Este capitulo va dedicado a todas y todos mis lectores, los romaaaaa ❤❤❤
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P.O.V. Joaquin
Una vez me acabé de vestir baje al vestíbulo porque había quedado allí con Emilio.
¿Sabéis esa escena cuando el tío esta abajo esperando a la chica y cuando baja las escaleras el hombre se queda con la boca abierta de lo guapa que esta la mujer? Bueno, pues a pesar de que yo era quien baja las escaleras, también era el tío que estaba con la boca abierta al ver lo guapo que estaba Emilio. El siempre va bien vestido, pero hoy especialmente.
- Que guapo Joaquin - dijo con su sonrisa de porcelana.
- Pues anda que tú también los estas - le devolví el cumplido.
- ¿Tú devolviendo un cumplido? Joaquin, ¿estás bien? - se burló.
- Ja, ja, muy gracioso, yo solo digo la verdad.
- Me alegro, venga, vamos que nos está esperando el coche. - dijo Emilio ofreciéndome su mano para que la agarrara.
Dentro del coche me puse a ver como la ciudad brillaba con la iluminación. - ¿Puedes decirme a donde me llevas de una vez? - le pregunté.
- No, vas a tener que esperar a que lleguemos para averiguarlo.
- Venga, pero dame alguna pista - gimoteé.
- Es el lugar más bonito que conozco de esta ciudad. Y antes de que me preguntes, no, nunca he llevado ninguna de mis parejas allí a cenar, así tu serás él primero - dijo mirándome fijamente a los ojos y apoyando una de sus manos en mi muslo.
Me quede mudo. No sabía que decir, o que sentir. Pero estaba nervioso y emocionado.
Por fin llegamos al lugar indicado, y era más bonito de lo que nunca pude imaginarme, era una mesa para dos en una terraza de piedra con vista de toda Sicilia. El lugar estaba ambientado con luces cálidas, trepadoras y música suave de fondo. Era precioso.
- ¿Te gusta? - me preguntó agarrándome por la cintura...
- ¿Que sí me gusta? Esto es lo más bonito que había hecho nunca por mí. -dije llevando las manos a la boca e intentando aguantar las lágrimas.
- Me alegro, venga, sentémonos.
Desde las sillas de la mesa se veía todo el paisaje iluminado por la luz de la luna. Estaba tan limpio el cielo que se veían hasta las estrellas brillar.
- Me encantan ver las expresiones de tu cara cuando miras el paisaje - soltó.
- Es que son unas vistas que te quitan el aliento. Me alegro que me hayas hecho esperar para ver esto.
- Es que las sorpresas nunca hay que revelarlas antes de tiempo - sonrió.
La noche siguió adelante, y todo fueron risas y buenos momentos. No sabía lo interesante y profundo que podía ser Emi una vez le sacabas de tu entorno. La verdad es que me daba igual si había fotógrafos alrededor nuestro o no, con la sola presencia de Emilio ahora mismo me bastaba.
Ya estábamos acabando de cenar, y la verdad es que todo lo que pedimos estaba muy bueno.
- Voy al baño un momento - dijo Emilio.
Aprovechando ese momento llamé al camarero para que viniera.
- ¿Qué es lo que usted desea? - pregunto el camarero.
- Querría que me trajera lo más rápido posible el recibo, para pagar.
- Lo siento, Sr. Bondoni, pero el Sr. Osorio me ha dicho antes que bajo ninguna circunstancia le dejara pagar a usted.
Maldita sea, que listo es Emilio, pero no tanto como yo.
- Oh, lo sé, pero le he convencido yo para que lo paguemos a medias, así que no se preocupe.
- Como usted diga, ahora mismo se lo traigo.
Cuando trajo el recibo, vi cuanto había que pagar y casi me atraganto con la cifra, pero era obvio por el lugar en el que nos encontrábamos. Rápidamente, saqué la cartera de mi bolsillo, pero cuando me puse a buscar mi tarjeta de crédito, no estaba.
- ¿Buscas tu tarjeta de crédito? - soltó de repente Emilio, quien salió de la nada haciendo que sobresaltara y que casi se me cayera la cartera al suelo del susto.
- Emilio ¡Que susto! Sí, ¿tú sabes dónde está?
- La he guardado en un lugar seguro hasta que salgamos de Italia. Creía que habíamos dejado claro que tú no ibas a pagar por nada en lo que quedaba de viaje, Joaquin.
- Maldita sea, ¿Cuando me has quitado la tarjeta de crédito? Y, ¿de verdad te esperaba que fuera a obedecerte?
- No, por eso te he quité la tarjeta mientras te duchabas, porque los niños malos no se la merecen. Ahora en adelante si quieres algo vas a tener que pedírmelo a mí para que te lo pagué - respondió sacando su sonrisa de ganador.
- Que sepas que esto no va a quedar así - le desafié lanzándole una mirada letal.
- ¿Voy a tener que darte unos azotes aquí delante del camarero para que aprendas la lección otra vez? - me amenazó.
- ¡No! Eso es trampa.
Emilio se rió - Venga, vámonos, que ya es tarde y mañana tenemos que volver al trabajo, dije levantándose de la silla y extendiendo su mano para que la cogiera.
- Bueno, vale... - me rendí, estaba pasándolo demasiado bien como para enfadarme por no dejarme pagar.
ufffffffffff lo que se viene........ bye los roma...........
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El hijo de mi Jefe [✔] © # [Adaptación]
RastgeleJoaquin trabaja en una de las empresas más grandes de país. A sus 24 años ha conseguido ser el jefe de su departamento, pero el aspira a más, quiere lograr la vicepresidencia de la compañía. Aun así, todos sus sueños se truncan cuando su jefe, el pr...