Capítulo 13: Una Guerra Entre Demonios

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Una guerra entre demonios

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Wei Qing estaba muy familiarizada con cada rincón del palacio y con cada empleado, quienes corrían de un lado a otro haciendo sus deberes, por lo que no era raro verla caminar de un lado a otro, cantando o jugando con algún juguete, al tener casi 11 años debería estar interesada en aprender modales o etiqueta, una joven de su edad y clase social es la representación de su familia, o bueno, así funcionaba para alguien normal, Wei Qing fue criada para ser una sirvienta en su propio hogar y ahora que tenía una familia que la quería, tampoco cambiaba mucho las cosas, ya que Wei Wuxian la dejaba hacer lo que quisiera y no le exigía ser una señorita hecha y derecha, mientras que con Lan Wangji era algo parecido, a él si le preocupaba e interesaba la educación de sus futuros hijos, pero al ver que la niña no le gustaba mucho la etiqueta de una señorita noble no insistió, incluso le dejo claro a la infante que cuando ella y solo ella, quisiera aprender o ser de cierta forma, sería solo su decisión y él la apoyaría.

Aquel recuerdo hizo que una inmensa sonrisa se formara en su rostro, jamás imagino tener unos padres tan buenos y comprensibles.

Estaba tan entretenido en su juego con una pequeña mariposa de papel que paso de largo por la puerta que daba al jardín oeste del palacio, lugar que era usado como bodega mientras que terminaban de organizar ciertas cosas en el palacio, por ejemplo, hacer crecer la vegetación de los jardines, los cuales estaban marchitos por la falta de cuidado y actualmente por la energía resentida que abundaba por los alrededores. Cuando Wei Qing se percato en donde estaba fue cuando vio a una persona delante suyo, al ser un lugar restringido pocas personas iban allí, y como ya antes dicho, la niña conocía a cada sirviente que trabajaba en el palacio, por lo que su alarma mental se activo cuando vio a la mujer de blancos cabellos y vestimenta reveladora, la luz del sol que se filtraba por todas partes al ser un lugar abierto provocaba que pudiera verla muy bien y eso solo la asusto aun más.

— Que niña tan linda. —El rojo de sus labios se extendió junto a su sonrisa, marcando varias facciones de su hermoso rostro— ¿Te han dicho que tienes unos ojos hermosos? —No esperaba respuesta a su pregunta y Wei Qing no estaba dispuesta a dársela.

Su cabeza trabajo rápido, estaba en un lugar solitario, con una desconocida que mostraba mucha confianza al hablarle, lo que tenía que hacer era obvio, correr y buscar a sus padres.

Y así lo hizo, antes de que Imitadora Gao pudiera acercársele, corrió dándose la vuelta, pero antes de que pudiera llegar a la puerta, la mujer ya estaba delante suyo, agarrándola por un brazo, las largas uñas de la mayor la lastimaron un poco, y aquello hizo que Wei Qing recordara que tenía que hacer en un momento como ese, así que tal y como le dijo su A-Niang, grito con toda la fuerza que tenía, incluso si sus pulmones doliesen o se quedara sin aire, grito sin detenerse.

Dos cosas pasaron gracias a su grito, la primera fue que Gao intentara callarla con su otra mano y la segunda fue que una oscura mano detuviese a la demonio, la extremidad era de proporciones largas y delgadas, pareciera que las uñas extensas y puntiagudas hacían parte de los dedos al no verse una división entre estas, la palma era de una forma triangular y el brazo que se veía podría ser solo un hueso por su delgadez, aun así la fuerza que ejercía era tan abrumadora que incluso un demonio de un rango alto como lo era Imitadora Gao tuvo que soltar a su presa para alejarse.

— ¿Quién? —Pregunto en un gruñido, mientras que sostenía su muñeca derecha, cual estaba hecha trizas, su mano era solo una extremidad lánguida e inútil, y solo estuvo apresada por menos de un 5 segundos, sus ojos rojos por la furia miraron al culpable, encontrándose con algo que jamás había visto en su vida, ni siquiera en el infierno vio algo similar.

Su Excelencia, El Patriarca de YilingDonde viven las historias. Descúbrelo ahora