ZEDEKIAH - El Chico Raro II

❆9| Carrera - Parte 2 ❆

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"La vida es una serie de sorpresas."
-Ralph Waldo Emerson

PARTE 2

Z E D D

Podía escuchar las sirenas tras de mí, no importaba lo mucho que corriera, ellas eran más rápidas. Por supuesto, pues yo sólo andaba con mis dos pies mientras Sión tenía un auto de carreras. Muy probablemente, él ya estaba en la 5ta avenida, esperándome.

Tenía que comer más saludable, sabía que mi condición física no me ayudaría en estos momentos y mucho menos mi alimentación precaria.

-Ríndase ahora- gritaba el policía desde su altavoz-

Yo ya estaba viendo las posibilidades de detenerme y hacerles creer un par de cosas, cuando un automóvil se detuvo a pocos metros de mí, abrió la puerta y de ella salió la ángel que posiblemente fuera la culpable de mi destino espantoso.

-Dame la mano-

-No creo que sea buena idea- miré indeciso-

-ALTO! - Gritó la policía y seguido de eso un estrépito sonido. Balas-

Sólo pude cerrar los ojos y pedir que algo me salvara. Y Así pasó, cómo si me hubieran escuchado, se detuvo el tiempo, todo iba en cámara lenta. Cuando logre abrir mis ojos, La ángel tomó mi mano y tiró de mí, haciéndome entrar.

-Te dije... Un don excepcional- agitó sus manos-

El auto avanzo más rápido que la patrulla y en un cerrar y abrir de ojos estábamos fuera de su alcance.

-Gracias por su fenomenal aparición, pero alguien me espera-

-¿En la 5ta avenida? - pregunto ella mirando a la obscuridad que se percibía a través de la ventana- No hay nadie, según mis hombres, al parecer ese amigo tuyo te abandono-

Yo maldije por lo bajo, ahora por la estúpida situación en la que me había metido Sión me sentía secuestrado.

-No sé lo que te prometió Sión, pero no cuentes conmigo, sus decisiones no me competen a mi- ella rodo los ojos y rio con una risa propia de una villana-

-La situación es que tú nos perteneces, desde que Sión abrió esa bocotá suya y no puedes hacer nada para cambiarlo- me miro- Así que no me hagas usar la fuerza bruta contigo. Puedo notar que eres buen tipo-

Y no estaba equivocada, pero no me gustaba que hicieran lo que quisieran conmigo.

-...Es muy sencillo, sólo tienes que venir a mí, cuando te necesite- sonrió- No te preocupes que nosotros no somos los malos-

-Y que se supone que tengo que hacer por ti- suspire, cediendo a sus planes-

-Baah- le restó importancia con su mano- entregar encargos, una que otra pelea... lo básico-

¿lo básico? ¿Pues qué no se supone que era un ángel?

- ¿No se supone que los ángeles no deberían estar en la tierra? - pregunté mirando detenidamente su rostro, en busca de mentiras-