Debo decir, que es una aventura muy conmovedora y a la vez, muy espantosa. Era la primera vez que me subía a un barco, y me comencé a marear apenas y embarcamos.
-Disculpe señor, ¿Sabe donde se encuentran los baños? - una mano estaba en mi boca intentando mantener la compostura y la otra se encontraba en la pared tratando de no tambalearme.
-¿Señor? ¿Tan grande me veo? , solo tengo veinticuatro años - no podía ver su rostro, me encontraba con ambos ojos cerrados fuertemente, tratando de no escupir, lo que sea que se estuviera guardando.
-Ya veo, ¿sabe donde están los baños? - insistí. joder, no creo aguantar mucho mas, ¡Contesta maldición!
-¿Los baños?
-¡Si! ¡los malditos baños! - hasta aquí llegue, dios, perdóname por todos mis pecados.
-Eh, ah, no, no tengo idea, deberías preguntarle a las señoritas de por allá, ellas parecen saberlo. - comentó restándole importancia al asunto.
Muy tarde , su respuesta fue jodidamente tarde.
Con la mirada de asco de todos los pasajeros que se encontraban cerca, y unas cuantas personas preocupadas, fue como logré ser el centro de atención accidentalmente, vaya, que se me está haciendo una costumbre.
-¿Se encuentra bien? ¿necesita una toalla? - se escucha una voz muy cerca de donde yo me encontraba, pero todavía me sentía mareado como para poder tener una visualización nítida de mi entorno.
Que raro, no creí que alguien fuera ayudarme.
-Si por favor, no estaría ma.... -
-Gracias, Stephan, tráeme algo para limpiarme inmediatamente.
Me callé al instante, cuando vi al hombre de hace un momento, que se vio afectado ante mi esófago poco tolerante a los mareos. Maldición, que pena.
-Yo... quiero disculparme por esto, en realidad, si necesitaba urgente un baño. Nunca he estado en un barco - trate de ser lo mas sincero posible, acercándome a él y entregándole un pañuelo que tenía guardado en mi bolsillo.
-Gracias, pero será mejor que no lo tome. - comentó con disgusto en sus palabras, mientras un muchacho le daba una tela para que se limpiara.
-Mi mas sinceras disculpas, yo, iré al baño enseguida - dicho hecho, partí en busca de un baño, y después de una intensa búsqueda. logré encontrarlo a un lado de las escaleras un tanto escondido, pero para mi mala suerte, se encontraba ocupado, ¿Por qué justo ahora? mi estomago quiere darme un segundo round, será mejor que se apure.
Pasaron cinco minutos mas tarde. hasta que la puerta del baño se abrió, dejando ver a un hombre con un bolso de cuero negro saliendo de el compartimiento.
-Gracias al cielo - fue lo primero que pude decir y con cuidado pero con un movimiento rápido, lo aparté de la entrada, y sin intenciones de alcanzar a cerrar el compartimiento, me concentro en sacar todo lo que retenía en mi garganta.
Después de un corto tiempo, se escucha desde afuera un "que desagradable" y seguido de eso, la suela de los zapatos comienza a escucharse hasta dejar de ser percibidos.
Le reste importancia al asunto, no era como si fuera resentido. Estuve ahí encerrado por largos minutos, hasta que logré acostumbrarme a la marea, salí del pequeño compartimiento, renovado, como si nada grave hubiera sucedido.
Logré divisar mi asiento a lo lejos, era un asiento abatible, un poco alejado de donde estaba la gente, no me resultaba ningún problema, yo no era una persona con muchas palabras y si las tenía, las personas no parecían tener muchas ganas de escucharlo. Siempre fue de esa manera, mi vida se vio abatida por muchos acontecimientos, que no recordaba, que simplemente tratar de indagar en mis recuerdos de niño, me termina costando un insaciable dolor de cabeza.
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Un Lugar Al Cual Volver [Boys Love]
RomanceDorian, un inadaptado chico viviendo atado a un pincel, a las pinturas, pinturas que no quiere pintar, un mundo en el que no quiere vivir. -¿Qué demonios hice mal para merecer todo este maldito sufrimiento? Evan, un chico que lo entiende perfectame...