P.O.V. Joaquín
Ya había pasado una semana desde la entrevista y la presa y las redes sociales se empezaron a calmar. Nunca pensé que estar en el ojo de los medios podría ser tan horrible, ya que yo siempre había estado en el otro lado. A diferencia de mí, Emilio lo llevaba tan normal, algo obvio porque siendo el hijo de Osorio & C.o. cualquier escándalo suyo se hacía importante.
- Bueno, parece que los paparazzis han dejado de seguirnos por todas partes, no hay ninguno en la entrada del edificio, que alivio- dije levantando los brazos con emoción.
- Vaya, ¿así que no quieres que siga haciéndote esto?- Emilio se acercó a mí, me agarro por la cintura y me pegó al él, sin poder soltarme - yo ya me estaba acostumbrando.
- Emilio suéltame, no quiero no - dije alejándole, pero sin conseguir ningún efecto.
El rizado sonrió - vaya, pues tus mofletes rojos no piensan lo mismo - venga, dame un besito como ese día en el parque - contestó poniéndome morritos
Le puse la mano en sus labios - ¿Te refieres a el día en el que me tocaste el culo tanto que llegamos al trato de que si te daba un beso pararías? - y tras decir eso una de las manos del mayor bajo desde mi cara hasta llegar al lugar anteriormente dicho.
- Mmm... Yo no lo recuerdo así... Lo que si recuerdo es la cara de bobito que se te quedó después - soltó moviendo la cabeza de lado a lado y poniendo esa sonrisita que tanto me irritaba.
- ¡Y-yo no puse sonrisa de bobito! Estaba metido en el papel. Ahora o quitas esa mano de mi glúteo o te quedas sin mano, tú eliges - sonreí provocativamente.
- Que duro eres conmigo, casi tanto como tu trasero...
En ese momento sonó la puerta.
- Maldita sea...- murmuró Emilio - ¿Quién es?
Entonces la puerta se abrió, obligándome a pisar a Emilio para que se separara de mí con lo que el oprimió sus ganas de gritar. Era la secretaría.
- Siento molestarles, pero su comida de negocios es en un cuarto de hora y el chofer le está esperando.
- Muy bien, ahora mismo bajo.
Y tan pronto se cerró la puerta Emilio me dio un azoté en el culo, haciéndome soltar un leve grito.
- ¡Auch! ¿Por qué? ¿Qué he hecho? - pregunté dirigiendo mi mirada hacia él.
- Esto es por el pisotón de antes y por haberte negado a besar a tu jefe.
- Oh, lo siento, no he leído en mi contrato la parte en la que pone "Debes besar a tu jefe siempre que él quiera". Espera... ¡Ah! Que no existe - me burlé de él.
- Que sepas que ese sarcasmo te va a salir muy caro. Igual voy a tener que reescribir tu contrato para que ponga que pueda darte azotes. - volvió a acortar las distancias y me susurro al oído: " Espera... Ah, que ya lo hago". Se me erizaron los pelos.
***
Una vez que Emilio se fue de comida de negocios yo decidí ir a hacer compañía a Nikolas, que sentía que no le había visto en décadas. Él estaba sentando en la mesa así que fui por la espalda y apoyé mi barbilla en su hombro.
- Holi ¿Qué estás haciendo? - le pregunté.
- ¡Pequeñín! Hacía mucho que no venías a hacerme una visita. - Dijo levantándose del asiento y dándome un abrazo.
- Niko, que me aplastas... - dije sin casi poder respirar por la fuerza de sus brazos.
- Uy, perdón, ya sabes que a veces no controló mi fuerza - se disculpó.
- No importa, siento no haber venido antes, pero con todo esto de los periodistas siguiéndonos a todos lados no he tenía tiempo para nada...
- Sí... ya he visto ya alguna que otra foto... Se te veía tan triste... - soltó con mucho sarcasmo.
- ¡Tonto! Se llama fingir.
- Sí, sí, seguro. Bueno, pero mañana es mi cumpleaños, vendrás a la fiesta ¿verdad?
- No me la perdería por nada, pero no pienso beber, que luego pasa lo que pasa...
- Eso dices ahora... ya veremos mañana...
- No me puedo creer que ya vayas a cumplir 25... Mi hijo se me hace mayor - dije en broma.
- ¿Hijo? Pero si tú tienes 24, en todo caso yo debería ser tu padre. O debería decir, tu papi - se me acerco de forma provocativa, quedándose a escasos centímetros.
- No bromees, que cualquiera nos puede ver y pensar en otra cosa, bastante tengo con fingir un noviazgo, como para meterme en un triángulo amoroso ficticio también.
- Sí, será mejor que no, porque yo ganaría y tu jefe no se lo tomaría bien - dijo orgulloso.
- Muy creído te lo tienes tú, para eso ya tengo a Emilio.
- No me compares con él, porque ambos sabemos que yo te haría más feliz.
- Quien sabe... Bueno, tengo que irme, nos vemos mañana, papi - le guiñé un ojo y después me fui de allí partiéndome de risa al ver la cara que se le había quedado.
Bye los roma
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El hijo de mi Jefe [✔] © # [Adaptación]
RandomJoaquin trabaja en una de las empresas más grandes de país. A sus 24 años ha conseguido ser el jefe de su departamento, pero el aspira a más, quiere lograr la vicepresidencia de la compañía. Aun así, todos sus sueños se truncan cuando su jefe, el pr...