Ritual Maldito

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Itadori corrió y pasó de un salto a través de la apertura y Fushiguro y yo nos quedamos en el territorio maldito. Todo sucedió en cuestión de segundos, demasiado vertiginoso.

Saqué la varita y seguí rompiendo los cráteres, a ver si lograba darle al bicho o por lo menos, cerrar ese portal.

Megumi piensa que su ataque sorpresa es muy simple ya que la maldición entra y sale por los cráteres, pero con la ayuda de su Shinigami, el Perro Divino (quien es la unión de los Perros de Jade que hace poco fueron eliminados y unidos en este nuevo ser) corta la cabeza de la maldición.

Fushiguro: "Ufff, ya está"- respira aliviado, entrecerrados los ojos...- "Tsumiki ya debería estar bie-..."

___: "Correte Fushiguro!!! Mirá el techo!!!"

Fushiguro ve que del techo, de uno de los tantos cráteres se asoma otra vez.

Fushiguro: "No era el cuerpo principal, la barrera tampoco desapareció".

Del cráter bajó una maldición humanoide, semejante a la de la prisión... quedamos pasmados por la velocidad con la que se complicaban las cosas...

____: "Ahora entiendo... ¿Por qué empezó a matar ahora a los que marcó hace años?..."

Fushiguro: "Porque el hijo de re mil putas se comió un dedo de Sukuna..."

Con un ataque a distancia, la maldición de grado especial ataca a Megumi, él se defiende con su katana, pero el ataque la quiebra. Yo arremeto con todo lo que tengo.

Fushiguro: ____, no lo ataques! Ponete atrás mío!

____: "Estás loco?! Déjame ayudarte!"

Fushiguro: "¡Por favor, haceme caso!!!"

Rápidamente me ubico detrás de él, con la sensación de tener una piedra en el estómago. Entre los nervios por la situación, lo último que quería era ser una carga para él. Por otro lado, necesitaba sentirme útil, pero conozco mis límites y exorcizar esta maldición, está realmente lejos de mí en este momento.
En un parpadeo la maldición de acerca a Megumi y de un golpe en el rostro sale expulsado hasta chocar con una pared de rocas del territorio maldito.

Hasta acá llegué como espectadora...

Sin mediar palabra, activé mi ritual con la varita en mi mano derecha, la energía maldita salió como rayo, expulsando la maldición contra la pared contraria. Trataba de no mirarlo a la cara, no porque tuviera muchos ojos, sino porque esa sonrisa cínica llena de dientes que ocupaba la mayor parte de su rostro, me aterraba. En un segundo lo tuve encima para matarme a golpes. Solo pensaba en Megumi, no tuve ni tiempo de verlo, lo vi salir volando y escuché el estruendo de su golpe porque en ese momento no le di tiempo a la maldición, y lo ataqué, sino ya estaría liquidada. Me apremiaba terminar con este tipo para intentar curar a Megumi. Cubrí mi cuerpo con energía maldita, crucé mis brazos para soportar el golpe y apenas sentí el impacto. Puse resistencia en las piernas porque salí despedida hacia atrás unos cuantos metros, por inercia. La resistencia, me dio valor. Otra vez lo tenía encima para atacarme. No me daba respiro, ni para pensar en cómo seguir, solo estaba a la defensiva. Necesitaba atacar urgente.
-"Megumi está herido"- pensaba una y otra vez... -"Dale, dale, APURATE Y TERMINÁ CON ÉL!!! -Me alentaba a mí misma.
Recordé el entrenamiento con Itadori. Esquivé el golpe de puño de la maldición, que me creía tan débil como para acercarse, sostuve la varita con mi boca y traté de imitar el Puño Divergente de Itadori que tantas veces me hizo practicar, con ambas manos sobre su mandíbula y abdomen. No sé qué salió, lo único positivo fue que le hizo daño. Una tinta violeta manchó el lugar. Se levanta de entre una pila de escombros. Estaba realmente agotada y todavía no había hecho nada... Solo no morir... Empecé a desesperar. En mi mente trataba de ordenar mis ideas. La maldición se acerca caminando nuevamente hacia Megumi; me interpongo. Comenzamos una lucha cuerpo a cuerpo, sus golpes eran tan fuertes que necesitaba cubrirme con energía maldita todo el tiempo para lograr amortiguarlos y que no me lastimen, pero no era tan rápida como él. No logré esquivar una patada en el estómago, y se vino la avalancha de golpes que, de no ser por mi cobertura, me hubiese cortado en mil pedazos. Me salió un grito ahogado del estómago. Nunca sentí tanto dolor junto, tanto que llegó un momento en el que ya no sentía nada, esa sensación horrible de tener anestesia y sentir igual. Logro abrir los ojos, muy atontada, estaba tirada en piso, alejada del lugar donde estaba... alejada de Megumi. Hay sangre en el piso... Es mía. Me arde todo el cuerpo, son cortes. La sangre tibia cayendo desde la frente me dificulta la visión. Escupo sangre. Hasta me cuesta respirar.

-"¡Por Dios! ¿Cómo salgo de esta?"...- Recuerdo a Nobara y Yuuji...- "Cómo estarán ellos..."- La criatura va hacia Megumi...- "No, no, no, no... Con él no, por favor..." -La cabeza me da vueltas, quiero vomitar...- "Lo va a matar, lo va a matar, lo va a matar..." -Comienzo a temblar -"¡Canaliza el pánico, idiota! ¡Como con la varita! ¡Canalizalo! ¡Todo este miedo, frustración, angustia, desesperación, transformalos en energía maldita!!! ¡Sobreviví! ¡Salvalo! Atacá! Atacá! Atacá! Atacá!!!". Me dije a mí misma. El calor volvió a mi cuerpo, sentía cómo la sangre me hervía. Corrí con todas mis fuerzas, con la varita en la boca, me encendí en energía maldita, como fuego azul otra vez, y me impulsé con el suelo y, como un remolino, giré a través del aire. En un segundo acorté los metros que me separaban de mi objetivo. Me avalancé como un rayo sobre la puta maldición que estaba a nada de agarrar a Megumi de la cabeza, como si fuese un muñeco, y destrozarlo. Caí sobre el espíritu maldito, rodando varios metros sobre el suelo. Le di todos los golpes que pude con los puños encendidos, en la cara. Salpicaba un líquido violeta para todos lados. Me levanté sobre él, con una pierna a cada lado de su cuerpo y con la varita le disparé con toda la energía que me quedaba, elevándome en el aire; mi punto de apoyo era el centro de energía maldita destructora que disparaba sobre la bestia. En este punto ya no necesitaba las piernas. Me elevo sobre él, desahogando mi furia en un grito -"Aaaaahhhhhhhhh!!!!!"- Nunca me sentí tan bien, tan plena, el sentido de la justicia me envolvía y la felicidad de sentir que estaba defendiendo no solo a Megumi y Tsumiki, sino también a Nobara, Yuuji, a la gente de esta ciudad, inclusive. La oscura e inútil de ___ por fin podría defender a quienes quiere, este es mi lugar en el mundo, junto a ellos, mis amigos. Caí de pie, tambaleándome al lado del cuerpo maldito.

Con horror me doy cuenta de que no le di al pecho... le di a la cabeza. Al levantar la vista veo a Megumi mirándome atónito. La energía se fue de mi cuerpo. Con mis últimas fuerzas, llego a decirle "Me equivoqué" y me señalo el centro del pecho, dándole a entender que en su pecho la maldición tiene la evidencia de haber comido un dedo de Sukuna. Su cabeza empiezaa reconstruirse de a poco. Mi visión se desvanece luego de ver a Megumi, mis rodillas se aflojan, sentí el golpe y el sonido de la caída. En la oscuridad escucho una voz muy dulce...

Fushiguro: "Sos increíble, hermosa... Me defendiste con tu vida. Ahora descansa un ratito, ahora vuelvo. Te amo..."

"Escuché bien??? Megumi! También te amo! Ya estoy delirando... Qué es ese ruido??? La maldición... No la exorcicé???!!!" Me hundí en las tinieblas más profundas, sin saber ni sentir nada... No tenía una gota de energía... Me sentía más allá de todo...

QuimeraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora