VIII

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Había pasado una semana desde que ví que unos jóvenes caballeros habían partido a Geolis, me asegure de que fuese verdad, la tranquilidad me iluminó ese día. No había comentado nada respecto sobre el incidente con el imbécil de Marcus, pero había servido para que él mantuviera su respectiva distancia, cada vez hablábamos menos, solo para avisarme que me llevaría a otra clase etc; le había escrito a Jorge sobre eso, posiblemente no tarde en llegar la carta.

—Princesa, tu padre te solicita en el comedor. — Dijo Marcus, solo asentí y me fui.

Llegué y al entrar escuché que hablaba con alguien más, alcé la vista y saludé amablemente, tomé asiento.

—Oh, Ana quiero presentarte al rey Shane Mase y a su sobrina Anidala. — El rey era un ¡Abuelo! Mi padre se veía más joven que él y la joven Anidala era sumamente linda, de mi edad tal vez.

—Es un gusto. — Sonreí e hice una mini caravana.

—El gusto es nuestro ¿Cierto tío? — Dijo la joven, era una joven muy hermosa, ojos azules y cabellos rojizos opaco, piel blanca y nariz pequeñita.

—¡Oh, por supuesto! Es un honor conocer a una bella princesita.— La voz del rey era rasposa, justo de un viejo.

Nos sirvieron la comida y durante todo el tiempo los reyes hablaron de política y guerra, aburrido si no escuchaba el nombre de "Geolis" no importaba nada, me acerque a Anidala y le susurré si quería salir, se veía han aburrida como yo.

—Si me disculpas padre, rey Mase, llevaré a Anidala a dar un paseo por nuestras áreas verdes. — Me levanté del comedor sin miedo a interrumpir, lo hice con amabilidad.

—Por mi no hay ningún problema.— Dijo el rey.— Pero lleva a tu caballero.— ¡Vaya! Un hombre alto, delgado, de cabello negro y demasiado serio, salió de entre las sombras.

—Esta bien Ana, ve. — Dijo mi padre volteandose inmediatamente con el rey.

Salimos al jardín y Marcus comenzó a seguirnos a distancia al igual que el caballero de ella.

—Y dime Anidala ¿De dónde vienen? — Sonreí.

— Somos de Endor.— Lejos, muy lejos de aquí.

—Un bello lugar, ¿No es así? — Dije mientras dábamos vuelta al jardín.

—Si, se parece a tu hogar, hay verde y azul pero allá hace mucho frío, casi siempre hay niebla.— Suspiró.

—Hermoso, me gustaría visitarte alguna vez.— Trate de darle ánimos.

—¡Por supuesto! Eso sería ¡Magnífico! — Anidala me agrado al instante, no era como las otras mujeres o niñas que había conocido.

—¡Perfecto! ¿Se quedarán aquí? Por qué podemos ir al lago mañana o montar caballo. —Me emocionaba bastante tener alguien con quién convivir.

—Creo que si nos quedaremos hoy, pero mañana volvemos a Endor, así que me encantaría hacer todas esas cosas ana.— Sonrió amistosa.

—¿Volverán? — Puede que no podamos ser amigas... si no vuelve.

—Creo que si, ni estoy muy segura mi tío dijo algo sobre qué debíamos venir constantemente, no entendí porqué, no me gusta la política.— Arrugó la nariz con disgusto.

—¡Oh vaya! A mí tampoco me gusta, creo que seremos buenas amigas ¿No crees? — Creo que estoy siendo un poco invasiva.

—¡Me encanta la idea, Ana! — Sonrió y apretó mi mano.— Allá en Endor no tengo amigas.— ¿Las de la realeza no podemos tener amigos? ¿Cuál es el problema?

My Lady.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora