Capítulo 4.

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-¡Ah! ¡Lee! Mmmm.

Gaara gimio nuevamente ante el placer que sentía, ni siquiera recordaba en que momento Lee llegó a su habitación y todo lo que hacían dio inicio.

-Te gusta verdad... ser sometido.

Lee tomó su cuello con su mano derecha y comenzó a apretar con fuerza, Gaara casi no podía respirar y apenas tenía la fuerza de pedir por más mientras sus manos sostienen con fuerzas el edredón en donde se encontraba su cuerpo desnudo y el de Lee moviéndose con tanta maestría para su deleite.

En un parpadeo Gaara se encontraba de espaldas contra una pared teniendo a Lee embistiendolo de forma salvaje, con su cabello despeinado y sus redondos ojos viéndose pequeños ante el placer y los gemidos ahogados que deja en su cuello.

Entonces todo acabó, sin orgasmo, sin convulsiones de placer, simplemente acabó.

Gaara despierta con la respiración agitada y sus fluidos pre-orgasmo ensuciando su pijama.

Se sintió frustrado, no por el hecho de haber tenido un sueño tan caliente con Lee, sino porque en realidad ni siquiera acabó, aún necesitaba más, un poco más.

Se sentó en medio de su cama y cerró los ojos para recordar los detalles de su reciente sueño, después se detendría a pensar en que hacia Lee en el, en ese momento sólo necesitaba acabar.




[●●●]




Eran la tres de la mañana cuando Lee se encontraba en la cocina de la casa de Gaara, no podía dormir, no quería volver a su aldea después de haber avanzado tanto con Gaara.

Suspiró frustrado y se sirvió un poco de leche.

De repente una idea cruzó su cabeza, una provocación más, una más antes de irse a su aldea.

Dejó el vaso de leche en el desayunador y caminó a la habitación de Gaara, abrió lentamente la puerta y se encontró con una de las escenas más sexys que jamás había imaginado ver alguna ves en su vida, Gaara se encontraba con los ojos cerrados deslizando sus dedos lentamente por su pecho, sonrojado y sudoroso, su erección era visible pero no se tocaba, todo lo que hacía era imaginar, Lee se preguntaba que era lo que pasaba por su mente.

En cuestión de segundos Lee tenía sus propios problemas en los cuales pensar, su propia erección, pensó en no acercarse, no tendría fuerza suficiente esta ves para parar si comenzaba, pero tampoco tenía fuerza para irse.

Gaara bajó su mano a su pantalón y sacó su miembro para comenzar a tocarse, ni siquiera se percató de la presencia de Lee ahí.

Lee no aguantó y caminó hasta el y subió a la cama con agilidad y rapidez para tomar el miembro de Gaara y meterlo en su boca.

Gaara jadeó de la impresión y abrió sus ojos con sorpresa, al principio creyó que era parte de su sueño, que en realidad no había despertando pero no era así, era real, Lee estaba allí devorando su virilidad.

-Lee... -Pensó en decirle que se alejara pero está ves no lo quería, quería más. -Continúa, sigue...

Lee introdujo más del miembro ajeno en su boca hasta sentir el orgasmo llenar su cavidad bucal que a su parecer era más delicioso que la leche que había tomado unos momentos antes.

Gaara suspiró satisfecho, Lee había acabado lo que en sus sueños había comenzado, no podía ser más perfecto.

Lee se sentó y limpió los restos de semen que habían caído en su ropa, era demasiado como para contenerlo.

-Gaara... -Dijo Lee acercándose nuevamente.

-¿Me provocaras otra ves?

-¿Te pareció una simple provocación? Vaya, tendré que demostrarte lo que es ir en serio.

Lee tomó su pantalón y lo comenzó a quitar por completo.

-Lee... no, no lo hagas.

Lee comenzó a besar su abdomen.

-Se que quieres ¿Porque te niegas?

-No quiero que te ilusiones, una ves que acabemos mi respuesta seguirá siendo no, es tu decisión si quieres continuar.

-¿Tengo la opción de elegir si sufrir o no?

-Así es.

-Pues eso haré, rompeme el corazón Gaara, que yo me encargaré de romper otra cosa.

Y con eso los besos y las caricias dieron inicio, rápidas, fuertes, intensas y calientes, Lee llevaba mucho tiempo deseando a Gaara y Gaara... con sólo dos días... había duplicado ese mismo deseo que tenía Lee por el, todo gracias a sus provocaciones.

Después de preparar la entrada de Gaara Lee se introdujo en el, con fuerza y profundidad, con amor y delicadeza, era confuso para Gaara, la rudeza en sus embestidas y sus besos llenos de amor.

Lee le hacía el amor como nadie nunca se lo había hecho, a pesar de su poca experiencia pudo percibir que Lee sabía lo que hacía, todo era puro placer, cada caricia, cada estocada, cada beso era perfecto, hasta el orgasmo al llegar fue placentero, maravilloso.

Gaara sonrió para sí y se fue durmiendo, luego de terminar, la suma relajación que sentía lo llevó a descansar de inmediato, pero Lee, Lee disfrutaba unos segundos más del amor de su vida desnudo entre sus brazos.

Quédate Cerca ~GaaLee~Donde viven las historias. Descúbrelo ahora