Elena se pasó la noche dándole vueltas en su cabeza al dilema en el que se encontraba y no logró dormir mucho. Llegó a la conclusión de que tendría que ser honesta con Aracelis y confesarle lo que pasó con Miguel. La reacción que pudiera tener ella la tenía llena de nervios.
La siguiente mañana se levantó muy temprano, y no la sorprendió nada que le llegara ese dolor de cabeza. Nunca faltaba cada vez que se sentía estresada, y últimamente eso era todo el tiempo. Como deseaba poder seguir sus propios consejos para conseguir esa paz y tranquilidad que tanto profesaba en sus charlas, pero eso era un imposible. Ahora más que nunca su vida estaba hecha un lío.
Tomó su medicamento para el dolor de cabeza, y una taza de café fue su desayuno esa mañana. Elena estaba a punto de salir hacia la casa de Aracelis cuando su celular sonó y era ella.
Elena: Buenos días, hermosa. Ya voy para tu casa.
Aracelis: Hola, amor. Espera, ¿crees que nos podamos ver en la tuya? Es que surgió un asunto que debo resolver de inmediato.
Elena: Claro, aquí te espero. Te mando la dirección.
Aracelis: Ele.. es que te quería pedir un favor (dijo apenada) ¿podrías cuidar a Odette mientras arreglo esto? Es que como era mi día libre cancelé la nana..
Elena: Por supuesto, ni lo tienes que preguntar.
Aracelis: Gracias amor, te veo en un rato.
Media hora después llegaron Ara y Odette. La pequeña se escondía detrás de las piernas de su mamá. La manera que Elena le habló a Alfonso en el camerino el día anterior dejó su impresión en ella, y ahora le tenía algo de miedo.
Elena: Hola, pasen por favor (las saludó con una sonrisa a pesar de ese dolor que no se iba)
Aracelis: No sabes cuanto te lo agradezco, Ele. Trataré de no demorarme. Se supone que Alfonso iba a encargarse de estos contratos, pero no se donde anda..
Elena: No te preocupes, Ara.. aquí te esperamos esta preciosa y yo (dijo tomando su mano y sonriéndole a Odette)
Odette: Mami.. no me quiero quedar con esta señora, llévame contigo (se aferró a sus piernas)
Aracelis: Princesa.. (se agachó a su nivel) Elena es muy linda, prometo que se van a divertir, y no me tardaré mucho. ¿Que tal si traigo helado cuando regrese? ¿Te gustaría eso?
Odette: Está bien.. que sea de fresa.
Aracelis: Trato hecho. Pero te portas bien con Ele ¿ok?
Odette: Ok.
Aracelis sonrió y besó su mejilla. Odette se fue a sentar al sofá y sacó de su mochila un libro para colorear y sus crayolas. Elena acompañó a Aracelis a la puerta donde ya no se pudieron aguantar las ganas, y un beso fue inevitable. Un beso tan tierno y dulce que las hizo suspirar. No cabía duda que el amor de ellas era fuerte y verdadero.
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𝓔𝓷𝓪𝓶𝓸𝓻𝓪𝓭𝓪𝓼
FanfictionDos mujeres de personalidades y mundos diferentes, ambas sintiéndose atrapadas en la vida que llevan. Un encuentro casual cambia sus destinos, dirigiéndolas a esa libertad y esa felicidad que ellas tanto anhelaban.