El príncipe Min Yoongi no permitía que se acercaran a su hermano Taehyung, el que trataba de juntarse con su hermano con dobles intenciones no vivía para contarlo.
Jungkook se infiltra en el reino enemigo para dar a conocer a su ejército los puntos...
- ¿Ya estamos cerca?.- preguntó un muy preocupado rubiecito, ya había amanecido y según le había dicho el peliazul el ritual para la boda iba a ser en el medio día, temía llegar tarde.
- Tae si sigues preguntando créeme que te voy a poner estas cinta en tu boquita para que dejes de hablar.- habló la pelirosa ganándose un zape de parte del pálido.- Tu a nadie vas a hacer eso gata rabiosa rosa.- dijo el pálido.
- Así!, si tu me haces eso créeme que lo pasaras muy mal, está bien que seas el futuro rey pero a mi nadie me amenaza.- Le gritó la pelirosa, los dos iban a bajarse de sus respectivos caballos pero fueron interrumpidos.
- Luego ya se matan a golpes, ahora se supone que estamos yendo a que Tae recupere a mi hermano.- Dijo el peliazul regañándoles.- Par de inmaduros.- hablaron juntos Yeonjun y Beomgyu cabalgando rápidamente para escaparse de esos dos quienes se miraron entre sí y los empezaron a perseguir.
- Jimin en serio quieres estar con el Yoongi.- dijo la pelinegra, en el transcurso Jimin y Chungha conversaron mucho y se conocieron mejor haciendo las pases.- Es lo que hay.- bromeó el bajito causando risas entre el pequeño grupo que estaban atrás.
- Jin como está tu bollito.- preguntó el rubio al mayor.- Está muy bien Tete solo que como siempre haciéndome vomitar lo que como, ¿y el frijolito?.
- Pues también está muy bien, mi instinto me dice que está feliz y emocionado por conocer a su padre.- respondió el rubiecito sonriendo con su característica sonrisa cuadrada.
- El mío también está feliz por conocer a su padre.- expresó el castaño dejando confundido al menor de los Min.- ¿QUÉ?.
- Luego te cuento, vamos rápido que esos cuatro ya nos han dejado.- el castaño empezó a cabalgar rápido, siendo seguido por los demás, el rubio seguía sorprendido.- Tae apúrate.- le gritó la castaña, rápidamente el rubio les alcanzó.
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- Mamá, ¿es en serio?.- se quejó el pelinegro, Momo le había mandado a hacer un hanbok muy lujoso, para Jungkook le parecía demasiado, era un despilfarro de dinero, aún se preguntaba porque su padre no había dicho algo.
- Silencio Jungkook, este hanbok es digno para un príncipe heredero, además lo mande a hacer para que haga juego con el vestido de Jieun, van a estar hermosos, sin duda alguna la mejor pareja de todos los tiempo.- dijo la rubia muy sonriente, al pelinegro eso le parecía ridículo.- Mamá ya se va Jungkookie.- Momo salió de allí.
El pelinegro al quedarse solo se sentó sobre su cama pensando.- Porque no me siento feliz, se supone que este día es en el cual me uno junto con la mujer que am.- se dijo a sí mismo.- tengo que hablar con Soobin.- dijo Jungkook, por todos los preparativos de la boda se había mantenido ocupado y no había visto a su hermano menor, hasta ahora no había tenido la oportunidad de preguntarle que es lo que iba a decir aquella vez. Al salir de su habitación escuchó el llanto de un bebé, en ese instante sintió una sensación de calor en su corazón y una inesperada felicidad, aturdido por eso camino rápidamente donde su hermano, al llegar allí toco la puerta, pero no respondían.
- Jungkook apúrate.- le gritó su madre, quien apareció así de la nada, el pelinegro fue junto a su madre a ponerle la vestimenta que iba a utilizar.
Momo al dejar ya vestido en su habitación a Jungkook ordenó cerrar las puertas de entrada al palacio y constante vigilancia, la rubia había descubierto que el menor de sus hijos había huido y ya se imaginaba a donde, a Namjoon y Yugyeom los mandó a encerrar en el calabozo, luego de todo se encargaría de esos dos, por ahora iba a disfrutar la unión de su futura nuera con su hijo.
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- Jungkook estás radiante, sin duda alguna vas a lucirte hoy.- alabó su madre.- verdad cariño.- le preguntó a Heechul.- es cierto hijo.- respondió su padre sin emoción.
- Vamos que Jieun espera.- expresó la rubia con una sonrisa de oreja a oreja, los tres salieron de la habitación del pelinegro rumbo a donde se realizaría la ceremonia.
Jungkook vio a Jieun, sin duda alguna estaba deslumbrante, la sonrisa que le dedico al verla salió como una mueca, estaba bella sin embargo no sentía que estaba emocionado, empezaron a hacer los rituales respectivos, su corazón y alma le decían que no era correcto, que la persona delante suyo no era la indicada, ignorando todo eso continuo, cuando dio a para su mirada en el lugar de sus padres solo vio a su papá mas no a su mamá, confundido por eso atino a pensar de que era porque había ido a los servicios pero conociéndola ella no se perdería la unión de su hijo y Jieun.
El pelinegro y la pálida siguieron con todo, iban a empezar a hacer el ultimo paso del ritual para que se consuma la unión, pero en ese instante escucho un gritó, Jungkook reconocía esa voz, la conocía mejor que nadie.- JUNGKOOK!!.- se giró y lo vio a él, con sus bellos ojos color miel, sus cabellos color oro, su corazón salto de alegría e inconscientemente sonrió en grande por otro lado la pálida estaba blanca como un papel, no se creía que el rubio este allí.
"Renunciar es la única forma de fallar"
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"Mis Argemys aquí les traigo otro capítulo, como se habrán dado cuenta ya estamos llegando a la final 😞, espero estén disfrutando leer Fuerzas del alma y decirles nuevamente que gracias por su apoyo, lxs quiero, cuídense mucho y tomen agüita, nos vemos 💜"
