Narrados Omnipresente
-Venga que mamá ya nos espera- llamó la atención de su hermano que se había quedado haciéndole una cara sonriente a un muñeco de nieve a medio construir. Su hermano soltó un quejido y dejó lo que hacía para seguir caminando junto con ella.
-Pensé que nosotros no festejábamos Año Nuevo- dijo su hermano.
-Eso es navidad- contestó mientras de su bolsillo derecho sacaba la llave de su casa para abrir la puerta -No olvides quitarte los zapatos, no quiero que andes mojando por ahí.
Su hermano le hizo caso e inmediatamente que entró a la casa de deshizo de sus zapatos con las suelas cubiertas de nieve, al igual que ella. Un olor inundó su nariz, un aroma especialmente delicioso del cual sabía de que se trataba.
-¿Acaso eso son latkes?- preguntó con una sonrisa entrando a la cocina.
Su madre dio un pequeño salto para poner una mano en su pecho -Me asustaste, no te oí entrar.
-¿A que viene que hayas preparado esto?- preguntó acercándose al sartén donde se estaban cocinando.
-Bueno, salí temprano de trabajar- explico mientras le daba la vuelta a unos -Estaba en casa y recordé lo mucho que te gustaban a ti y a Chris y eme aquí- hizo un pequeño movimiento con sus manos como de "tada"
-Bueno, me alegro que hayas estado aburrida- bromeó mientras tomaba uno de los que ya se habían enfriado un poco. Le dio un mordida y su sabor no había cambiado en nada, seguían siendo la cosa más deliciosa del mundo, los latkes de papá eran una de sus debilidades.
-Dile a Chris que venga para que los pruebe.
-¿En verdad tengo que decirle?- preguntó haciendo una mueca a lo que su madre le dio una mirada seria -Esta bien, esta bien- levantó las manos en señal de rendimiento para después ir hacia arriba y hablarle para que bajara.
No podía quejarse de su vida en casa, era muy feliz con su hermano y su mamá. A pesar de que la vida les había puesto obstáculos, no tan fáciles de superar, siempre se mantuvieron juntos, como siempre tuvo que ser.
-Están deliciosos- dijo Chris inclinándose para tomar uno más del plato a lo que Nina lo detuvo con su tenedor.
-Ni lo sueñes, niño- advirtió -Este me pertenece a mi.
-No tiene tu nombre en ninguna parte.
-¿Ah si?- preguntó retadora, tomó el pedazo de papa y lo lamió completamente para volver a dejarlo -Buena suerte intentando comerlo ahora.
-¡Mamá!- dijo enojado volteando a ver a su madre, la cual simplemente soltó una gran risa al ver como sus hijos se estaban comportando -¡No es gracioso!
-Ya tranquilo, tranquilo- dijo terminando de reír -Aun hay más, no te preocupes, ver por ellos a la cocina- el pequeño rubio se levantó para ir hacia esta de mala gana -Y tú, eso no fue muy educado de tu parte.
-Te reíste- contestó con sonrisa burlona en su rostro.
Si, Nina era feliz, no había que le faltara, no podía pedir por más.. pero, había veces en las que a pesar de tener una sonrisa en su rostro, está no se transmitía al interior.
Podía actuar de una manera normal frente a su familia y sus amigos, hacer bromas, reír, lo que ellos quisieran. Pero el problema estaba cuando se iban, cuando se quedaba sola en su cuarto acostada por las noches, sola con sus pensamientos.
Era extraño, como si mil ideas estuvieran rondando su cabeza, chocaban una contra otra, y golpeaban las paredes de su cerebro haciendo que este resuene y no la deje dormir, causando por consecuente más ideas, un círculo vicioso.
Dicen que para combatir este sentimiento debes encontrar placer en la pequeñas cosas, y ella lo hacía; pintar sus uñas, tocar la guitarra, escuchar música, pasarla con sus amigos y familia. Pero no eran suficiente, claro, la distraían por un rato, pero luego caía nuevamente en este hoyo.
Se sentía culpable, porque no había algo que no quisiera que no le fueran a dar, porque había gente en posiciones mil veces peor que la de ella y ahí estaba sintiéndose infeliz. No recuerda cuando empezó este sentimiento, porque desde que tiene memoria se acuerda de él.
Subió a su cuarto decidió tomar su guitarra, intentando practicar unos acordes, esto la relajaba, y como se dijo anteriormente, la ayudaba a distraerse d ellos sentimientos que atormentaban su cabeza.
Dirigió su mirada hacia la ventana, cuando menos se dio cuenta ya había oscurecido, el cielo se había pintado de un color casi negro, este era adornado por algunas estrellas, que parecían diamantes a lo lejos.
Era extraño, incluso gracioso si lo veías de una forma un poco más retorcida. Ella no quería matarse, no iba a llenar una bañera y cortarse los brazos, no quería morir, pero si le llegaba a tocar hacerlo, no haría nada para evitarlo. Supuso qué tal ves era que no le tenía miedo a la muerte, a pesar de nunca haberla experimentado de cerca no tenía miedo de dar el siguiente paso.
Jamás había hablado de esto con alguien, ni con su madre quien, a su perspectiva, la tacharía de loca y lo único que le diría es "estas mal". Tampoco su hermano, el era aún muy pequeño para entender estas cosas. ¿Y sus amigos? Esta explicación es más larga; Durante mucho tiempo fue una niña muy solitaria, tenía problemas para hacer amigos y comunicarse con los demás, cuñados sus amigos llegaron a su vida fue como un rayo de luz, tal vez esperanza que atravesó su vida. No lo hacía por miedo, por miedo a perderlos, por miedo a que se relajaran cuando les contara como se sentía, porque sentía que nadie podía entenderla.
-¡Hey Ni!- llamó su atención su hermano abriendo la puerta de su cuarto -Baja que vamos a ver los fuegos artificiales con mamá.
Se levantó de su cama y tomó una de sus chaquetas para cubrirse del frío que había. Bajo por las escaleras y logró ver cómo Chris casi le arrancaba en brazo a su madre para llevarla afuera. Rió levemente ante esta situación.
Salió de la casa, pero no había nada en el cielo, estaba completamente vacío -Oye, pero no hay nada- replicó a su hermano sin quitar la vista.
-Tienes que esperar- dijo con la vista pegada hacia el cielo estrellado -Las mejores cosas tardan en pasar y cuando pasan te pones feliz porque esperaste lo suficiente.
Una leve sonrisa apareció en su rostro ante este comentario, sintió un brazo rodeando su espalda y volteó a ver, era su madre que la estaba abrazando -Mira allá- dijo apuntando hacia arriba.
El cielo nocturno de había llenado de fuegos artificiales, anunciando un feliz Año Nuevo para todas las personas que pudieran verlo. Volteó de reojo a ver a su madre quien con una sonrisa veía el espectáculo y abrazaba a sus dos hijos, dirigió su mirada a Chris, quien emocionado no bajaba su mirada, sus ojos brillaban con ese brillo que solo los niños tienen cuando algo les apasiona.
Tal vez, solo tal vez, no todo era tan malo aveces. Estos momentos hacia qué todo valiera la pena y te pones feliz porque esperaste lo suficiente para vivirlo.
Hace mucho que no escribía sobre nuestra Nina, déjenme decirles que es uno de mis personajes favoritos y la amo con todo mi corazón. Algunos me pidieron por ella y esta fue la perfecta oportunidad para profundizar un poco más en su personaje.
Bueno decidí traerles dos capítulos el día de hoy, lo hice bastante rápido así que espero que puedan perdonar las faltas que pueden aparecer. Se preguntarán porque me apresure a sacarlos esta vez, bueno, yo, como muchas otras mujeres, me uno fielmente al paro de un día sin nosotras. Como este no es un día libre, estaré ausente de todas mis redes sociales por lo que dura el día, espero que puedan entender la situación. En caso de que tú también estés unida a esto y al movimientos, mucha fuerza, hermana. Todas juntas haremos un cambio.
Muchas gracias por leer!
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IN ANOTHER LIFE |JANE THE KILLER|
Fanfiction"En otra vida todo sería diferente" Fue lo que ella le dijo después de que cumpliera su venganza, pero... ¿En verdad hubiera sido así? ¿Que harías si después de cumplir tu más adorado sueño despiertas en una realidad donde nada de ha pasado aún? ¿C...