─── ∙ ~εïз Me vs Him... Again?! Round 3 εïз~ ∙ ───

428 68 1
                                    

Como siempre, tuve prohibido hablar con Marinette mientras Félix hablaba de su vida y su día, a lo cual no presté mucha atención porque esta vez, de verdad estaba deprimido por algo

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Como siempre, tuve prohibido hablar con Marinette mientras Félix hablaba de su vida y su día, a lo cual no presté mucha atención porque esta vez, de verdad estaba deprimido por algo. Excepto que ahora, no me buscó por ayuda, sino a Marinette.

Escuché en silencio y ocasionalmente di consejos, los cuales Félix tomó en consideración – quizá porque Marinette también estuvo de acuerdo conmigo. Después de terminar de cenar, Marinette y yo empezamos a limpiar mientras Félix esperaba en la silla.

—Deberías acompañar a Félix mientras sirvo los postres. Aun parece compungido, —Marinette suspiró, mirando a Félix preocupada.

—De acuerdo. —Caminé, y me senté al lado de Félix.

Alzó la mirada de la mesa y luego la volvió a bajar. Antes de poder preguntarle algo más sobre lo que había pasado con él y el que le hacía bullying en el colegio, bajó de su silla y corrió hacia Marinette, insistiendo que le ayudaría con los postres.

Suspiré, y recién entonces entendí el mal día de mi sobrino, así que lo dejé ser.

Marinette abrió el fridge para sacar una botella de sirope de chocolate, y mientras se lo daba con cuidado a Félix, le recordó que no lo vaya a dejar caer.

Félix se aferró posesivamente a la botella mientras Marinette abría el fridge y sacaba el pote de helado.

—Félix, ¿quieres escoger una película para nosotros mientras preparo todo? —Marinette dejó los tres pequeños bowls y juntó las cucharas y Félix asintió y no perdió tiempo para ir a la sala con la botella de chocolate aun en sus brazos.

Después de que Marinette y yo terminamos de preparar los postres, los llevamos a la sala. Félix ya estaba sentado en el sofá, sosteniendo un dvd de Pokemon: la película. Dejamos todo en la mesa de centro mientras tomaba el dvd de las manos de Félix para ponerlo en el reproductor. Para cuando giré, Marinette y Félix ya estaban acurrucados cómodamente en el sofá.

La película siguió, y nuestros banana splits ya habían sido terminados desde hacía rato. Una hora viendo la película y Félix ya estaba dormido en los brazos de Marinette – con sus pies descansando en mi regazo. Félix tenía el feo hábito de patear cuando dormía. Tuve que reprimir cada gesto de dolor cada vez que sus piecitos me golpeaban la entrepierna. Había veces en las que Marinette me miraba para ver si estaba bien, pero yo siempre le decía, fingiendo, que lo estaba.

Este era el tiempo de calidad entre Marinette y Félix después de todo.

─── ∙ ~εïз~ ∙ ───

Cuando la película por fin terminó, mi celular sonó, efectivamente despertando a Félix. Los miré con disculpa a ambos y me puse de pie, alejándome del sofá para responder la llamada.

—¿Hola?

—Hey, ¿ya terminaron? Chloé está rabiando porque quiere a Félix en casa.

Ah, era Luka.

Podía escuchar a Chloé regañándolo y diciéndole lo tarde que era. Podía escuchar a Chloé acusando a Luka sobre ni importarle dónde estaba su hijo y cuán tarde era.

Cielos, odiaría estar en los zapatos de Luka.

—Sí, la película ya terminó. Lo llevaré ahora mismo. —Aun podía escuchar los regaños de Chloé hacia Luka.

—Bien. Tráelo a casa ya. ¡Ok, ya le dije que traiga al bebé a casa! Deja de-

Click

¡Arhg!

—Ok Félix, es hora de ir a casa, —dije girando y escuchando un grito amortiguado de 'NO' antes de verlo lanzarse sobre Marinette, enterrando la cabeza en su pecho. Dejé salir un suspiro, y supe que si no llevaba a Félix, sus padres me matarían. —Tus papás están preocupados por ti, Félix.

—¡Pero quiero quedarme con mi Princesa! —se quejó, moviendo la cabeza de ida y vuelta. —Quiero dormir aquí. ¡Llama a Papá y dile que quiero quedarme aquí!

—Chloé está preocupada por ti.— Suspiré, tratando de razonar con él. Sé que por pequeño que fuera Félix, no le gustaba ver preocupados a sus padres. Así como tampoco le gustaba ver preocupada a Marinette. Tenía la sensación de que la cercanía de Félix con Marinette era más por admiración como figura materna. Lo cual era bastante dulce, pero ahora mismo necesito llevar a Félix a casa antes de que Luka empezara a llamarme sin parar. Solo Dios sabe cuánto es que su padre podía tolerar y tentar la paciencia de Chloé.

—Sabes cómo es Chloé, Félix, —Marinette dijo, acariciándole el rostro y ladeándolo para que la mirara. —Siempre puedes regresar la otra semana. Tienes mi número.

Mis orejas se movieron ante la última línea, ya que aún no supero que mi sobrino haya tenido su número antes que yo.

—Vamos, Félix. Guarda los juguetes que quieres llevar a casa y vámonos, —le dije. Caminé hacia el counter de la cocina para tomar mis llaves mientras Félix lentamente suspiraba y obedecía, recogiendo su muñeco del suelo.

—¡Oh, espera! ¡No olvides tu pudding! —Marinette de súbito saltó del sofá y me pasó de largo hacia el fridge.

Félix parecía increíblemente deprimido mientras lentamente iba a la cocina. Se dejó caer en una de las sillas mientras yo iba por sus zapatos y también para ponerme los míos. Cuando regresé, Marinette ya estaba dándole un pequeño recipiente lleno de pudding de tapioca y una cuchara, asegurándole que podría regresar cuando quisiera para otra cita de juegos.

—Lo superará, —gruñí, sin querer ver la mirada de Félix. Quizá quería golpearme con su cuchara porque por fin tenía a su segunda figura materna para él solo. Pero hey, era justo que ya fuera mi turno. ¡El pequeño hombrecito debería saberlo y respetar eso! Traté de no gruñir más cuando Félix siguió moviendo las piernas – arriba abajo – mientras trataba de ponerle los zapatos.

Eventualmente, pude ponerle los zapatos, y lo cargué.

—Adiós, Princesa. —Dijo, aferrándose al recipiente mientras hacía un puchero por encima de mi hombro y ondeaba la mano hacia Marinette, quien me siguió aun cuando abrí la puerta para salir del departamento.

—Adiós, corazón. —Vi a Marinette sonreír y mover su mano.

Le dije a Marinette que ya regresaba y me llevé al niño. Félix suspiró con tristeza mientras descansaba su cuerpo contra mi pecho y sus mejillas contra mi hombro.

Tenía algo de vergüenza preguntarle qué pasaba porque ya me daba una idea. Así que no dije nada. Abrí la puerta del asiento trasero, y lo escuché suspirar antes de que se acurrucara en el cuero, haciendo ese irritable chirrido.

Me vs Him (Adrinette)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora