Capítulo 13: Un accidente...

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Phillip's POV:

Avancé con rapidez hacia la habitación que me dijeron. Número 38, número 38... 35, 36, 37, ¡38!

Tomé un respiro antes de tocar la puerta, y esperé que la abrieran para poder ingresar. Saludé rápidamente a la mamá de Amber, y entré para ver a la chica.

— ¿Está consciente? —fue lo primero que pregunté, y sentí un alivio al escuchar que sí.

— Sólo está durmiendo, hijo —hizo una pausa, antes de continuar hablando—. Dijo la doctora que no tuvo daños en el cerebro, pero tuvo una lesión en la pierna —asentí, antes de acercarme a Amber, que estaba recostada en la camilla.

Sus ojos estaban cerrados y su rostro se veía sereno. Por su expresión, parece estar teniendo un sueño bonito. Un sueño que no quiero interrumpir por ahora. Dejé un besito en su cabeza, y dirigí mi vista hacia el yeso que estaba en su pierna derecha. Debo agradecer que el choque no la dejó peor.

— ¿Cuándo le dan de alta? —pregunté, y la señora alzó los hombros.

— No me lo han dicho, pue, pero por lo que cacho, en unos cuantos días más va a poder salir a caminar. Con bastones eso sí. 

Asentí con la cabeza, y abracé a la señora. Luego de despedirme, salí de la sala, y fui a ver a los dos chicos que esperaban. Luca estaba con el ceño fruncido mirando su teléfono, mientras Mafer jugaba mucho con un juguete anti-estrés. Al llegar, ambos me miraron expectantes.

— Amber está bien, por suerte sólo fue una lesión. Está durmiendo ahora.

Ambos asintieron, y Luca volvió a su celular, con la mirada un poco más relajada. Mientras mi prima guardaba su juguete en un bolso.

— ¿Podemos venir a verla más tarde? —preguntó Mafer.

— Yo creo que sí, podríamos pedirle a la tía que nos avise si despierta, para venir a verla.

El chico levantó su mirada otra vez.

— ¿Está su madre con ella? —habló por primera vez mi abogado, por lo cual asentí— ¿Puedo pasar?

Asentí una vez más. Le indiqué "Habitación 38. Si te preguntan, di que eres su primo o algo así", pero me pidió que lo acompañara. No queríamos dejar a Mafer sola, pero tampoco podía entrar más gente (sólo permiten a 3 personas, y con la mamá de Amber ya somos 4), así que se instaló afuera de la puerta para esperarnos.

Al entrar, saludamos a la señora. Luca se sentó junto a ella, y le preguntó por el estado de su hija. No presté mucha atención, mi cerebro se desconectó. Estuve todo el tiempo mirando a mi mejor amiga, y mirando el perrito de peluche, que me acompaña a todos lados.

Cuando el chico pareció haber estado lo suficiente, me hizo un gesto de que saldría de la habitación. Yo asentí, y luego de unos momentos fue Mafer quien apareció por la puerta.

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Decidimos irnos luego de un rato, pues Amber aún estaba durmiendo. Antes de subir al auto, decidí llamar a Missa.

— ¿Bueno? —escuché desde el otro lado de la pantalla, y me relajé un poco al escuchar la tan conocida voz de mi novio.

— Hola mi amor, ¿cómo va todo? —le pregunté primero, a lo cual escuché un quejido de aburrimiento.

— Fue terrible, rey. La charla con mi padre fue larga y aburrida, y la comida estaba pésima. Pero al menos pude conseguir algunos consejos que me ayudarán, para lidiar con algunas cosas en específico —soltó un suspiro—. ¿Qué hay de ti? No haz vuelto al departamento.

— Bueno, pasaron muchas cosas en poco tiempo.

— Cuéntame, te escucho.

— Por dónde empiezo... iré a lo malo primero. Amber sufrió un accidente.

— ¿¡QUÉ LE PASÓ?!

— Tranquilo, tranquilo. Su Uber chocó con otro auto, y está en el hospital. Tiene una lesión en la pierna, y al parecer no tuvo daños cerebrales.

Sólo escuché un "oh" de parte de Missa. Posiblemente estaba asintiendo desde el otro lado de la pantalla. Teniendo eso en cuenta, seguí hablando.

— Estaba pensando si podía quedarme a dormir aquí, en el hospital. No he podido hablar con ella porque está dormida.

— Claro mi amor, pero vas a estar un poco incómodo, ¿no? ¿Quieres que te lleve alguna manta?

— Sería bacán, muchas gracias bebé. Nos vemos pronto.

— Que te vaya muy bien.

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Desperté en un incómodo sofá, sintiendo un movimiento leve en mis hombros. Al despertar, lo primero que vi fue el hermoso rostro de un ángel. Específicamente de Ángel Missael.

— Mi amor, Amber está despierta.

Reaccioné al instante, y eché un vistazo a la camilla. La chica me estaba sonriendo, a lo cual le sonreí de vuelta, y me abalancé a darle un abrazo (con cuidado, por supuesto).

— ¿Cómo estás? ¿Cómo te sientes? Ay, mi niña, me asustaste mucho...

Ella sólo se rió, y me indicó que estaba bien.

— Aunque —mencionó—, no quiero perder días de trabajo. Todavía estamos con el nuevo proyecto, y no está listo...

— Con todo respeto —interrumpió nuestro jefe—, no te preocupes por eso ahora. Lo importante es que te recuperes. Y esperar a que te den de alta. Mientras tanto, no se te va a descontar los días que estuviste con licencia. Así que descansa, ¿sí?

La chica asintió con entusiasmo, y ambos se abrazaron. Luego, volvió a abrazarme a mi, susurrando "tení un novio muy bacán, weón".

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906 palabras.

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