꧁Cap. 7꧂

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Uraraka se encontraba en su habitación a punto de dormir. Estaba recostada mirando al techo con una pregunta que no abandonaba su mente, que la abrumaba y perturbaba su sueño.

"¿Qué he hecho mal?" se preguntaba sin cesar mirando a la nada.

Hace algunos días que Izuku ya no le sonreía como antes e incluso había llegado a evitarla sin saber el por qué. Cuando regresaba y la veía acercarse hacia él, con el mismo aire dulce que tanto la caracterizaba y aquella sonrisa de luna que siempre se posaba en su rostro al verlo llegar, Izuku le daba una mirada mezclada entre espanto y desesperación a la vez que salía huyendo de su presencia encerrándose en su habitación como si hubiera visto un monstruo. Ahí pasaba el resto de la noche sin dar señales de vida con solo una sirvienta entrando y saliendo de su habitación para comprobar que su patrón estuviera bien y llevándole una bandeja con alimentos variados para que pudiera amortiguar su hambre. La única vez que veía al peliverdes es cuando solía levantarse a desayunar y a voluntad de Uraraka, ella lo esperaba sentada en la mesa para al fin verlo pero, aunque ella le sonreía con la sonrisa más dulce y encantadora que podía haber, Izuku la devolvía con una sonrisa forzada que transformaba su propia sonrisa en una mueca. Ni siquiera se habían dirigido la palabra desde que habían regresado del concierto de Tokoyami, porque, cada vez que Uraraka intentaba hablarle, el peliverde se tensaba al oír su voz y huía despavorido devuelta a su habitación desesperado. 

Ese comportamiento de rechazo por parte de Izuku le dolía a Uraraka y por más que intentaba no sentirse afectada por aquello, terminaba sintiéndose miserable y temía que si esto continuara, no quedaría nada de la hermosa relación que ambos habían construido. 

Por más que daba vueltas a su mente, siempre regresaba al recuerdo donde ella había danzado para él y solo pensar que aquella danza, que interpretó con todo su amor y dedicación, haya arruinado su relación, la despedazaba por dentro más que el día en que fue abucheada en medio del escenario por tropezar incontables veces por los nervios. Pero en aquellos duros momentos por fin pudo poner en claro los sentimientos que tanta confusión le habían causado y lo que descubrió, hicieron los rechazos de Izuku más dolorosos que antes...

°

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Estaba enamorada de Izuku y su rechazo le dolía más que una daga incrustada en su corazón.

Ya no pudo aguantar más y el llanto de su corazón escapó por sus ojos en forma de lágrimas cristalinas que brillaban por el brillo de la luna en su habitación. Retenía a duras penas los gritos que eran silenciados en su garganta, gritos desesperados de un corazón estrujado. No podía más con esto, simplemente, ya no podía.

(...) 

Izuku estaba de frente al espejo antes de bajar a desayunar. Estaba tan confundido que las ideas iban y venían de su mente haciendo que su cabeza fuera un total caos. Lo único que permanecía en su mente a cada momento era aquella castaña de mirada dulce y que era lo que en verdad sentía por ella. Creía que antes ya lo tenía en claro pero, ahora... ya no podía decir lo mismo.

Cada vez que veía a la joven, sentía que su corazón se aceleraba. Antes pensaba que eran solo los nervios de hablar a alguien ajeno a su círculo social pero ahora, creía que había algo escondido en todo aquello. Por ejemplo; cuando observaba su mirada, había algo en ella que la atraía, antes creía que era la amabilidad que ella reflejaba pero al pasar de los días, se había dado cuenta que había algo más, algo misterioso. Y luego estaba el tema de su danza.

Cada vez que la veía bailar sentía un sin fin de sensaciones que jamás había experimentado y aquello le daba tantas preguntas de las que podía responder. Pero, en aquel manojo de dudas y confusiones, había una que lo perturbaba sin descanso...

Boku no "Geiko" (Izuocha)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora