Parte 31

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Narrador Omnipresente.

La joven contaba con ansias los días para graduarse, quería terminar con esta pesadilla de una vez por todas, planeaba salir de esa casa y jamás volver, pero lo días pasaban lentos y aveces sentía que y no podía cargar con ese vacío en su alma.

Vio su libreta un momento, notó que había cometido un error. Empezó a rayar sin control alguno la libreta para luego arrancar la hoja y hacerla bola con rabia, la aventó al bote más no cayó. Se sentía aprisionada y que no podría aguantaría más sin explotar, las lágrimas llenaron sus ojos y empezaron a salir. No sabía muy bien la razón más sentía que no podía contenerse.

-¡Natalie! ¡A comer!- Se escuchó de la planta baja.

Se levantó de su cama para acercarse a la puerta, intentó abrirla más no tenía la fuerza para hacerlo. No quería bajar para encontrarse con esa familia que tanto la odiaba. Sus manos temblaban, las paso por su cabello y los estiró un poco, camino en círculos intentando calmarse pero parecía que no podía.

Tocaron la puerta y hablaron del otro lado más no lograba escuchar, estaba tan sumergida en su estrés que se había desconectado del mundo.

Se escuchó que abrieron la puerta tan fuerte que golpeó con la pared, esto causó un pequeño susto por parte de ella -¡¿Acaso no escuchaste?!- le grito su padre enojado mientras la tomaba de la muñeca fuertemente.

Tenía suerte de que ya habían pasado unas semanas del incidente con sus amigos. La joven recuerda que las primeras dos semanas su padre la dejó sin cenar, además, si no obedecía la golpeaba.

Las lágrimas caían por sus mejillas, apretó su puño fuertemente haciendo sus nudillos blancos. Quería golpearlo y librarse de él, más no podía, si daba un golpe ella era quien terminaría perdiendo.

-¡Suéltame!- gritó enojada forcejando. El timbre sonó haciendo que la soltara -Bajare en un segundo- respondió mientras arreglaba su ropa para ir a su casa y reunir sus cosas de la escuela para meterlos en su mochila.

Termino de guardar las cosas y agradeció en voz baja que a la persona que haya tocado el timbre. Salió de su cuarto no sin antes cerrar la puerta para que nadie llegara a entrar.

-Voy a salir- le dijo a su madre la cual solamente asintió con la cabeza. Se dirigió a la puerta más una mano la detuvo.

-¿A donde vas?- preguntó su hermano con una sonrisa en su rostro la cual no hacía más que darle asco a Natalie.

-Saldré con mis amigos- se limitó a contestar para soltarse de su agarre enojada. Aprovecho que su padre había vuelto al comedor y salió de la casa, no quería más problemas con el por hoy.

Se sentó a esperar el autobús el cual no tardó mucho en pasar, subió y se sentó en uno de los asientos libres que aún quedaban. Pasaron unos minutos pero por fin llegó a su destino.

-¡Que bueno que llegaste!- se acercó Nina a ella para tomarla de la mano y llevarla dentro de la casa -Solo faltabas tú.

-Te digo que deberíamos ver Guardianes de la galaxia- le dijo Jeff a Toby mientras señalaba los horarios de las películas en el periódico.

-E-Es mejor A-Anabelle- reclamó el otro chico mientras señalaba otro apartado.

La castaña rio lo bajo mientras tomaba asiento al lado del otro castaño.

-Elijan de una vez se hará tarde- habló Jane desde un sillón poniendo los ojos en blanco mientras apoyaba su cabeza en su mano.

Había pocos momentos que Natalie disfrutaba en su vida y por más simple e insignificante que pareciera, este era uno de ellos.

IN ANOTHER LIFE |JANE THE KILLER| Donde viven las historias. Descúbrelo ahora