꧁Cap. 8꧂

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Uraraka acomodaba sus cosas de vuelta en su habitación en la residencia Midoriya por que, como ya había dicho antes, no se iría de su lado.

El sol de media tarde entraba por las ventanas de papel mientras el sonido del agua fluyendo en la pequeña fuente daba un ambiente calmado a su habitación, justo lo que necesitaba en estos momentos.

Uraraka sentía que habían sido demasiadas emociones por un día y le dolía le cabeza por todo lo que había pasado pero aún así, estaba feliz, más feliz de lo que había estado nunca y no paraba de sonreír con un grato sentimiento en su corazón. Quería saltar y gritar de la alegría que sentía. Nunca en su vida había sentido una sensación tan hermosa y grata como esta y no quería que se acabara nunca. Se sentía como una joven norteamericana enamorada por más extraño que pareciera pero aunque quisiera expresar aquellos sentimientos a Izuku, no podía. El había ido a despedir a Todoroki al aeropuerto e iría a hacer sus deberes como hijo del empresario All Might y como siempre, llegaría bien caída la noche. Pero aún así la idea de hacer algo especial para él volaba dentro de su mente pero, ¿Qué podría hacerle?

Ella no sabía hacer nada más allá de las artes, no sabía cocinar o crear manualidades y mucho menos podía crearle un regalo a Izuku con sus propias manos. Suspiró rendida y se sentó en su cojín para servirse un poco de té para pensar que le podía dar a Izuku. Se quedó varios minutos mirando a la nada pensando. Normalmente la que recibe regalos es la geisha no su amante pero en este punto de su vida, sentía que todo podía ser posible.

Pensó y pensó pero no llegó a ninguna conclusión, ¿qué haría para él?

De pronto, notó que la noche estaba cayendo y se sorprendió al darse cuenta que había estado sentada mirando a la nada durante horas. Ya tenía que empezar a arreglarse antes que Izuku llegará.

Se dirigió al espejo y empezó a maquillarse con una clara decepción en su rostro. Pero lo que no esperaba era lo que Izuku estaba planeando para ella.

(...)

Salió de la habitación y se dirigió al comedor donde siempre solía comer antes que Izuku llegara para poder entretenerlo sin sentirse atraída por las delicias del buffet que siempre comía en las noches. Pero raro fue que al llegar al comedor, no había ni una sola migaja de pan sobre la mesa.

Se molestó un poco al ver que no había sido atendida como ella esperaba ya que ella se encontraba tan mimada por sus doncellas que obviamente no iba a poner un pie en la cocina para prepararse algo de comer -además que no tenía ni idea de como cocinar-.

Salió de la habitación y comenzó a caminar por los pasillos buscando a la encargada de la servidumbre para poder reclamar su descuido. Pero mientras caminaba trató de amortiguar su enfado inhalando profundo y exhalando suave, no quería explotar en ese instante ya que eso era lo menos que quería.

De pronto encontró a una de las criadas hacendo la limpieza de algunos jarrones antiguos y colocando nuevas flores en ellos. 

Trató de controlarse lo más que pudo y se acercó a la joven erguida y con una pose que reflejaba lo enfadada que estaba.

—¿Me puedes decir, por favor, por qué mi cena no está sobre la mesa?— dijo Uraraka lo más calmada que pudo.

—El joven Midoriya nos negó darle algún alimento hasta que él llegara— dijo la joven sin apartar la vista de los jarrones.

—¡¿Qué?!— gritó Uraraka explotando. Había pensado que solo fue un error de los cocineros el no preparar su cena pero al saber que Izuku estaba metido en esto la hizo estallar.

Al escuchar el grito de Uraraka, la joven se giró rápidamente viendo el rostro enfadado de la castaña y decidió darle un poco más de información sobre el tema.

Boku no "Geiko" (Izuocha)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora