9
"Presta solamente aquello cuya pérdida puedes soportar"
-George herbert de cherbury
PARTE 1
Z E D D
Lunes 10:00 am
Abro mis ojos de par en par y como un resorte me levanto de un tirón.
No estoy en mi habitación. Es lo primero que me llega a la mente, todo parece borroso a esta hora del día.
¿Hora del día? ¿Qué hora son y por qué no estoy en mi habitación?
Esas y unas cuantas preguntas más inundan mi cerebro.
Me trato de tranquilizar del ataque de ansiedad y respiro profundo, miro a mi alrededor buscando algo familiar o por lo menos algo que me recuerde que sucedió horas antes. Rebusco en mi interior.
Alguien ya lo hizo antes y noto que han borrado fragmentos de mi memoria. Ahora me enfurezco en vez de entrar en pánico y cuando frunzo el ceño, un ardor recorre mi rostro.
Auch!
Me digo a mí mismo que, tuvo que haber pasado algo increíblemente malo para que llegaran a estos extremos.
Entro corriendo al baño de la habitación y miro el espejo, toco mi rostro y duele, justo en la comisura de los labios tengo un raspón y un hematoma de todos los colores existentes.
-Increíble! - me recargo en el lavabo y suspiro. Miro en todas las direcciones para buscar algo que me alivie el dolor. Al abrir el espejo noto que hay productor de belleza, pero nada para el dolor.
Un destello en mi memoria solo me recuerda que el último mensaje que recibí fue el de Sión, pero no el contenido de este.
Mi celular. Ahí debería tener algo que me haga recordar.
Regreso a la habitación y empieza mi primera tarea del día: encontrar mi celular. Busco en todas partes, pero aquí no hay nada que me pertenezca. Por mi mente pasan cualquier tipo de preguntas, me quedo con solo una: ¿Y si estoy secuestrado?, ¿pero que abre echo?
Trato de salir de la habitación, pero está cerrada y grito con todas mis fuerzas.
-Qué demonios! Déjenme salir – aproximo mi oído a la puerta que tengo delante de mí y que hace segundos golpee, pero no logro escuchar absolutamente nada. Así que vuelvo a golpear-
Sin previo aviso la puerta se abre de par en par, cediendo a mis suplicas.
-No seas un llorón... otra vez- ¿disculpa? Pienso. Delante de mí se presenta un rostro desconocido-
- ¿Quién eres? - Ella rueda los ojos, pero comprende-
-Cierto, no recuerdas las otras 7 veces - ella es la que borra mis recuerdos, supongo- Cada vez que entro, te calmo, trato de razonar contigo y llegar a un acuerdo, pero siempre tratas de escapar... así que hago lo que tengo que hacer-
ESTÁS LEYENDO
ZEDEKIAH - El Chico Raro II
RomanceZEDEKIAH DÚOLOGIA DEL CHICO RARO LIBRO II En ese instante todo llego como un sueño, había aceptado el trato que mi madre había acordado con los hermanos Baltimore. Eso quería decir que... ya no tenía el mismo cuerpo. - ¿tendrás un espejo? - ella neg...