Me levanté de la vieja banca deteriorada, y caminé sin prisa por las calles, dándome cuenta de pequeños y posiblemente insignificantes detalles que un alma realizada no se hubiera dado cuenta, las pequeñas manchas oscuras en el suelo, los casi imperceptibles agujeros redondos en varias fachadas y varios vidrios de hogares, agrietados. Supongo que la belleza de un lugar en algún punto caduca, uno centra su atención en lo hermoso que es algo que borra de su vista todas aquellas imperfecciones haciendo eso, algo perfecto para tus ojos. El amor por Wylofain lo tenía, desde que fue mi lugar para escapar de el infierno de donde venía, sin importar su aspecto.
Caminé un poco mas hasta la casa de Winston, pensando las cartas que tenía en juego actualmente, buscar empleo con ello poder quedarme a vivir en Wylofain y finalmente ir por Atena, la otra era algo mas complicada y no completamente aceptada por mi; Irme a Vitoria que era el plan inicial, conseguir empleo, asentarme allá e ir por Atena. La otra opción era menos sustanciosa que la primera y por alguna razón, prefería quedarme con la primera opción, pero no sabía que era eso que había provocado un cambio en mis planes.
No lo sabría, eran muchas cosas que habían sucedido en tan poco tiempo, que me hacía dudar de casi prácticamente todo, quería ayudar a las personas, quería poder saber mas sobre el pasado de mi madre, pero mientras mas pienso en eso, me da una terrible jaqueca.
Sin haberlo previsto, me encontraba ya en la puerta de la pequeña pero acogedora casa de Winston, tomé el cerrojo y abrí la puerta de madera con la llave que se me fue otorgada después de la muerte de Mia, Winston no se sentía en plenitud para salir de su habitación, por lo que tampoco de abrirme la puerta cada que yo entrara.
-Señor Winston, he vuelto del muelle. - silencio total, ni un murmuro sopló en el viento.
Dejo mi abrigo y mi boina en el perchero y camino hacía la cocina, en donde me detengo y busco algo de comida para Winston, quien muy posiblemente no haya comido nada todavía. Era alguna clase de hábito que llevaba haciendo desde el funeral de Mia, le llevo comida a la puerta de su dormitorio y el eventualmente sale por ella. No he tenido la oportunidad de verlo adecuadamente, las pocas veces son cuando frecuenta el baño, con una mirada perdida, los ojos túmidos y rojizos, el arrastre de sus pies y sus labios completamente sellados y secos.
Tomé un poco de pan, con una ensalada de frutos rojos y una sopa de brócoli y subí las escaleras, esperando conseguir está vez una respuesta.
-Señor Winston, aquí le dejó su plato, coma por favor. - un silencio sepulcral fue la respuesta.
-Si algo no le parece o no es de su agrado, avíseme, intentaré conseguirlo por usted. - dejé la bandeja con los platos frente a su puerta y me quedé inmóvil esperando poder escuchar algo del otro lado.
Suspiré lentamente y haciéndome de espacio, tomé asiento recargando mi espalda sobre la pared que queda en contra a la puerta. - Señor Winston, tal vez lo que diga esta de mas, y posiblemente no le interesé escuchar mi opinión en este momento, pero me parece que la vida tiene o tendrá muchos conceptos, unos mas respetados que otros, pero de la manera en la que yo lo veo, es de aceptar las guerras que nos impone el destino y no soltar la lanza antes de siquiera empezar, los pobres no desearon nacer en la inmundicia ni los enfermos pidieron nacer con padecimientos, para comenzar a vivir uno debe aceptar el rumbo que tomo su vida, aunque no tuviéramos la opción de elegir. Yo creo en el que cada persona tiene una misión que debe encontrar, y tal vez, la misión de Mia, fue iluminar Wylofain, hacer feliz a todas aquellas personas que necesitaban de esa calidez, a costo de su propia vida. -hice una pausa para aclarar mi garganta y resistir las ganas de traer recuerdos dolorosos a mi mente - Pero Winston, le aseguró que la misión de Mia, no era hacerlo sentir miserable ni desolado, al contrario; me parece que su misión fue traerle alegría y compañía a su vida.
-El destino, la vida, todo eso es una mierda. -se escuchó una voz ronca a través de la puerta muy cerca como para comenzar a oír los pequeños sollozos.
Por un momento, me sorprendí al escucharlo hablar después de que se haya negado tanto a hacerlo, después fue el hecho de que su manera de hablar no tenía comparación con su personalidad, estaba dolido, lo suficiente como para saber en que se estaba convirtiendo.
- Lo es Winston, es una total y despreciable mierda, pero ¿de qué manera comenzará a verla si es lo único que sabemos con certeza que tenemos solo una?
No hubo respuesta, el solo ruido de su respiración cortada fue lo poco que escuché.
-Señor Winston, me preocupa y se lo difícil que es para usted poder avanzar, pero no se encuentra solo, me ha ayudado demasiado desde que pise esta tierra, es demasiado bondadoso como para abrirle la puerta a un extraño que se le atravesó en la calle en un día lluvioso, usted vio dentro de mi, algo que posiblemente yo ni siquiera conozco, me ha dado un lugar que me ha ofrecido llamarlo mi nuevo hogar, la razón por la que no me voy, es todo esto - pequeñas lagrimas se escurrían en mi rostro y la sinceridad rebosaba en mi boca - es la calidez que usted me da, Winston, yo no sentía nada de esto, y la muerte de Mia, sinceramente sigo sin poder creerlo... ah joder, olvídelo, debería irme.
Mis lagrimas comenzaron a correrse mas de prisa y la puerta detrás de mi lentamente se comenzó a abrir.
-Muchacho...- su mirada estaba clavada en mi y aunque sus ojos estuvieran rojos con lagrimas secas en su rostro, se hincó y me limpió las lagrimas con su mano temblorosa con pequeñas arrugas marcadas en ella. - no llores sin mi, llorar solo no es bueno para el alma de un joven, los ancianos no tenemos remedio -Winston, con su pijama puesta y unos ojos llorosos, se sienta en el suelo cerca de donde estaba y me da una palmada cariñosa en el hombro. - gracias por esto, chico.
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Un Lugar Al Cual Volver [Boys Love]
RomanceDorian, un inadaptado chico viviendo atado a un pincel, a las pinturas, pinturas que no quiere pintar, un mundo en el que no quiere vivir. -¿Qué demonios hice mal para merecer todo este maldito sufrimiento? Evan, un chico que lo entiende perfectame...