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En una cabaña cerca del bosque…

Desari estaba explorando el lugar mientras David le guiaba hacia la habitación que ocuparía.

El agente abrió una puerta y apoyando una mano en la espalda de la rubia la hizo pasar -Está será tu habitación mientras estemos aquí, a menos que tengamos que cambiar de lugar-

-¿Y crees que eso será necesario?- pregunto curiosa.

-Sólo si nos descubren- respondió él -Algo eso es poco probable, pero nunca se sabe- se encogió de hombros.

-No traje nada conmigo, ni ropa…- comenzó a alegar la rubia mientras veía como la habitación estaba bien equipada.

El ojiazul camino hacia un clóset y abrió sus puertas -Aquí hay ropa y todo lo que puedas necesitar, si necesitas algo más me lo pides-

Desari camino hacia el clóset para ver qué había allí -Quiero saber cómo están mis amigos, hablar con ellos-

-De momento es mejor que no usen sus celulares o redes para que no los encuentren ni rastreen- alego Clark.

-Pero quiero saber cómo están- refutó la joven contrariada y sin ser consciente haciendo un puchero.

Los ojos claros del agente siguieron el movimiento de sus labios con avidez -Están con otros dos de los mejores agentes de la agencia y yo les puedo preguntar, nuestros teléfonos son especiales para que no sean rastreados-

-Pues pregunta por ellos por favor- pidió la chica y luego se mordió el labio inferior.

Sin poder evitarlo el moreno se acercó a la rubia y plantó un beso en sus labios, luego de que se separó se pasó la lengua por los labios como saboreando y sonrió de medio lado -Delicioso- luego se giro saliendo de la habitación -Me comunicaré con los agentes que los resguardan y te diré-

La rubia se quedó allí pasmada e inconscientemente se llevó una mano a sus labios, los cuales sentía cosquillearle mientras su corazón latía desbocado.

Quizás, solo quizás, podría terminar agradeciéndole a Dylan por meterlos en aquel embrollo.

-¿Qué prefieres para cenar preciosa?- escucho la voz de David preguntar sacándola de sus pensamientos.

Desari negó con la cabeza y fue al encuentro del agente.

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En el hotel…

Dylan y el agente Hoechlin habían acabado de cenar.

Rato después un inquieto castaño no podía dormir y no tenía con que entretenerse.

-¿No hay una computadora o chance de que me devuelvas mi celular?-

-No, es mejor que evites usar aparatos tecnológicos por un tiempo a menos que sea imprescindible- lo miro de arriba abajo -Ya sabemos en qué embrollos te puedes meter-

-¡Oye!- se queja Dylan -Lo hice con buenas intenciones-

Los ojos verdes le dieron una mirada inquisidora -Ya sabes lo que dicen de las buenas intenciones-

-Aja- le mira con desgana -¿Y que hago mientras?- zapatea.

-Ve la televisión- señaló al aparato.

-No hay nada bueno que ver y no hay cable- reniega el joven.

-Lee algo- aconseja.

Dylan deja escapar un bufido -No traje libros duh-

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