Villa Novas - 11:45 P.M.
Un silencio cómodo, lleno de besos y caricias entre ellas dos mientras preparaban algo de cenar para Aracelis. Se sentaron en la barra y mientras ella comía, Elena tomaba café y trabajaba un poco en su discurso para el lanzamiento.
Aracelis: Elena..
Elena: ¿Hmm?
Elena alzó su mirada, encontrando a Aracelis atenta a su celular, la vena visible en su frente, signo de que algo la molestaba.
Elena: ¿Qué pasó amor?
Aracelis: ¿Me puedes explicar qué es esto?
Aracelis la miró por fin, mostrándole la pantalla de su celular: era ese tiktok que hizo con Kiki en la tarde, llamándola cosa horrorosa. El descubrimiento de ese tiktok la llenó de sorpresa, pues pensó que lo había subido en privado. Elena se tapó la boca, tratando de controlar la risa de nerviosismo que la invadió, pero fue imposible al ver esa expresión en Aracelis que solo pudo soltar una carcajada.
Aracelis: ¡Elena! ¿Y aparte te ríes? ¿Como puedes hacerlo eso a mi niña? Mi Kiki es una hermosa.
Elena: Ay, perdón amor. Pero es que fue con cariño, estoy de acuerdo contigo, Kiki es algo rarita, pero si, una bella.
Aracelis: Ay, Dios, dame paciencia, tengo a tres niñas en la casa ¿Qué voy a hacer contigo Ele?
Elena: Amarme y adorarme ¿Me perdonas? [haciendo puchero]
Aracelis: Ven para acá, chantajista. Claro que te perdono.
Elena sonrió, y tomando a Aracelis suave del rostro la besó. Un beso suave y tierno que subió de intensidad cuando Aracelis mordió su labio inferior levemente. Ambas jadeando, sus cuerpos ardiendo, deseando sentirse más, amarse como solo ellas sabían. Elena bajó los tirantes de la camisón del Ara, dejando sus senos descubiertos, y se prendió de ellos, besando, succionando, apretando con sus manos. Esos pequeños gemidos que tanto adoraba escapaban de Aracelis. En un rápido movimiento que la sorprendió por completo, Elena tomó a Ara de la cintura, subiéndola a la barra y se acomodó entre sus piernas.
Aracelis: ¡Ele! (Exclamó agitada) ¿Aquí?
Elena: Aquí.. te amo, Ara..
Aracelis: Y yo a ti, mi vida.. ahhh
Elena puso las piernas de Ara sobre sus hombros, y corriendo su panty a un lado se adueñó de esa feminidad de Ara repleta de deseo solo por ella. Aracelis la tomó del pelo, mordiendo sus labios para contener sus gemidos, Elena la sacaba de este mundo con su manera de adorarla, con esas maravillas que hacía con su lengua sobre su intimidad, lamiendo de arriba a abajo, en círculos, succionando suavemente. El gozo era tan inmenso que Ara pronto estalló de placer. Abrazando a Elena, dándose caricias mientras recuperaba la respiración.
Elena la ayudó a bajarse con cuidado, y tomadas de la mano subieron a su habitación, donde al entrar la ropa voló, las dos terminando sobre la cama, besándose apasionadamente. Aracelis bajó sus besos hasta los senos de Elena, apoderándose de ellos hábilmente, sabiendo exactamente que enloquecía a su mujer. Mientras torturaba dulcemente sus pezones con su boca, bajó su mano acariciando su intimidad. Ara deslizaba sus dedos sobre ese punto sensible, metiéndolos y sacándolos, sacándola de este mundo. Elena puso su mano sobre su boca, tratando de contener sus gemidos.
Elena: Ara, mi amor, ahhh, siento que voy a estallar (jadeó)
Aracelis sonrió, y subiendo más la besó apasionadamente antes de acomodarse sobre ella. Ara tomó una pierna de Elena, poniéndola sobre su hombro, abrazándola, ella arrodillada, y sus intimidades encajaron de manera maravillosa, que cuando Aracelis se empezó a mover contra ella Elena no pudo evitar esos gemidos, cubriéndose la boca con la mano de nuevo, Aracelis apretando sus labios. El choque, el roce, de sus húmedas feminidades, rebosando de deseo, era una sensación única, fuera de este mundo, que cuando Ara comenzó a moverse más y más rápido no tardaron en llegar a un intenso orgasmo que las dejo temblando, vibrando de placer. Aracelis cayó exhausta sobre Elena, quien la rodeó con sus brazos, besándola suave mientras recuperaban la respiración.
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𝓔𝓷𝓪𝓶𝓸𝓻𝓪𝓭𝓪𝓼
FanfictionDos mujeres de personalidades y mundos diferentes, ambas sintiéndose atrapadas en la vida que llevan. Un encuentro casual cambia sus destinos, dirigiéndolas a esa libertad y esa felicidad que ellas tanto anhelaban.