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Llegada la hora, me levanté de mi cama, fuí a tomar mi saco y guarde mis llaves dentro de mi bolso, posteriormente sólo me quedé mirando mi rostro frente al espejo y solté un amplió suspiro. Me sentía culpable de nuevo, ya que Hong Joong terminaría conmigo por dejarme ser feliz junto a YoungJo, pero a la vez me sentía feliz ya que no tendría porque ocultarlo por más tiempo, pero por otra parte... Estaba asustado ya que con anterioridad había abusado de mí e incluso me había golpeado, estaba aterrado de que pudiera pasar de nuevo, por lo que no sabía si ir o no.
— Yeo-ah, Hong Joong-ssi está esperando abajo —. Gritó Keonhee desde la planta baja con la voz semi cortada, como si hubiera estado corriendo.
— ¡Ya..ya voy!, gra.. gracias Keon —. Respondí tratando de sonar lo más tranquilo posible y suspiré para después tomar mi celular y guardarlo dentro del bolsillo de mi pantalón, exhale, tome mis zapatos, apague la luz, abrí la puerta, salí, cerré y comencé a bajar los escalones.
— ¿De verdad irás? —. Se le veía indignado y molesto. Era de esperarse esa reacción por parte de YoungJo, pues sabía lo que Hong Joong me había echo hace tiempo y dejarme solo con él no era del todo una buena idea.
— Te lo explique antes, iré, porque de ser verdad... De no ir, cambiaría de parecer —
— Está bien, pero si las cosas se tornan extrañas.. Llámame, ¿si? —
Asentí y sonreí.
— Por supuesto que te llamaré —
Exhaló y relajo un poco su postura, después de eso, tomó mi mano y me ayudo a bajar los últimos escalones para posteriormente acompañarme hasta la salida, donde por cierto hicimos una breve pausa para colocarme los zapatos.
— ¿Tenías que salir tú? —. Preguntó Hong a regañadientes a lo que Young sólo exhaló y levanto la mano en gesto de saludo.
— Igual me da gusto verte, Hong Joong-ssi —. Añadió Young con sarcasmo y una sonrisa forzada.
A ambos no les agradaba verse y eran obvias sus razones y actos, pero para mí mala suerte, había quedado justo en medio. Ravn se aferró a mi mano y HongJoong tomó la otra con fuerza halandome hacía él, y fue justo ahí cuando temi sentirme muñeco de trapo, aunque no pasó mucho para que aquello ocurriera. Ambos empezaron a discutir de manera torpe e infantil e incluso de vez en cuando a tirar de mis brazos,yo no paraba de quejarme y pedir que se detuvieran, pero ninguno parecía escucharme, por lo que inconcientemente termine gritándole a Dongju y fue justo ahí cuando ambos me soltaron. Perdí el equilibrio sobre mi mismo y casi caigo de espaldas contra el suelo, pero para mí buena y muy muy extraña suerte, a ambos se les ocurrió sostenerme al mismo tiempo, acto que me sorprendió bastante.
Ahora tenía los ojos de ambos fijos sobre los míos.
— ¿Estás bien? —. Preguntaron al unísono quedándose después con la boca abierta y mirándose con desagrado el uno al otro, mientras que yo ahora sólo me encontraba a escasos centímetros del suelo.
