~Capítulo 9~

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Estaba confundido, no entendía por que Cristina se presentaba en su casa un Domingo a esa hora, bueno tampoco era tan tarde, tan solo eran las 6:00 de la tarde, pero aun. ¿Qué hacia ella en su casa?

Adam al oír que la chica le pregunto si podía pasar asintió confundido, la chica traía un hermoso vestido azul oscuro que le llegaba a la rodilla,  el cabello suelto pero con dos mechones a los lados que se unían, sus gafas puestas y unas zapatillas negros, estaba bastante guapa a decir verdad.

La chica esbozo una pequeña sonrisa al ver la cara de confusión que traía Adam mientras entraba a la casa, camino por la entrada y se sentó cruzando la pierna en el sofá de la sala, ― Eh... Oye... ― Dijo Adam con la voz entre cortada mientras se rascaba el cuello con confusión.

― ¿Qué pasa? ¿Qué acaso nadie puede venir a visitarte? ― Dijo la chica mientras reía.

― Em... pues... seria lindo si me avisaras, traigo puesta la pijama ― Dijo el chico asustado mientras se miraba a sí mismo.

― No te preocupes, puedo esperar a que te alistes. ― Contesto Cristina mientras sonreía.

― ¿Alistarme para...? ― Dijo el chico confundido.

La chica al oír a Adam no pudo evitar soltar una carcajada al ver como el chico reaccionaba. ― Eres bastante tierno cuando te confundes. ― Comento la chica. ― Solo quería salir con tigo a dar una vuelta, pero veo que no quieres así que mejor me voy ― Añadió.

― Nononononono, lo que ocurre es que no traigo ropa adecuada ― Dijo el chico.

― Aquí te espero, pero no tardes demasiado ― Dijo la chica mientras guiñaba el ojo y se recostaba en el sofá.

Adam quedo bastante sorprendido ante la reacción de la chica, subió corriendo las escaleras, al llegar a su habitación tomo ropa adecuada, tomo sus llaves y su billetera. ― Esa chica está completamente loca, ¡tiene las hormonas completamente alborotadas! ― Se dijo a sí mismo. Estaba claro que él le gustaba, estaba clarísimo, pero a él no le gustaba ella, a él quien le gustaba era Jane, ¿Cómo haría para decirle que no la quería a ella? Se preguntó mientras bajaba las escaleras que dirigían a la sala.

Al llegar a la sala se encontró con su padre sentado en el sillón mientras habla con Cristina, la chica reía mientras su padre hablaba, ¿De qué mierdas hablaban? Seguramente el padre le contaba cosas vergonzosas de cuando él era pequeño. Corrió a la sala para evitar que su padre siguiese hablando.

― Hijo, no me contaste que vendría una amiga tuya ― Dijo su padre mientras reía.

― Yo tampoco lo sabía ― Se dijo a sí mismo.

― Bueno... y ¿Qué harán? ― Pregunto su padre.

― Eh... bueno... pues pensaba que podríamos ir a dar una vuelta. ― Dijo Adam asustado.

Su padre lo miro con emoción, era la primera vez que su hijo salía con una chica, no pudo evitar sonreírle. ― Bueno pues, es mejor que salgan ya, se está haciendo tarde ―

Adam asintió y la chica dio un salto para pararse, Adam abrió la puerta para que Cristina saliera seguido por él, al llegar a la calle el chico se volteo y vio a su padre el cual sonreía y juntaba las manos de la emoción, Adam avergonzado se volteo de nuevo rápidamente.

― Relájate, solo es una salida de amigos, no veo por qué estás tan preocupado ― Dijo Cristina al ver la cara de preocupación que traía el chico.

¡¿Cómo no iba a estar preocupado?! ¡Él no quería salir con ella sino con Jane! Los dos chicos caminaron hasta llegar a un pequeño restaurante de comida rápida, se sentaron en la mesa que quedaba al lado de la ventana y pidieron la carta. Adam se concentró en la ventana, lo calmaba ver como los coches y peatones cruzaban de un lado para el otro, también veía las distintas personas que jugaban y caminaban por el parque que estaba enfrente.

― ¿Que ordenaran? ― Interrumpió la camarera.

― Para mí una pequeña ensalada ― Dijo la chica mientras sonreía y miraba a Adam.

― Una hamburguesa por favor ― Dijo el rápidamente.

La camarera asintió y se retiró, Cristina lo observó fijamente. ― ¿Ocurre algo? Pregunto.

Adam la miro, el entendió que tenía que para de actuar como un pendejo, sabía que  era casi imposible que una chica como ella se fijara en alguien como él, pero ya era bastante ridículo seguir actuando así.

 ― No, No ocurre nada ― Dijo firmemente. ― ¿Puedo hacerte una pregunta? ― Dijo el chico.

― Claro ― Contesto Cristina.

― ¿Por qué decidiste ir a salir con migo? ―

― La verdad pareces una persona bastante interesante, y nunca me había tomado el tiempo de conocerte. ― Respondió mientras soltaba una sonrisa y tomaba de su bebida.

¡¿Interesante?! ¿¡El interesante?! ¡Él era la persona menos interesante del mundo! y ¿Cómo por qué razón seria el interesante? El no podía entender que veía ella en él.

― Y dime... ¿Yo te parezco interesante? ― Dijo la chica con voz seductora, El chico quedo completamente helado ante esa pregunta, esa chica tenia las malditas hormonas por el cielo ¡Que alguien le echara un balde de agua fría en la cabeza! A ver si así lograba calmarse un poco.

― Em... pues veras... yo... ― Dijo con la voz entrecortada. ― Siempre eh pensado que conocer más gente es interesante. ―

― Interesante respuesta. ― Dijo la chica.

Adam entendió que esa chica era un bestia hormonal, no hacía más que pararse a abrazarlo y mirarlo con ganas, sinceramente creyó que la chica lo iba era es a violar en pleno restaurante, pero aun así logro mantener una charla bastante agradable.

Ambos vieron como uno de los chicos que pasaba por la calle en patineta se tropezó contra una señora haciendo que ambos cayeran al suelo, Adam y Cristina no pudieron evitar reírse a carcajadas, fue una de las caídas más graciosas que ambos habían visto, luego de calmarse un poco Adam pidió la cuenta mientras que la camarera asentía.

― Ni creas que pagaras. ― Dijo Adam con voz firme al ver como la chica sacaba dinero de su bolso.

― En serio déjame pagar lo mío, eso de que solo el chico paga es en citas... O dime... ¿Acaso esto es una cita? ― Dijo la chica con mirada y tono seductor.

Adam volvió a quedar helado con lo que la chica decía, esa chica estaba completamente loca.

― No, claro que no, pero por favor solo déjame pagar esta vez. ― Dijo el chico.

― ¿Esta vez? ― Dijo la chica ― ¿Acaso abran futuras veces? ― Añadió.

Vale, ya era suficiente, esa mujer estaba completamente alborotada, el chico se propuso a no decir una palabra más. Luego de pagar la cuenta se dirigieron a la casa de Cristina, la chica se anunció en su portería y luego le abrían la puerta.

Cristina rápidamente tomo a Adam del cuello de la camiseta y lo jalo dándole un fuerte beso, luego de terminar el beso la chica corrió hacia el edificio dejando al chico completamente petrificado.

Un retrato nunca elaborado. (Editando)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora