el marco de la puerta.

-Dazai...

-Tío mi omega esta...

-Escucha, Dazai...- cruzó los brazos -Él...

-Se perfectamente quien es Chuuya

-Dazai...

-Es el amor de mi vida- sonrió con amargura -Pensaba detener sus planes antes de que se compliquen las cosas.

-¿Qué hay del secuestro?

-Ellos no aceptan ese tipo de trabajos- apretó la mano de su omega -Él jamás se permitiría lastimar a un inocente, solo aprieta el gatillo cuando es testigo de la porquería que se esconde.

-¡Osamu!- gritó desde el pasillo.

-Llegas en un buen momento padre- sonrió burlón.

-¡Dazai-San el doctor ya está aqui!

-Buenas noches, con permiso- el anciano se abrió paso hacía el paciente -Agradecería que salieran de la habitación majestades- observó a los reyes.

El albino suspiró, tomó la muñeca del pelinegro y salió de la habitación llevándoselo consigo.

-Alteza traté de esparcir sus feromonas por la habitación- extrajo lo necesario de su maletin -Lo ayudará a despertar...

Mi alfa perfecto (omegaverse) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora