꧁Epílogo꧂

311 40 5
                                    

La primavera había llegado a Kioto después de un invierno corto y gélido en las calles pintorescas del barrio de Gion. Uraraka regresaba a aquellas calles, después de 10 años de no ver una de aquella bellas primavera asomarse por Kioto pero, no regresaba sola, regresaba con una pequeña mano agarrando con firmeza la suya propia.

Izumi Midoriya era el retoño de aquel amor que por poco la llega a matar, pero, a la vez, era su rayo de esperanza en las mañanas tormentosas, la seguridad de que su decisión había sido la mejor y la alegría de sus días con solo verla sonreír con aquella resplandeciente sonrisa que tanto le recordaba a su padre.

Cuando Izumi nació, apenas llevaba un año establecida en Londres y las penas de haber dejado su hogar y la incertidumbre de haber dejado a Eri con un futuro incierto por delante, la perseguía día y noche teniendo pesadillas a cada momento que cerraba los ojos y sentimientos de culpa y remordimiento que la mataban lentamente sin remordimiento. Pero, al ver los hermosos ojos color esmeralda que Izumi tenía, junto con aquellas mirada cálida y acogedora que tanto caracterizaba a Izuku, todas sus penas desaparecieron y un sentimiento de inmensa alegría, tal vez una alegría que jamás había sentido en su vida, le hizo prometer ser la mejor madre posible para ella y protegerla de todo lo que viniera por delante.

Pero, por el pasar del tiempo, su hija le recordaba cada vez más a la pobre Eri que había dejado un día en un mundo cruel y tormentoso y no podía dejar de sentir culpa por lo que alguna vez hizo en su pasado. Abandonar un alma inocente como lo era ella en las crueles y engañosas jugadas de la vida. Así que tomando una oportunidad cuando izuku estaba de viaje en Estados Unidos atendiendo asuntos de la empresa, tomó el primer vuelo a Japón asegurándose que nadie se diera cuenta de su ausencia llevándose a Izumi con ella -ya que siendo tan pequeña no la podía dejar sola- se encaminó para buscar a Eri y saber que había sido de ella.

Y, entonces, ahí se encontraba ella, caminando por las calles mientras preguntaba con la gente que habitaba en Gion y que la conocían a ella, si habían visto a Eri respondiendo siempre con no haber conocido a alguien con ese nombre.

Pasó la mayor parte de la tarde simplemente yendo de aquí para allá, preguntando el paradero de Eri mientras Izumi, demasiado agotada para caminar, pidió a su madre que la cargara el resto del camino para no esforzarse de más por la búsqueda repentina de su madre.

Finalmente, se rindió después de varias horas en busca de la chica. No tenía mucho tiempo para volver a Londres. Izuku volvería en un par de día y no quería que armara una escena al saber que había ido junto a Izumi a Japón sabiendo el pasado que habían tenido con el jefe yakuza más temido de todo Gion, así que, tomando media vuelta, comenzó a caminar de vuelta al tren que la llevaría a Tokio para tomar el siguiente avión a Londres, pero, antes que pudiera irse, una voz tan conocida como desconocida, la llamó haciendo que se erizara la piel al escucharla.

"¿S-Señorita Uravity?" se escuchó decir aquella voz tan cambiada pero, a la vez tan inocente como la última vez que la escuchó y volteando su vista con recelo, la encontró. Vistiendo un hermoso kimono color rojo tal como el de las maikos, con su peinado y maquillaje blanco que toda maiko y geisha debe tener, ahí estaba, la dulce Eri con unos ojos incredulidad mirando a Uraraka como si fuera una alucinación.

En es momento Uraraka supo que ya no tenía que preocuparse más, porque, la persona que tanto respeto y admiración había encontrado en ella, había cumplido su sueño y, su alma por haberla abandonado en un mundo cruel y con un futuro incierto, por fin podía estar en paz al saber que ella, jamás, la necesitaría en su vida de nuevo y al verla sonreír hacia ella con esa dulzura e inocencia que tanto la caracterizaba, por fin, su mente junto con su corazón podía concentrarse en criar de la mejor manera a la siguiente descendiente de la familia Midoriya, Izumi.






Bueno este sería el final de la historia. Perdón por dejarles la incertidumbre del futuro de Eri por tanto tiempo pero, si alguno de mis seguidores no me hubiera preguntado que paso con ellas, pues nunca me hubiera dado cuenta. Perdóneme por favor!!! De todos modos le agradezco a @NoeIsaacGarciaAscenc por haberme dado a entender ese punto, se lo agradezco mucho. 

Bueno, esto es lo último que voy a hacer en este libro. Espero que puedan leer "Shoto" y dejen sus comentarios y votos en él. Me despido y los veo en mi otro libro.

Bye!!!

Boku no "Geiko" (Izuocha)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora