Capítulo 6

43 9 12
                                    

Después de la infernal tormenta llevada en el Calypso, la situación se controló y llegamos a tierra firme después de unas horas, la pequeña ciudad en la que hicimos escala quedaba a un par de horas de Vitoria, había escuchado varios comentarios  sobre este lugar en el barco,  pero solía no escuchar ni creerme nada que no lo viera con mis propios ojos, creía que en fin de cuentas, la vida era tan vil mentirosa, que no había manera de descuidarse de una forma tan patética hacia ella. 

 Al salir sostuve mi boina con los ojos entrecerrados, el aire era fuerte pero también era cálido,  y asperjaba pequeñas gotas de agua, que se deslizaban elegantes por las ventanas de las casas con un diseño pueblerino, caminé por la madera hasta llegar a un suelo de piedra bastante cuidado.  Las personas eran tan comunes, tan impredecibles, aislados en su mundo, pero al chocar miradas por milésimas de segundo, eran suficientes para que ellos regresaran de su estado de concentración pleno y  te prestarán atención y si no era el caso, te dedicaban una sonrisa alargada. ¿Acaso estos lugares con los que el tanto soñaba estaban tan cerca de el? como desearía que Atena pudiera verlo con el, estaba seguro que el paisaje aquí, le llenaría su alma y fortalecería sus esperanzas. 

-Hey, no te quedes en el camino, dificultas la circulación - una voz proveniente detrás mío, me habló tan cerca de mi oído que me hizo moverme de manera inmediata. 

-Hey, ¿estás bien? - volvió a hablar, ahora volteó a verlo y era el, el mismo de sombrero trillby, el de heterocromia.

-Ah, si, disculpa, no era mi intención, yo solo estaba anonadado de lo hermoso que se ve, pese a que el cielo se está tornando de gris, no le quita la belleza que emana.

En vez de recibir una respuesta, el solo se pone a un lado mío, sin chocar nuestros hombros,  mirando fijamente el cielo, con cierta agonía en su rostro, como si el ver el paisaje que tenía en frente, le costará su estabilidad.

- No me he presentado, yo soy...

-No es necesario, está será la ultima vez que nos veamos, no me gusta almacenar información aleatoria, discúlpame, me retiro. 

A pasos lentos pero concisos, lo veo alejarse, sosteniendo su maleta y haciéndose paso entre las personas que yacían esperando a ver un barco asomarse por la costa, con miradas de tristeza y angustia, el aura era asfixiante, por lo que caminé un poco lejos de ahí, pensando que yo podría ser malo socializando o eran el tipo de personas con los que mi vida me hacía encontrar. 

La gotas comenzaron a avanzar con mayor rapidez, estrellándose fuertemente contra lo tejados de las casas y el gran suelo adoquinado que adornaba la ciudad.  Buscando lugares donde poder refugiarme, llegué a la conclusión de que sería mejor simplemente dejar que la lluvia forme parte de mi, sin negar la existencia de la naturaleza, dejándome llevar por esta.

 Caminé por las calles observando cada rincón, cuestionándome si donde sería mi destino, sería igual de hermoso que aquí, si gozaría de vida plena, si dejaría las sombras de mi pasado atrás, y lograría renacer aquí. 

-Hey, tu, ven - volteé a un lado mío y me acerqué a la persona de proveniente voz.

-¿Qué sucede? - pregunté sosteniendo mi pequeña maleta con fuerza, con un ligero temblor en los labios.

-¡Oh dios! ¿te estás viendo? estás todo empapado, ven aquí, te daré ropa nueva. 

-¡No lo escucho! - la lluvia se intensificaba cada vez más, haciendo difícil el entamblar conversación con el señor que tenía en frente. 

- ¡Entra! - el grito resonó fuerte en mis oidos, me causo cierta inseguridad, por lo que retrocedí unos pasos, pero el sentimiento duró unos segundos, hasta que vi una pequeña niña asomandose por la puerta, mirandome como algo nuevo.

Un Lugar Al Cual Volver  [Boys Love]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora