Summary: Dejando de lado el hecho de que mi traidor sobrino trata de quitarme a la chica de mis sueños, ¿qué podría hacer para dar un paso sin lastimarlo?
Portada hecha por: @KatuSegura1
Me encanto. Muchísimas gracias!!! Es de mis portadas favoritas...
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Adrien's POV
—¡Princesa~! ¡Di ah~!
Mi ceja derecha tembló mientras veía a mi sobrino de 8 años sentado en el regazo de Marinette, llevando una cucharada de pudding de tapioca a su boca.
Aun cuando mañana por la noche se suponía que era nuestra cena de aniversario, Félix había querido esta cena.
Desde que Marinette le informó de nuestros planes para mañana en la noche, mi consentido sobrino empezó a llorar diciendo que quería tener una cena con 'nosotros' hoy; de ahí que Marinette no tuviera que razonar con él porque cuando dijo que cenarían juntos hoy, Félix sonrió — supongo que debería estar agradecido de que no haya insistido cenar con nosotros también mañana.
—No deberías comer mucho, Félix. Marinette aún está preparando la cena y echarás a perder tu apetito. —Dije, y agregó más leña al fuego ignorándome completamente mientras envolvía sus brazos alrededor del cuello de Marinette y se acurrucaba en ella.
—Tiene razón, Félix. ¿Qué te parece si pongo esto en el fridge y lo terminamos después de la cena? —Marinette negoció, y Félix aceptó con un animado '¡Ok!'
Vi a Marinette y Félix colocando la tapioca en el fridge y Marinette le dijo que fuera a la sala a esperar a que la cena esté lista. Mi sobrino dudó un segundo, y me miró inseguro antes de ir a la sala a ver la TV.
—Vas a ayudarme, ¿verdad? —Marinette preguntó, mirándome con la ceja arqueada, como si no tuviera más opción.
—Claro, amor. Nunca dije nada sobre dejarte toda la tarea, —hice un puchero y dejé mi sitio, subiendo las mangas de mi camisa. —Dime si falta algo y lo compraré y si necesitas que algo sea lavado, lo haré.
—No es necesario.
—Pero igual no quiero que tengas toda la carga, amor. —Tomé su mano.
—Nah, puedo pasar tiempo de calidad con Félix cuando yo quiera. Eso es suficiente, pero definitivamente haré que laves todo al final. –Sonrió.
—No lo menciones ahora mismo, por favor, —Dije y Marinette gruñó con un suspiro, acercando su delgado cuerpo al mío. Extrañaba sentir su cuerpo contra el mío. Debido a la cantidad de trabajo apilándose y las constantes interferencias de mi sobrino, Marinette y yo apenas teníamos tiempo a solas. —¿Es raro que quiera tomarte en la mesa?— ladeé la cabeza hacia la tentadora mesa que yacía inocentemente a solo unos metros de nosotros.
Rayos, me siento tan tentado...
Sentía como si la mesa estuviera enviando olas de seducción, prácticamente encantándome para lanzar a Marinette encima y tomarla ahí mismo.
—No lo harías... —Marinette jadeó, mirándome con los ojos bien abiertos. —¡¿No tienes vergüenza?! ¡Félix está en casa! —siseó.
Sonreí en respuesta, dándole una rápida mirada a Félix quien estaba mirando su caricatura favorita con su muñeco de acción en su regazo. También noté los bloques repantigados por mi sala y las envolturas de golosinas e hice una nota mental para hacer que Félix limpiara luego. Juro por Dios que trata mi casa como basurero. ¡Limpia su desorden en su casa, pero no en la mía!
—En tanto tenga comida, TV con cable con sus caricaturas favoritas, todos los Legos con los que pueda jugar, no le importa lo que hagamos. —Mentí, sabiendo bien que a Félix no le gustaría la idea de que besara a Marinette frente a él, porque créanme, lo he intentado. Era duro ver el Lego Adrien destrozado sin misericordia bajo los zapatos de Félix. No podía decir que no estaba dolido.
—Eso no significa que podamos ser mala influencia para el niño, —Marinette dijo con voz más baja, y debo decir que me molestaba que siguiera mirando hacia la sala para ver si Félix estaba espiando.
—Bueno, si no ve o escucha nada, no creo que haya problema entonces.
Resopló, y abrió la boca, sin duda a nada de regañarme o quizá empujarme. Pero no le di oportunidad ya que me incliné y la besé, complacido cuando Marinette no pareció pelear mucho. De hecho, su resolución pareció haberse ido cuando deslizó sus brazos alrededor de mi cuello para acercarme. Un par de minutos en ello, y habíamos olvidado por completo la cena, a Félix en la sala. Todo.
Los besos se hicieron más prolongados, apasionados e intensos y terminé empujando y presionando a Marinette contra el fridge.
Gruñí mientras mis palmas tocaron sus muslos, los cuales sabía que eran suaves al roce... Si no fuera por esos molestos jeans.
—Adrien... No podemos... —Marinette dejó salir un tembloroso respiro. Puedo saber que trató de reprimir el deseo en su voz, el cual no era extraño para mí, y supe que no era sabio porque mi sobrino de 8 años estaba cerca, pero... ¡maldición! ¡¿Por qué no podía tener sexo la noche antes de mi aniversario?!
¡Félix dijo que quería quedarse hasta tarde pero no lo permitiré!
Lo siento, Félix, quizá cuando seas lo grande suficiente para saber sobre sexo, te darás cuenta de la tortura en la que me pones.
—Princesa~ —gritó Félix... Seguido de una serie de pisadas rápidas.
¡Maldición! ¡Maldición! ¡Maldición!
De inmediato fui empujado y casi estrellado contra los ingredientes en el counter, gracias a Dios que eso no pasó, porque Marinette me habría matado por ello. Miré a Marinette y ella me sonrió a modo de disculpa antes de que Félix apareciera frente a nosotros y dijera que quería ayudar a Marinette con la cena.
—Quiero ayudar Princesa, ¡¿por favor, por favor?! —pidió, y vi a Marinette mirando alrededor de la cocina buscando alguna tarea fácil para que Félix pudiera asistirla.
—O-ok, Félix. Ven aquí y lávate las manos primero. —Marinette jaló un pequeño banco de la esquina, el cual tenía convenientemente para Félix.
—¡Tío Adrien~ puedes irte y esperar en la sala! —Félix me dijo con esa sonrisa burlona suya, y quise — no, Adrien, no debes pensar en lanzarlo a la pared. Controla tu ira y enfócala en algo más... En algo más...
—Pero también necesitaré la ayuda de tu tío, —Marinette trató de razonar con el niño de 8 años, pero él solo seguía moviendo la cabeza, diciendo cosas sobre cómo quería ser de más ayuda y cómo es que yo merecía descanso después de trabajar tanto.
¡Este... Este... ¡Este mocoso es tan! ¡Argh!
Continuará..
.
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Félix es una sabandija muy listo jajajajajaja, pero tmb muy tierno.
