~Capítulo 10~

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Adam congelado ante ese beso no podía moverse, se sentía bastante confundido y hasta le dolían los labios por el beso, jamás había visto y sentido un beso tan grotesco como ese, vio de reojo como el portero tenía una cara de espanto, ese beso seguramente fue el más fuerte y forzado que había visto jamás, el la hubiera detenido pero ella lo jalo desprevenido, estaba preocupado, ahora debería tener que ver a ese animal todos los días en la escuela.

Sacudió la cabeza para intentar sacarse eso de la mente, pero simplemente no podía, se imaginaba desde todas las perspectivas posibles ese beso, debió ser horrible para alguien ver eso, era simplemente grotesco, vio a ambos lados y cruzo la calle, noto como la gente pasaba de un lago a otro, sin pensarlos se puso su capota y camino confundido con la cabeza agachada.

(Ana)

Estaba corriendo, corría muy rápido, sentía como las lágrimas bajaban por sus mejillas mientras caían al suelo, deseaba no estar ahí, quería correr y correr hasta desaparecer, de un golpe se detuvo, estaba cansada, muy cansada, notaba como las lágrimas no paraban de fluir, se sentó una banca que apuntaba hacia su casa, ahora tendría que entrar a su espantoso hogar a aguantar las peleas de sus padres y las faltas de respeto de sus hermanos, odiaba su vida.

La razón por la cual Ana se encontraba en ese estado era porque ella logro ver lo que hacía Adam con Cristina,  ella estaba dibujando en el parque ya que por ser domingo la biblioteca cerraba a las 5:00 de la tarde, creyó que era un buen día para dibujar en el parque.

Ella vio cuando Adam y Cristina entraban al restaurante, y también los vio reír y hablar, ya no se tenía que preocupar por Jane ahora también estaba Cristina, también veía cuando Cristina lo abrazaba y como ambos se retiraban del lugar, sabía que si los seguía se haría daño a sí misma, pero la curiosidad la mataba, los siguió dejando una gran distancia, se escondió detrás de un edificio para ver mientras se despedían, y ahí fue, esa fue la gota que reboso el vaso, ese beso. Ver eso fue como sentir una gran navaja que se clavaba en su espalda, quedo completamente destrozada, se sentía estúpida por seguirlos, ella sabía que se haría daño a sí misma.

Al ver como estaba todo completamente oscuro entendió que ya debía entrar a su casa, empujo la gran puerta y vio como sus dos padres discutían mientras su madre no paraba de soltar lágrimas, tomo un gran respiro y miro al techo, seguramente si sus padres la veían a ella llorar le preguntarían con tonos de voz fuertes, ella solo quería estar sola, llego a su habitación, cerró la puerta y se tiro en la cama, abrazo su almohada con fuerza mientras sus lágrimas fluían.

(Adam)

Llego a su casa y al entrar vio a su padre sentado en la sala mientras lo miraba fijamente, traía una sonrisa de oreja a oreja, seguramente lo bombardearía con preguntas sobre la supuesta "Cita".

― Y bueno... Cuéntamelo todo ― Dijo su padre mientras seguía sonriendo.

― No pasó nada. ― Dijo el chico con tono serio. Su padre decepcionado ante la reacción de su hijo no pudo evitar poner cara triste. ― Si ves... Tu nunca me cuentas nada ―

― Pero padre, en verdad no pasó nada ― Mintió el chico, lo menos que él quería era hablar con alguien y le fastidiaba mucho más hablar sobre esa salida.

Su padre molesto y triste dio un fuerte suspiro, acto seguido se paró y se encerró en su habitación, Adam al ver la reacción de su padre decidió no prestarle atención y se dirigió a su habitación, él sabía que no debió ser así con su padre, pero en serio no quería hablar con nadie, se tiro en la cama, estaba completamente agotado, había caminado muchísimo y solo quería dormir.

Fue una noche muy larga para él, no podía quitarse la imagen de Cristina mientras lo jalaba de su camiseta para besarlo, Vio entrar a Ana con cara de decepción, quería correr a preguntarle por qué estaba así, pero antes de poder parase a hablar con ella la profesora interrumpió.

Ese día se había hecho muy largo, sentía como el tiempo no avanzaba, miraba de reojo a Cristina la cual duro todas las clases observándolo, también miraba a Ana ella por su parte no quito su cara de decepción y tristeza, Adam tuvo el deseo de ir a hablar con Ana en todo el día, pero ella siempre lo evitaba.

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Ana al llegar a su casa se encerró en su habitación, podía escuchar a sus dos hermanos discutiendo con su madre, oía como los dos pequeños lloraban y gritaban. La chica dio un fuerte suspiro, se tiro en la cama y se tapó la cara con la almohada, ― Es mejor para los dos ― Se murmuro a sí misma. Claro que era mejor para ambos, ella sabía que no tenía oportunidad contra Cristina y Jane, y si se alejaba ya no se haría más daño a sí misma, sabía que eso era lo mejor pero tampoco quería dejarlo ir así de fácil, ella desde que vio a Adam entrar por primera vez a su colegio le había gustado, y le gustaba desde entonces, desde que tenían 5 años, hasta la actualidad.

Adam entro a su habitación, estaba confundido, bastante confundido, todas las mujeres alas que el ser acercaba, o lo odiaban, o eran animales o trataban de evitarlo, algo debía estar haciendo mal, pero muy mal, como deseaba tener a su madre con él, seguramente ella sabría qué hacer, el solo necesitaba un consejo femenino, seguramente si le contaba todo a su padre malinterpretaría todo, quería contarle a Dane pero su amigo estaba bastante ocupado con todo el tema de Melanie, ya era jueves, y ellos habían acordado salir de nuevo el viernes.

Adam decidió tomar un baño, debía despejar su mente, debía pensar claramente, por un lado estaba Ana; ella siempre intentaba evitarlo sin el conocer la razón, por otro estaba Cristina; La bestia hormonal que no era nada más sino un chicle que se abalanzaba a él, y por el otro lado estaba Jane; la chica que aún no era capaz de olvidar el maldito tema del te frio, ¿Qué demonios debía hacer el ahora? ¿Debería alejarse de las 3? Bueno de Cristina ya era obvio que debía tomar distancia, y seguramente esperara a que Jane olvidara todo era la mejor opción, Pero ¿Qué hay de Ana? El en verdad quería ver qué pasaba con ella.

Al salir de la ducha saco su móvil y le marco a su amigo, no le contaría todo, pero debía despejar sus ideas, y pasar un rato con su amigo no le vendría nada mal, además, quería ver como estaba ya que saldría mañana con Melanie.

― ¡Adam! ¿Cómo estas amigo? ― Dijo Dane eufóricamente.

― Bien... ― Contesto Adam ― Oye... ¿puedo ir a tu casa? Necesito despejar mi mente un poco.

― Claro y de paso te muestro los nuevos trucos que me enseño Melanie, o también podríamos ver algunas películas nuevas que me trajeron mis padres. ― Dijo su amigo.

― Genial, ya salgo ―

― Okey, aquí te veo ―

Adam tomo sus llaves, su billetera y su saco, bajo corriendo las escaleras.

― ¡Ya vuelvo! ― Grito, no hubo respuesta alguna, seguramente su padre aún no había vuelto, cerró la puerta, se puso su capota y se puso a caminar.

Adam se encontraba en el mismo lugar en el cual se había encontrado a Cristina, no pudo evitar mirar a los lados a ver si otra vez estaba por ahí, y tal como lo pensó, la chica caminaba con dos grandes bolsas con la marca de la misma tienda en la que dijo que estaba la anterior vez con su madre, la chica estaba cada vez más cerca de donde el, Adam intento salir corriendo pero ya era demasiado tarde, pudo notar como Cristina corría hacia el gritando sus nombre.

Un retrato nunca elaborado. (Editando)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora