Adam entró en la sala, viendo como su familia sonreía tras su presencia, por fin no sintió el miedo que sentía cuando acudía a reuniones, eventos familiares y sociales. Adam por fin era más seguro de sí mismo, por fin comprendió de lo que era capaz, de sentir lo que en verdad era, ya no se consideraba la persona más despreciable y patética que podría llegar a existir en el mundo, Adam toda su vida fue así, hasta que conoció a la persona que logro cambiar su vida por completo.
Toda esta historia inició en su escuela, un edifico viejo, el cual estaba cubierto de un ladrillo rojizo.
Era una mañana como cualquier otra, Adam se encontraba dando pasos a unos cuantos metros de la entrado, como siempre escondido bajo la supuesta seguridad que le brindaba su capota, al estar dentro, se dirigió a su respectiva aula de clases, el ambiente era frío, al pasar la entrada de la case 10B, tomo asiento en el punto que se le había asignado, precisamente en el centro de la sala, tiro su maleta en el costado derecho de su mesa y apoyo su cabeza en esta, al cabo de unos segundos, logro divisar la entrada de una chica llamada Ana, ella siempre era muy callada, se le complicaba bastante socializar y siempre se la pasaba hundida en sus propios pensamientos, Adam se imaginaba un infinito número de veces los tipos de pensamientos y emociones que transcurría por la mente de aquella chica, interrumpiendo sus pensamientos, hizo su entrada Jane.─ Oh Jane... ─ Pensó Adam, mientras soltaba un leve suspiro, el cual declaraba la necesidad que le hacia esa chica en su vida, ella era... era... simplemente increíble.
Jane era alta pero no tanto como el, tenía el cabello largo y un poco Ondulado, de color castaño claro y era de unos ojos color miel que simplemente derretían todo lo que vieran, era como si un ángel fuera mandado desde los cielos para cautivar a los simples mortales. ─ Sonara exagerado, pero eso era lo que ella lograba impactar en tal chico. ─
Su momento de lograr admiran a Jane no le duro más que unos segundos, ya que para su desgracia; fue interrumpido por su profesor de sociales, el cual era bastante fastidioso puesto que siempre dejaba largos trabajos y escribía en los tableros infinita información que la mayoría de los estudiantes encontraban inútil, pero debían copiarla dado que se sumaban a la nota de apuntes al final de cada semestre, y esta nota era bastante importante.
Adam siempre tuvo problemas con el orden en sus materiales y en su letra, por lo tanto su nota no era la deseada, siempre se juraba a principio de año ser más ordenado, pero nunca logro alcanzar ese logro, simplemente era imposible. Cuando su profesor entró en la sala dejó sus materiales en su mesa, copio la fecha y enseguida empezó a escribir todo lo que nadie en todo el mundo consideraba importante, a excepción del viejo canoso.
Durante toda la clase Adam no paró de detallar todo el esplendor que emitía Jane en sus adentros, él estaba seguro de que lo que sentía no era algo normal, verla era como sentir 100 camiones atropellándote el vientre a la vez, sencillamente ella era demasiado, él no podía verla por medio segundo ya que si lo hacía quedaría cautivado por su simple perfección, es por esto, que la clase no le pareció que hubiera durado demasiado.
En el proceso de finalización de la clase, el profesor dejó un trabajo bastante extenso, el cual consistía en realizar un mapa sinóptico de la página 28 a la 50 de su libro de sociales.
─ ¿Este trabajo cuando se entrega? ─ Preguntó uno de los estudiantes de la parte de atrás.
─ Dentro de 5 días ─ Contestó el profesor.
Recogió sus cosas y abandonó la sala, acto seguido los estudiantes empezaron a hacer lo mismo, Adam metió sus cosas en su mochila, para luego notar como Jane se dirigía a la puerta.
─ J... ¡Jane! E... ¡Espera! ¡Quiero decirte que...! ─ Gritó, ansiando una respuesta, pero sólo recibió un gran golpe de lastima cuando la chica dio caso omiso a su intento de entablar conversación.
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Un retrato nunca elaborado. (Editando)
Romance¿Alguna vez te has sentido completamente solo? ¿Has sentido lo que es guardar lo que piensas por temor a lo que piensen los demás? ¿No estás cansado que si no eres como el resto jamás serás aceptado? ¿No?, Pues te presento a Adam, un chico que sufre...