Can I Keep You | Traducción

Ocho

No debió haberlo dejado para último minuto. En serio, ¿quién deja uno de los regalos más importantes que planea comprarle a su hija para dos días antes de Navidad? Alguien que tuvo que esperar para que su cheque de paga llegara, ese es quien. Y alguien que no estaba seguro si podría pagarlo.

Liam trabaja en un restaurante. Su paga cubre su renta, y las propinas cubren todo lo demás. A veces eso significa que Liam puede sacar a Em cada vez que Louis los invita, y otras veces significa que tienen que comer comida enlatada tres veces a la semana. Todo depende de las propinas.

Cerca de Navidad, sin embargo, no lo puede evitar. Deja de lado la renta y ruega que sus propinas puedan cubrirla, mientras gasta la mayor parte de su cheque en regalos. Ya le compró a Em ropa, y un par de juguetes. Y derrochó en un árbol real, no el pequeño de plástico de mierda y desequilibrado que tuvieron el año pasado. Emma estuvo encantada.

Liam intenta no mimarla, la mayor parte del tiempo. Tal vez no sea parcial, pero está bastante seguro de que la crio bien. Hace lo mejor que puede, y a veces es terriblemente difícil, pero es una buena niña. Es educada y se comporta bien. Seguro, tiene sus momentos, esos en los que Liam solo quiere encerrarse en el baño y llorar porque ¿cómo dejó que su vida llegara a esto? Y ¿por qué pensó que podría manejar esto? Pero se lo aguanta y lidia con todo, y ella se disculpa y lo abraza a pesar de que él le haya quitado sus juguetes por dos días.

Durante la Navidad, sin embargo, es cuando él tiene permitido mimarla. Con ninguno de sus abuelos cerca, y Liam sin tener muchos amigos, u otros miembros cercanos de la familia, él tiene que mimarla para compensar por eso. Estará maldecido si su hija alguna vez siente como si se estuviera perdiendo de algo porque son solo ellos dos. Hará lo que sea para compensar eso.

Louis es exactamente de la misma manera. Ya vio el pequeño auto azul de juguete que Louis compró. Él creyó que era demasiado caro, pero Louis solo lo hizo callar, ignorando su comentario. Liam estaba un poco alegre, porque sabe que Em lo amará.

No está seguro de qué le compró Niall, y sabe que no será tan extravagante, como el regalo de Lou, pero que Em lo va a amar de igual manera.

El gran regalo de Liam es la muñeca gigante de Dora, la que es igual de alta que Em y cuesta ochenta libras cada una, por sí sola, tal vez, no es tan cara, pero acompañada con todo lo demás es un poco fuera de su rango de precio. Pero recibió una gran propina esa noche, y ya hizo el presupuesto. Puede permitírselo.

La tienda estaba llena y Liam literalmente tuvo que correr para conseguir la muñeca, solo ganándole a la mujer con el niño pegado a su brazo porque trotó a través de la tienda el segundo que vio que ella iba a por lo mismo. Era la última, y trabajó bastante duro para conseguir el dinero para comprarla.

Pidió prestado el auto de Lou para ir a la tienda, mientras Louis se quedó en el departamento para cuidar a Emma. Mientras se estaciona frente a su edificio, su teléfono vibra en su bolsillo. Liam lo saca rápidamente, listo para correr por las escaleras tan rápido como pueda si algo está mal con Emma.

No es Louis, llamando para informarle que Emma se cayó por la ventana o algo igualmente horrible que tiene su corazón latiendo con fuerza solo por pensarlo. No, es Zayn, lo que tiene a su corazón latiendo con fuerza también, pero por diferentes razones. Una de ellas es el hecho de que está molesto con Zayn, ahora. La otra porque no puede dejar de conectar la voz de Zayn de ahora con la que usó para susurrar en el oído de Liam esa noche.

"Hola," dice fácilmente, como si fueran dos personas que hablan regularmente. No lo son. "¿Cómo estás, Liam?"

Liam bufa y saca las llaves fuera de la ignición. Va a dejar a la muñeca en el auto, para que Louis se la lleve a casa con él hasta Nochebuena. De esa manera Emma no puede saber qué es.