-Joder, que miedo, el estúpido quiere más de lo que merece, agarraos, que con sus poderosas manos, nos atacará y nos molerá en pedazos. - Los rostros serios, desaparecieron en cuestión de tiempo y a sus actitudes arrogantes, les acompañó sonrisas burlonas y carcajadas de ofensa. Menudos idiotas.
-Dejadmee, que me lastiman idiotas. - Intento forcejear de sus agarres, pero cómo era lo demasiado obvio, todo parece no haber servido de nada, e incluso, empeoro la situación cuando golpeo en el ojo con todas las intenciones posibles a Max. Vale, que no ha sido la idea mas brillante que he tenido.
-¡Ahh! ¿Escucharon? el muchachito ya se puso arrogante. - Me toma con brusquedad de mi camisa, acercando mi rostro con el suyo. ¡Puaj! , que apesta a hierba este sujeto. - Mira que ya estoy harto de tu actitud altiva que te cargas, no eres mas que un esclavo que sirve para ganar dinero, no eres mas que un gato acorralado sin donde huir, ¿me entiendes? tantas ganas que tengo de llevarte al maldito Óptimo Máximo para que recibas los castigos que te mereces.
- Ja, ¿Acaso nunca fuiste a la escuela? no hables de las cosas como si las supieras, luego haces que la gente te crea.
-¡Deja de creerte tanto, maldito huérfano! - Me suelta y me empuja hacia un basurero, que desagradable.
Vale, ahí si me ha pegado más que sus golpes.
-Dejadlo ahí, no vale la pena desperdiciar tu fuerza, luego el jefe se enojará contigo cuando se entere que lo has golpeado. - Le dice Carlos, parece un chicle pegado en la bota de Max, el pobre piensa que estando a su lado como colega, tendrá su vida resuelta, pobre iluso.
-Ya, regrésate tu solo, no quiero que ensucies con tu ensangrentada cara ni un pelo mío.
Suspiro cuando los escucho a la lejanía irse, joder, ¿Cómo no se cansan de soltar puñetazos diario? ¿Por qué debo seguir soportarlos? ah vale, ya me he acordado, es porque soy un inútil débil, que lo único del cuerpo que le sirve, son sus manos, ojalá fueran para devolverle todos los golpes que me ha tirado el maldito de Max y su pandilla, pero no, mis manos son tan débiles al igual que mi cuerpo, que solo son capaces de sujetar de manera casi natural un pincel, y mediante pinceladas suaves, crear grandiosas obras bucólicas, por eso sigo vivo, esa es mi razón del existir, ¿me pagan? eso seria mucho pedir, bah, estúpido arte.
-No tan estúpido como tu cara de pesado, dios, ¿ya te viste? pareces una victima de sacrificio de un ritual religioso, ¿Quién te ha hecho esto? - Me asusto al pensar que alguien ha podido descifrar lo que mi mente tanto esconde, hasta que veo de donde proviene el ruido, y solo sale una sonrisa sincera de mi.
-Ah, que casi me da un infarto.- me detengo un minuto recuperando mi aliento.- No te aparezcas tan de repente, un día pensaré que eres una de esas personas que vienen a echar a perder tu vida invitándote a clubs clandestinos de pelea de insectos fitófagos sin patas - digo con la mayor seriedad posible mientras me levanto del suelo.
Se queda meditándolo un rato, vaya, que se lo ha creído.
-¡Que te lo haz inventado! ¡Deja de gastarme bromas! ¿Acaso crees que vine a echarte a perder tu vida? - Dice al principio riéndose por mis malas bromas o eso parecía ser, pero terminando seria.
- Tu sabes que no, solo trataba de hacerte sonreír, eso es todo. - Aunque no escucho ni un suspiro, creo que no le ha hecho gracia, debería cambiar mi repertorio de bromas.
-Aquí el que necesita eso eres tu, ve en que estado estas, ¿Otra vez ha sido Max? - pregunta tocándome la mejilla con uno que otro golpe marcado en ella, como me fastidia que me vea de este modo, tan débil.
Se que le duele hablar de eso, por eso prefiero no comentarle nada, igual, las cosas terminarían peor de lo que son.
-No, han sido unos malandros que me he topado, les he insultado por los ostentosos abrigos que llevaban, y a uno le termine llamando gordo, y cuando le toque su barriga en modo de burla, ¡le salen puras joyas y artículos robados en una tienda!, menos mal que tengo un perfil bajo y no se han fijado mucho en mi, si no, estuviese colgado arriba de esa farola - a lo ultimo le señalo la pequeña fuente de luz, mientras me rio de mis idioteces, vaya, que debería ser escritor, que se me da inventar historias fascinantes.
Pensé que nadie caería ante una historia tan mala y fuera de lugar, pero Atena es la única excepción, empieza a carcajearse, mientras golpea levemente mi hombro. Mientras me lleva por un lugar mas iluminado y transitado.
-Vale vale, que tu historia es demasiado mala, pero es inevitable no reír, deberías ser comediante. - dice simulando que retira lagrimas debajo de sus ojos, tan dramática.
-Paso
- Bueno, ¿quieres que te acompañe a casa? tengo que comprar un mandado que me han pedido y me queda cerca.
- Realmente no se si quiera regresar ahí.
-¡¿Cómo haz dicho?! estarás de broma, ¿no? - dice con los ojos de par en par, viéndome tratando de encontrar la respuesta en mi mirada.
- No bromeo, es solo que, siento que desperdicio mi vida, haciendo crecer la de otros, que cuando creo dar un escalón, aparecen otros cuatro delante mío. Nadie aprecia mi esfuerzo, todos compran mis caras obras de arte, pero aún conociendo que soy yo el creador de aquellas, me dan la vuelta, y le dan merito a los ricos, a los que la revenden, a ese hipócrita de Alex.
-Ya, pero ¿has intentado venderlas a escondidas en el bazar?
-He intentado de todo, pero me miran con desprecio y asco, como si yo fuera el que lo hace mal, como si mi arte no los tranquilizara de sus pecados, me harté de los maltratos y de las falsas esperanzas, me iré de aquí Atena, me he conseguido un trabajo en las afueras de la ciudad, retirado de aquí.
Espero una respuesta que nunca llega, porque sus ojos se vuelven llorosos, me mira con una mirada entre lastima, con rabia y con tristeza, vaya combinación. Seguido de eso, me empuja mi hombro con sus dedos nerviosos, se da media vuelta y se va corriendo, como si le hiciese daño seguir escuchándome, ¿Acaso no comprende que tan miserable me siento día con día? ¿Acaso es que no busca mi bienestar y quiere verme siendo maltratado siempre?
Porque lo se, se que ella ve escondida como me dan cada una de las palizas, porque teme que al entrometerse, ella terminara igual, se que mira la situación con miedo, miedo a que una vez que yo cierre los ojos esperando el golpe, al final ya no los abra. Espero mucho al pensar que ella me defenderá, pero una vez que terminan de desquitar su enojo con mi cuerpo, aparece ella, haciendo las mismas preguntas, riéndose de mis excusas, insegura y con una risa amarga que trata de apaciguar el dolor de su pecho, lo se porque me he sentí igual con mi madre, pensando que con solo observar, calmaría el dolor de su alma, menuda creencia que tenia.
◇◇◇◇◇◇◇◇◇◇◇◇◇◇◇◇◇◇◇
ESTÁS LEYENDO
Un Lugar Al Cual Volver [Boys Love]
RomanceDorian, un inadaptado chico viviendo atado a un pincel, a las pinturas, pinturas que no quiere pintar, un mundo en el que no quiere vivir. -¿Qué demonios hice mal para merecer todo este maldito sufrimiento? Evan, un chico que lo entiende perfectame...