Capítulo 1: No La Perderé

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No La Perderé

Lo primero que hizo al entender cuál era su papel en el mundo fue apoderarse de Yiling, cada habitante vio con horror como la energía resentida apagaba la tranquilidad de sus vidas, fueron atormentados y lastimados por cadáveres feroces, y espíritus malditos, las personas en sus casas se encerraron y los transeúntes huyeron ante el pánico, pero nadie salió de su ahora territorio, no lo permitió, si alguien intentaba huir solo tenían dos opciones, morir o regresar, solo un pequeño puñado de personas murieron en aquellos días en que Yiling vio nacer a su señor, a su excelencia.

Con este acto le hizo saber a todo el mundo que estaba vivo, las sectas no tardaron en mandar a sus mejores cultivadores para matarlo, estos llegaban al pueblo prometiendo que salvarían a las personas del cruel villano, la alegría en los pueblerinos empezó a morir junto a los cultivadores que pisaban Yiling, sus cuerpos nunca volvían de los túmulo funerarios y su excelencia empezó a castigarlos por aceptar la ayuda de cualquier secta, por las noches eran visitados por los espíritus que Wei Wuxian mandaba y sufrían una tortura psicológica que se desvanecía al salir el sol.

Ni siquiera las cuatro grandes sectas podían pisar Yiling sin ser lastimados, incluso la alianza entre ellos no pudo hacer nada, El Patriarca Yiling que tanto temían ahora sí era una verdadera amenaza, usaba a los cadáveres de antiguos cultivadores que lo habían atacado contra sus propias sectas, no había que ser un genio para darse cuenta que lo hacía a propósito, hubo más de una ocasión que alguien reconoció el cuerpo de algún amigo, hermano, primo o amante, el amor hacia ellos provocaron sus propias muertes.

Ninguna secta estaba feliz, ningún líder estaba en paz, Jin Guangshan era el más enojado, mandó a miles de cultivadores por la cabeza de Wei Wuxian, pero ninguno regresó, incluso mandó a quemar todo Yiling, el pequeño grupo que fue enviado si regresó, pero como cadáveres feroces y con un mensaje para el líder de Lanling Jin, este mensaje fue la quema de varias zonas de la secta.

Con esto los demás líderes supieron que Yiling era intocable.

Y lo reafirmaron cuando intentaron sacar a sus habitantes, estos reaccionaron con miedo de ser lastimados, pero no por su Patriarca, sino por las mismas sectas, pues nunca faltaba las malas acciones de los cultivadores que llegaban al pueblo para matar a Wei Wuxian.

Les prometían libertad y a cambio los lastimaban y hacían que su excelencia los castigará, no podían confiar, ellos debían serle fiel a su señor, Wei Wuxian era su única salvación.

— El Patriarca Yiling es alguien justo, da lo que recibe, así que debemos darle nuestra lealtad. —

Aquella fue la respuesta que las sectas obtuvieron de los habitantes de Yiling.

Las otras grandes sectas tomaron rumbos diferentes, Gusu Lan se mantuvo alejado del conflicto, nadie sabía porque uno de sus jades, "enemigo" de Wei Wuxian no hizo acto de presencia, no sabían y nunca lo harían, Yunmeng Jiang era un caso complicado, su líder estuvo en luto por la muerte de su hermano y tampoco nadie sabía por qué de repente una noche enloqueció de irá y juro matar a su antiguo hermano, aun así sus intentos eran en vano, por último estaba Qinghe Nie, su líder Nie Mingjue dejó de insistir al ver cómo Yiling aceptaba al cultivador demoníaco como su excelencia, nadie tampoco sabía la verdad sobre esa decisión.

Sin el respaldo de dos grandes sectas y otra sumergida en la locura de atacar sin importarle a quien matara, las otras sectas no pudieron hacer mucho para el bien.

Cuando un año se cumplió Wei Wuxian dio un golpe a las cuatro grandes sectas y a otra fuera de ese título, así le llamaban a ese evento, pero en realidad sólo fueron a dos de tres sectas, Yunmeng Jiang y Lanling Jin fueron el comienzo de este golpe, y este ya fue dado hace un año.

Su Excelencia, El Patriarca de YilingDonde viven las historias. Descúbrelo ahora