10. Lazos.

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Apenas cruzar la puerta que dividía el pasillo del estudio de Roger, me encontré con Stellan. Estaba sentado sobre el alfombrado, al verme abrir la puerta, se puso de pie y fue a mi encuentro. Y me sorprendí al ver a aquel hombre sentado en el suelo y esperando atento frente a la habitación.

— Kiel. — me saludó con un abrazo lleno de afecto.

— Stellan, hola.

— Mi padre te lo ha contado, ¿no es así? — no pude interpretar si lo que había en sus ojos era tristeza o preocupación, quizá un poco de ambas entremezcladas en el amarillo de su mirada.

— Si, lo hizo... — detuve el abrazo, extendiendo la distancia entre nosotros. — es extraño, todo esto... no sé que hacer o que pensar.

— Puedes quedarte aquí, ahora que sabes sobre nosotros...

— No, no creo que sea la mejor idea Stellan, yo realmente quiero una vida normal, mi vida de antes. Todo esto es muy extraño, y no veo como un simple humano pueda involucrarse en esto.

— Pero tu eres mi vínculo, y aquí puedo protegerte. ¿No entendiste lo que mi padre te dijo? Kiel, otros lobos pueden venir por ti.

— Lo sé, entendí el mensaje de Roger. Pero estaré bien, iré a casa de Chris y me mantendré alerta.

— No será suficiente, tu eres humano, no podrás contra ellos...

— Bien, entonces dime, ¿cuál es tu sugerencia? ¿Quedarme? — el tema comenzaba a cansarme, y pude sentir como arañas mentales trepaban sobre mi cabeza, y me llenaban de frustración e incertidumbre.

— S-Si, esa podría ser una solución, aquí estarás seguro.

— Sé que soy tu... vínculo, y te ayudaré en lo que pueda, encontraré una manera de que esto funcione Stellan, pero por ahora quiero estar solo y lejos de todo esto. — mentí una vez más.

— ¿También quieres estar lejos de mí? — y sus ojos, Dios... sus ojos eran como los de un cachorro indefenso e inocente, expectante y suplicante. Desvíe la mirada para poder responder, no era capaz de mentir frente a esa mirada, frente a ese hombre.

— Si. Ustedes... de pronto llegaron y arrojaron un balde de agua fría sobre mi espalda, voltearon mi mundo. Necesito. — lo tomé de los hombros y lo alejé un poco, lo suficiente — necesito procesar todo lo que esta ocurriendo, o me volveré loco.

— Al menos... — su voz era triste, baja y temerosa — ¿al menos puedo visitarte un par de veces al día? Así estaré más tranquilo.

— ... Si, eso suena bien, puedes hacerlo.

Todo en mi cabeza daba vueltas, cada palabra dicha, cada silencio y cada mirada se arremolinaban dentro y hacían eco en cada rincón de mi alma. De camino a casa de Chris tuve un momento de duda y arrepentimiento, doble esquina y me alojé en un motel de paso a la salida del pueblo, lo único que necesitaba era estar solo al menos unas horas.

El lugar era pequeño, había una cama con dos mesitas de noche a cada lado, una TV vieja con una caricaturesca antena de conejo, no parecía haber un control remoto a la vista. Me tumbé sobre la cama, y sus viejos resortes crujieron en respuesta al peso de mi cuerpo, observe las viejas manchas de humedad que parecían correr sobre el techo y las paredes del lugar. Alargue la mano y alcance la cajetilla de cigarro para terminar encendiendo uno de ellos, cerré los ojos que comenzaban a pesar, y respiré profundo.

Roger aseguró no haber causado la muerte de mi padre, al menos no de manera directa. Él no estaba seguro de quien podría haber sido responsable, pero estaba seguro de que él tema de los lobos estaba bastante involucrado. "Venganza" mencionó en más de una ocasión. Venganza para su raza, si Roger no mentía, entonces mi abuelo y sus antepasados había causado un daño grave a su especie, y seguramente eso no los tendría nada felices. Pero ¿por qué ahora? ¿Por qué a mí padre? ¿Por qué cuando ellos están aquí? ¿Por qué no antes? ¿Por qué no después? ¿Podría confiar en Roger? ¿Podría creer en los ojos de Stellan? ¿Podría estarme volviendo loco igual que mi abuelo?.

Bleiz FeralDonde viven las historias. Descúbrelo ahora