22.

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El sol reflejaba la luz en su ventana, con los nudillos de sus manos se frotó levemente los ojos, mientras se estiraba en la cama haciendo que sus rizos que estaban en su frente caigan. No pudo dormir todo el día, después de haber dejado a su novio en su casa se fue a la suya preocupado, le dolía que su hijo este enojado con el, su intención nunca fue hacerle daño. Aunque sabía que iba a suceder esto si Tommy se enteraba y así sucedió.

Ayer al entrar a su casa se dirigió al cuarto de su hijo, abrió lentamente la puerta y lo vio durmiendo, se le formó una sonrisa en el rostro, su hijo dormía tranquilamente abrazando a su peluche y tapado. Dió unos cuantos pasos y se acercó a la frente de su hijo dando un suave beso y después ir al suyo para dormir. Iba hablar con Tommy, el tenía que entender que era feliz con Joaquín y aprender a respetar eso. Sabía que el se sentía mal porque Joaquín era su mejor amigo y. Demonios. El no quería porque sabía que iba a suceder pero fue una pasión desenfrenada lo que sentía por el pequeño ruloso. Ahora solo queda afrontar todo ésto.

Se levantó de la cama con los rizos desordenados y bostezando, se puso un pantalón de casa, un polo de cuadros azules y sus zapatillas. Bajo a la cocina para preparar el desayuno. Quería desayunar y hablar con su hijo sobre el tema, rezó para que entendiera y no le tengo cólera. El se moría si su hijo comenzará a odiarlo, el fue su único motivo para salir adelante desde que esa mujer los abandonó, su corazón se volvió frío y solo pensaba en él y su hijo, no le importaba nadie más. Hasta que llegó Joaquín, su Joaquín el quien le hizo suspirar desde un principio —Negarse ante el chico era algo que no pudo —  él también ahora formaba parte de su vida, si él se fuera se iría una parte de su corazón con el.

Si tanto dices que me quieres, alejate de Joaquín.

Recordó lo que dijo su hijo, sintió una opresión en el pecho y negó varias veces. No lo haría. No dejaría a Joaquín, él también era su felicidad.

Comenzó a reventar los huevos en un plato y comenzó a batirlos, a la vez que ponía harina y leche. Haría unos panqueques que le salían de delicia con un rico jugo de fresa. Saco la licuadora, lavo las fresas y los puso en el contenedor, a la vez que ponía leche y azúcar. Conecto el corriente y comenzó a licuar a la vez que prendía la cocina, ponía la sartén y echaba aceite para comenzar a poner los panqueques.

¿Que estaría haciendo Joaquín? Pensó. Saco el celular del bolsillo de su pantalón y marco el número del castaño. Después de unas tres timbradas contestó. Su voz ronca y sorprendída.

—Uhm...hola Emi, ¿Sucedió algo? —Susurro el castaño frotándose sus ojitos con su pequeña mano, ¿Porque el rizado lo llamaría tan temprano?

¿Acaso no puedo llamar a mi novio? —Solto con una risita.

Si Emi, solo que me pareció raro que me llames temprano. —Dijo riendo y sonrojándose un poquito, poniendose un polo suelto y unos shorts, se lavaria los dientes y luego desayunaria. Aún en su mente divabaga todo lo de ayer, se sentía mal por Tommy. —Ire al baño.

Me levanté temprano, pequeño. —Bramó apoyando su hombro con su oreja para poder apagar la licuadora, su jugo ya estaba listo. Lo apagó mientras sacaba algunos panqueques ya hechos y los ponía en un platito y metía unos más en la sartén. —Si irás al baño, mándame fotos. —Dijo coqueto

—¡Claro que no! —Comenzo a reír dirigiéndose al baño.

Bueno entonces tendrás tu castigo.

—Espero ese castigo.

—No me hagas calentar que ando haciendo el desayuno. —Dijo poniendo los panqueques en la gran mesa de vidrio y ponía dos vasos de jugo de fresa también. Apagó la cocina y se apoyó en la pared blanca.

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⏰ Última actualización: Apr 09, 2021 ⏰

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Pasion Desenfrenada [Emiliaco]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora