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- ¡Kyle, carajo! Abre la maldita puerta - Eric llegó impaciente desde la escuela, primero fue a su casa por algo de comida y "la manta especial", luego corrió lo que pudo hasta la casa del pelirrojo

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- ¡Kyle, carajo! Abre la maldita puerta - Eric llegó impaciente desde la escuela, primero fue a su casa por algo de comida y "la manta especial", luego corrió lo que pudo hasta la casa del pelirrojo.

Mientras que la escuela había sido una completa estupidez aburrida de todos los días, con sus compañeros ignorandole, tareas y preguntas que no supo responder entre otras cosas de mierda, su cabeza estaba ocupada en pensar qué decirle al de ojos verdes.

"La manta especial" como a Cartman le gustaba llamarle, era pequeña, suave y de un color blanco muy bonito; una que el judío le había dado la última vez que jodió con las pascuas judías y todo había terminado como la mierda.

Le gustaba utilizarla en momentos como esos, momentos en los que creía que eran una cagada, porque sentía que si se cubría aunque sea unos segundos con ella, la manta quitaría todas sus preocupaciones y males rápidamente.

Pero ya no más.

Sheila fue la que abrió la puerta en lugar de su hijo, mostrándose con una mueca ante la visita del mismo Eric Cartman.

- ¡Vaya! Hola Eric, ¿Que necesi-? - El niño la interrumpió.

- ¿Está Kyle? -

- Sí, él está en su cuart- - Volvió a interrumpir.

- Genial, gracias - Dijo mientras pasaba por debajo del brazo de la judía, entrando a la casa como si fuera suya, en busca del pelirrojo.

- Ohh Kyleee - Canturreó abriendo la puerta de su habitación de una patada, haciendo saltar del susto al de gorro verde.

- ¿Cartman? - Fue lo único que logró decir ante lo rápido que su enemigo decidió seguir hablando como si nada.

- El mismo, como sea, ten tu manta judía de mierda - Y la tiró sobre la cama de Broflovski.

- ¿Te la quedaste? - Comentó, no lo había visto a los ojos desde que entró, prefirió mantener la mirada en cualquier otra parte.

- ¿Por qué no? - Respondió indiferente.

- porque no es tuya Culón - Respondió ahora acomodándose en la cama, dándole la espalda.

- Kyle -

- ¿Qué? -

- ¿Por qué estás faltando tanto? - Kyle esperó de todo, menos esa pregunta.
Los nervios se apoderaron de él.

- Eh.. Realmente no es nada, quizás.. quizás regrese mañana - Fue lo único que atinó a responder, mientras se sentaba en la cama, aún incapaz de ver al castaño a los ojos.

- Díselo a tus ojeras, creo que mínimo necesitas un año de descanso..- Y finalmente lo miró, su corazón se aceleró levemente; "¿cómo se dio cuenta?" Pensó el judío frunciendo levemente el ceño, había estado ocultandolas desde que el castaño ingresó.

It Wasn't Cupid ᪥ [Kyman]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora