~Capítulo 14~

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Al salir del restaurante, no podía sacarse de la mente el hecho que Melanie lo hubiera invitado a la cita que ella tenía con Dane,  ¿Qué acaso había algo detrás de eso? De segura había una razón por la cual ella lo había tomado en cuenta para esa salida, pero ¿Cuál sería esa maldita razón? Simplemente no podía pensar en un motivo que dara de manera lógica o coherente, pero no se preocupaba, de seguro podría preguntarle a su amigo en la escuela.

Al llegar a su casa se encontraba bastante agotado, ya que había caminado prácticamente todo el día, Adam supo que su padre no se encontraba en casa, al ver que no habia ningun coche en la cochera, entro empujando la puerta y dejando las llaves en la mesa de la cocina, no estaba hambriento gracias a la comida que comió en su plan de "Violinista", así que solo subió a su cuarto, se quitó la ropa, se puso un atuendo que le resultara comodp para dormir y quedo profundo en su cama.

Se despertó a la mañana siguiente gracias al insoportable ruido de su alarma, ese maldito aparato, tan pequeño, pero a su vez tan increíblemente molesto, lo apago de un puñetazo ya que se encontraba de mal humor, solo era otra de sus "Típicas mañanas": Levantarse completamente agotado prometiéndose no volverse a desvelar, sabiendo muy bien que no sería así.

Por otra parte, se sentía contento ya que podría ver a Ana en la escuela, y podrían hablar del concurso, pensaba invitarla a casa para hacer la obra que ella presentaría, él se encargaría de tomar fotos y evidencias les proceso que cree la chica, al encontrase de pie en su habitación, se dirigió directo a la ducha, vio por un pequeño hueco en la puerta de su padre como este se encontraba completamente estampado en su cama,  como envidiaba ver todas las mañanas a su padre dormir tan plácidamente mientras él debía alistarse tan temprano para la escuela, soltó un pequeño suspiro y entro al baño.

Al salir de su relajante ducha, tomo una toalla y alisto la ropa que usaría, un par de jeans azules oscuros, sus tenis grises, una camiseta blanca y su saco gris preferido ( Con capota, obviamente.) Al estar listo, tomo su mochila y bajo las escaleras, era un día bastante alegre, el cielo completamente azul, con un viento suave que llegaba a resultar agradable, pero a pesar de eso, sentía como algo ocurriría esa semana, tomo sus llaves y salió solo para encontrase de nuevo intentando entrar, había olvidadlo su móvil, abrió rápidamente, corrió hacia su habitación lo tomo y bajo de nuevo a toda prisa.

Tenía un mensaje, era de su amigo, "Oye... Tenemos que hablar", no pudo evitar reírse, sonaba como una novia la cual estaba inconforme en una relación, no le presto importancia ya que seguro era por su salida "Dramática" del otro día en el restaurante, guardo el móvil y siguió caminando.

Al llegar a la escuela, habían numerosos alumnos entrando por las grandes puertas, se puso su capota y siguio caminando cruzando la entrada, vio a Jane y su grupo de amigas, y como siempre, ella se encontraba completamente radiante, a unos cuantos metro de allí, estaba Ana, la chica vestía un suéter blanco, un pantalón rosado y un gorro de invierno, estaba sentada en el piso a la espera de que abrieran el salón, Adam intento saludarla pero la chica estaba hundida en su libreta.

Miro hacia el otro lado y vio a su amigo, fue a hablar con él, pero justamente en ese momento  sonó el timbre que marcaba el inicio de las clases, se dio la vuelta y entro a su salón, al entrar noto a Ana sentada en su silla dibujando en su libreta, se dirigió hacia ella, cuando se encontro a su lado, se arrodillo a ver lo que hacía. ­­— ¿Ya sabes lo que harás para el concurso? — Pregunto el chico.

La chica no pudo evitar dar un pequeño salto en su puesto. — No... — Contesto, solo para recordarse ese retrato. — ¡No mentiras! Sí. — Corrigió rápidamente.

— ¿En serio? ¿Y qué pensaste? —

—Esto... Veras... Yo pensaba hacer... — Justo en ese momento fue interrumpida por el profesor el cual se hacía notar entrando al salón, esto para ella fue un alivio, ya que no tenía ni idea de que responder. — Me cuantas luego. — Susurro Adam al oído de Ana, para luego pararse y dirigirse a su puesto.

La clase se pasó relativamente rápido, unos cuantos apuntes tomados y una pequeña actividad, entonces cuando menos lo espero sonó el timbre el cual indicaba el inicio del descanso.

Volteo a mirar a Ana, pero ella ya había salido apurada del salón, sentía ganas de ir a intentar por milésima vez hablar con Jane, pero esta no para de hablar con sus amigas, incluyendo a la loca de Cristina, así que acercarse a ella seria no era buena idea, Adam recordó que debía ir a hablar con su amigo así que se puso de pie y fue a buscarlo, como era común, Dane estaba esperándolo afuera del salón.

— ¿Qué ocurre? —  Pregunto Adam. — Quiero saber por qué saliste así de la nada el otro día en el restaurante. — Contesto Dane.

—Antes de responderte, respóndeme primero ¿Por qué Melanie quería que yo fuera? —  

—Le pregunte exactamente lo mismo, me dijo porque no quería que te sintieras solo porque ella y yo salíamos. — Dijo Dane. — Ahora respóndeme. —

—Está bien... Salí así porque la verdad estaba bastante incómodo y aburrido. ¿Algo más?  — Respondió Adam.

—Esa es la excusa más idiota que eh escuchado en toda mi vida. — Refuto Dane.

— ¿Qué tiene? Es la purita verdad. —

—Bueh... Te creo, acompáñame a la tienda, tengo hambre. — Dijo Dane.

El día se pasó rápido, intento hablar con Ana del concurso pero está siempre se negaba, de la misma manera se pasó toda la semana, la verdad, no sabía por qué no quería hablar de eso, bueno, en parte si sabía; Ana estaba asustada por participar, pero ¿Cómo iba a calmarla si siempre se negaba a hablar con él? Sinceramente no lograba entenderla.

El viernes de esa misma semana, mientras regresaba a su casa, vio como de nuevo el coche de su padre no se encontraba en la cochera, no se preocupó, ya que era habitual que llegara tarde, entro a su casa, dejo las llaves y se cambió, estaba preocupado por el concurso, ya había pasado una semana, y no habían hecho nada, ya solo quedaba plazo de una semana para entregar el dibujo con las evidencia de realización, pero Ana se seguía refutando a hablar con él.

Adam al estar con ropa cómoda, bajo a la sala para ver televisión, quedándose dormido. Se despertó a eso de las 12 Am, y noto como su padre aún no había vuelto, ya había empezado a preocuparse, en ese instante oyó como el teléfono fijo sonaba, se paró a contestar, del otro lado de la línea escucho la voz de un hombre que jamás había odio. — ¿Familiar del señor Andrés? — (Si, así se llamaba si padre.)

—Sí señor, habla con el hijo, ¿Ocurre algo? — Pregunto Adam intentando mantener la calma.

 —Su padre sufrió un accidente automovilístico, se encuentra en un estado de coma, necesitamos que venga de inmediato al hospital. —

Un retrato nunca elaborado. (Editando)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora