Despertó, solo para sentir el sentimiento que lo ha estado ahogando, cuán mar que crece cada vez que Adam abría sus ojos, la última gota de fuerza que abarcaba su cuerpo se había esfumado con la esperanza de abrir los ojos cada mañana, se sentía indispuesto a caminar, a comer. Indispuesto a vivir.
¿Qué le quedaba? Nada. Nada le quedaba, ¿Su padre? En coma. ¿Hasta cuándo? Nadie lo sabe, ¿La escuela? De que importaba. Su vida se había convertido en un huracán que succionaba todo lo bueno que le sucedía.
Adam ya ni recordaba a Dane, ni a Ana, pero al articular el nombre de la chica, admitió que una extraña sensación de pena recorrió su cuerpo, se sentía mal, abandonó a la chica, en una situación que el mismo la había arrastrado, prometió ayudarla, estar ahí para ella, pero la olvidó, la olvidó como los recuerdos vagos que tenía de sí mismo. Ella en verdad, que no merecía tal cosa.
Miró la hora, aún estaba a tiempo de llegar a su escuela, se lo debía, debía ir, debía disculparse, el concurso ya había concluido, y él no estuvo ahí, se puso en pie, se sentía tan desorientado, miró el panorama, su habitación hecha un caos, ¿Pero saben? Eso a él no le importaba, de hecho, no le importaba nada a esas alturas, solo... Solo Ana.
Se alistó, no desayunó, no tenía apetito, tomó sus llaves, y salió, sintió el viento resoplar en su rostro, sentía la calidez del sol adentrarse en su piel, lo que le recordó. Su capota, pensó en regresar, pero no, decidió seguir su trayecto.
Divisaba las nubes, los autos, el azul del cielo, y el sinfín del horizonte, observaba las montañas, los edificios, era un día... Hermoso, pero irónico cómo sus adentros gritaban alaridos de desesperación y odio, todo dentro de él añoraba tristeza, ganas de desertar, pero una minúscula parte él decía que avanzara.
Era lunes, pero ¿Eso a qué venía al caso? Caminó cruzando un parque, solo para ver sentada a la chica que tanto esperaba, ahí, sola, en el suelo, mirando al cielo, intento encontrar el fin del universo, perdida. Triste.
Sin dudarlo, se acercó.
- H-hola. - Masculló con gran esfuerzo el chico, percibió que sus palabras parecían vacías, que no lograban transmitir algo.
La chica de inmediato dirigió su mirada directo a sus ojos, los ojos de la chica se encontraban al punto de ser rebosados por las lágrimas.
- ¿P- por qué? - Fueron las palabras que pronunció la chica, Adam sintió estas dos palabras como si dos navajas cercenaban su alma.
Adam solo pudo cerrar sus ojos, quería estar bien con ella, solo pedía eso. Sintió que el tiempo que duró ahí parado como idiota con los ojos cerrados había sido eterno, que los segundos pararon de correr, como si su sangre parara de fluir, solo una cosa le devolvió la conciencia, el calor que emanaba de los labios de la chica, los cuales hacían contacto con los suyos, ¿Inesperado? por su puesto, Adam no lo creía, se sentía... raro, sentía que lo que estaban haciendo ellos dos era incorrecto. De un movimiento brusco concluyó el beso.
La miró a los ojos, y ella lo miraba a él. - En serio. Lo siento, en mí no hay lugar para una relación, en mí... no hay lugar para nada. - Dijo con voz temblorosa, mientras una lágrima emanaba por su mejilla, perdiéndose en el césped que adornaba cada centímetro del parque. - Siento que somos tan cercanos como... dos extraños. Yo... Yo te he olvidado. - Sentenció.
Esas últimas palabras brotaron de su boca, como el agua que cae de cascada, chocando de la manera más brusca contra el cuelo. La chica, cerró sus ojos, desprendiendo un simple par de lágrimas, se separó aun más del chico, se sentía estúpida, ¿Por qué lo beso? Él aún ni sabía que ella gustaba de él, y ella también sabía lo de su padre, se dejó ganar por sus sentimientos.
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Un retrato nunca elaborado. (Editando)
Romance¿Alguna vez te has sentido completamente solo? ¿Has sentido lo que es guardar lo que piensas por temor a lo que piensen los demás? ¿No estás cansado que si no eres como el resto jamás serás aceptado? ¿No?, Pues te presento a Adam, un chico que sufre...