Era otra mañana helada en la okiya Midnight. Mina y Uraraka se dirigían, como siempre, a comprobar el estado del señor Kirishima. Mina llevaba abrazado a su pecho su propio shamisen ya que se le había hecho costumbre cantarle a su amado con la esperanza de que la melodía de su voz hiciera que abriera los ojos y la viera una vez más.
Mina poco a poco se había recuperado de aquel traumático acontecimiento, recuperando de a poco aquella alegría digna de la juventud que tanto la caracterizaba. Pero aquel incidente la había hecho más consciente de las adversidades de la vida y, ¿por qué no? La había hecho aún más fuerte de lo que era antes. Había madurado tanto en pensamiento como en fortaleza pero aún no perdía aquella alma de niña que aún conservaba en su interior.
Por fín, ambas llegaron al almacén donde Kirishima descansaba. Mina se detuvo en la puerta y miró a Uraraka quien se encontraba a su lado. La joven entendió de inmediato la indirecta de Mina y sonriendo y acariciando suavemente su cabeza, dio media vuelta y se retiró dejando sola a la chica. Uraraka sabía que cada vez que la pelirrosa iba a visitar a Kirishima, era un momento intimo para ella y entendía perfectamente que tenía que hacerse un lado para regalarle aquel momento a Mina con su amado. Ella simplemente quería su espacio y estaba dispuesta a dárselo a pesar de todo.
Cuando Mina vio desaparecer a Uraraka, abrió la puerta lentamente encontrando a Kirishima, como siempre, acostado en su futón aún inconsciente.
Mina entró y cerró la puerta tras de ella para después acercarse a Kirishima y sentarse junto a él. Mina se tomó su tiempo en observar el rostro dormido de su primer amor. Cuando él había llegado a la okiya, su rostro reflejaba desesperación y dolor, había visto como las pesadillas que Kirishima soñaba en las noches hacían que delirara en medio de un mar de sueños llegándolo a sobresaltarse en medio de la noche, pero, ahora, su rostro reflejaba serenidad y, de cierto modo, una tranquilidad que parecía no haber tenido en mucho tiempo.
Mina se colocó en posición para tocarle un poco de música con su shamisen a Ejiro y cuando la canción comenzó, aquella reflejaba su esperanza de ver de nuevos aquellos ojos rojos que la miraban con cariño y aquella sonrisa de tiburón que aparecía en su rostro cada vez que sus mirada se entrelazaban.
Nunca pensó que llegaría a querer tanto a alguien que, cada mañana, ella viniera a su lecho y le cantara las más hermosas canciones que se sabía de memoria a la vez que le tocara las más dulces melodías solo con la esperanza que en algún momento, el abriera los ojos y fuera ella la primera persona quien aquellos ojos heridos vieran.
De pronto, Mina se detuvo y al abrir los ojos y ver a Kirishima, aquellos ojos que tanto deseaba ver, se encontraban mirándola como siempre la habían hecho, con un cariño más fuerte que la misma muerte. Mina al ver aquellos orbes rojos que la observaban con confusión e interés, dudó por un momento de lo que veían sus propios pero, cuando aquellos labios resecos se abrieron y de ellos salió su nombre, supo que sus ojos no la engañaban. Kirishima había despertado.
Él la veía con una mirada débil sin entender como la chica de sus sueños se encontraba al frente suyo considerando que debía ser otro de las malas bromas de su mente, pero, aún así, en sus ojos se podía notar la esperanza de su alma al pensar que Mina se encontraba frente a él y que, en realidad, ella no fuera otro más de sus delirios, y entonces, al ver a la chica abalanzandose hacia él abrazándolo con tanta firmeza que terminó por contener un quejido por las heridas que aún no había cicatrizado, supo que era verdad. La chica con la que había soñado desde el momento en que cayó inconsciente se encontraba frente a él, aquella que había pasado sus noches en vela cuidándolo desde que había llegado a la okiya mal herido y apunto de muerte... aquella que con el simple rose de su mano sobre su piel, terminaba haciendo que sintiera que su vida no era nada si ella no estaba a su lado.
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Boku no "Geiko" (Izuocha)
FanfictionUn amor que nació del dulce sonido de un shamisen y del baile de una joven geisha. Un amor que atravesaría el juego cruel del destino para poder lograr permanecer juntos para siempre. Un amor entre dos almas de dos mundos diferentes... La historia d...