-Entonces, ¿ya haz decidido?
-¿Decidir qué cosa? - pregunto confundido, mirándolo directamente.
-Las cartas, a quien irán dirigidas. -Evan se sienta en una silla de madera de la mesa y yo lo sigo.
-Bueno, no hay mucho que pensar en realidad, solo necesito mandar una a ella. - sonrió inconscientemente pensando en la emoción que tendrá cuando reciba la carta, cuando volteó, Evan estaba mirándome.
-Parece que es muy importante para ti.
-Lo es, realmente lo es. - mis ojos lo siguen y una mirada incomoda se posa en su rostro, al no entender la razón, desvió de igual manera la mia y un sentimiento de incomodidad me sigue en mi interior.
Los segundos parecen largos y nuestras respiraciones forman mas ruido del que producía el exterior.
-Bueno, espero que... - se para en la oración y voltea a verme.
-Atena, se llama Atena -menciono al entender el porque de su pausa.
-Atena... bonito nombre -ríe y retoma la oración - espero que Atena se alegre de recibir tu carta, le vendría bien saber donde estás para poder venir a buscarte.
-Ella no tiene las condiciones para si quiera dejar su casa, su madre está terriblemente enferma, en realidad siempre lo estuvo, ella tuvo que cuidar de ella desde que era una niña, una vida dolorosa, para un alma tan libre como la de ella.
-Suena algo complicado, supongo que es difícil mantener una relación con esos términos. -reposo su espalda sobre el respaldo de la silla.
Estuve a punto de negar en que estábamos en una relación, al menos una amorosa. Era la persona que mas me comprendía y con la que desde niños fuimos inseparables, no había algo mas de por medio, yo realmente la amaba pero de otra manera. Pero recordé la promesa que le hice antes de irme y que posiblemente ella fuera mi alma destinada, que en algún punto mis sentimientos por ella podrían cambiar y convertirnos finalmente en una pareja.
-Bueno es algo complicado, pero si, es difícil. - respondí al fin.
-Ya veo - su mirada se veía divagar por la habitación, como si estuviera esperando que alguien saliera y lo ayudara a salir de una situación incomoda.
-Creo que es tiempo de que me vaya, te doy privacidad para que escribas la carta, uno no se desenvuelve igual cuando hay mas personas cerca. - recorrió la silla hacía atrás y se levantó estirándose.
-¿Tienes un lugar donde dormir? -al ver la mirada extrañada de el, continué. - Mia, ¿recuerdas? dijo que solías vivir aquí pero comenzaste a viajar buscando inspiración.
-Recuerdo ahora, Mia le encanta abrir la boca para todo - ríe por un momento pero esta se desvanece enseguida. - en realidad duermo en la casa de unos amigos, tienen espacio en un pequeño cuarto y me lo prestan temporalmente.
-Tu casa, ¿la perdiste?
-¿Por qué de repente te interesa todo eso? - dio media vuelta, caminando en dirección al perchero.
-Creo que nos habíamos entendido, yo también tengo demasiadas preguntas sobre ti, ¿por qué tu si eres capaz de preguntarme sobre mi vida y yo no sobre la tuya? -me levanté del asiento, empezando a caminar hacía el.
-No tengo ganas de platicarlo ahora, espero que comprendas. - volteó a verme con una sonrisa fingida de disculpa.
-Ahora tu tienes la ventaja.
-¿Disculpa?
-Si, sobre el caso , tu tienes mas pistas sobre mi, pero yo solo se tu nombre, a este paso perderé.
Evan solo sonrió, poniéndose su abrigo y tomando mi boina para después ponérsela encima de su cabello negro.
-¡Hey, eso es mío! - dije intentando quitársela, sin triunfo.
-A la próxima se mas precavido con lo que le dices a un extraño, tal vez haga mal uso de tu información, no se sabe. - al terminar eso, se quito la boina para agitarla en el viento en torno de despedida, para después volvérsela a poner y con una risa amistosa, salió cerrando la puerta después de el.
-Maldito tramposo.
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Un Lugar Al Cual Volver [Boys Love]
RomanceDorian, un inadaptado chico viviendo atado a un pincel, a las pinturas, pinturas que no quiere pintar, un mundo en el que no quiere vivir. -¿Qué demonios hice mal para merecer todo este maldito sufrimiento? Evan, un chico que lo entiende perfectame...