❆6| Hilo Rojo ❆

137 15 1
                                    


6


-El hilo rojo invisible conecta a aquellos que están destinados a encontrarse, sin importar tiempo, lugar o circunstancias.



K A T E


Cuando Lydia entro al auto con nuestros respectivos cafés algo había transformado su semblante, no para mal, más bien se veía como feliz. Antes parecía como un zombie buscando comer cerebros, pero ahora era otra y tal vez era porque estaba tomando un café cargado, de esos que le gustan. Pero pude reconocer esa cara cuando ya tenía un plan trazado.

- ¿Has ligado con ese empleado? - Preguntó nuestro ahora nuevo amigo- ¿O por qué esa cara de cordero? -

Era imposible, mi amiga tenía novio.

- ¿Qué? - ella regreso de donde se encontraba del sistema solar- Por supuesto que no. ¿ves qué es esto? - ella mostro su anillo de promesa- Es fidelidad pura-

-Algo que no entenderíamos- repetí lo que siempre decía al final-

-Exacto- sonrió y se acomodó en su asiento- Ahora sería mejor llegar al trabajo, no queremos que nos descuenten ¿o si Kate? - yo negué con la cabeza- además, si salimos temprano, nos dará tiempo de ir a algún lado-

¡Oh no! Aquí íbamos de nuevo.

-Por milésima vez!! No quiero que seas mi cupido- hubo unos segundos de silencio y después un ruido procedente de la garganta de Harry-

Había tirado un poco de su café en sus pantalones.

- ¿Cupido? - pregunto. Tomo un pañuelo de papel y comenzó a secarse-

-Si, pero es un tema que no quiero tocar en estos momentos- le proporcione una sonrisa-

-Esta vez seremos tu y yo, nada más- su rostro demostraba otras intenciones- te prometo que esta vez no te arrepentirás, cariño. - yo rodé los ojos-

No tenía ni idea de lo que tramaba, pero, algo si tenía claro, jamás pararía.

Al llegar al trabajo Harry, me detuvo unos segundos más, haciendo que Lydia bajará primero.

-Te estaré esperando afuera, nos vemos Harry y gracias por traernos- le sonrió y a mí me mostro su muñeca señalándome el reloj-

Ahora solos en el auto comenzó a hablar más seguro, si se podría llamar así. Porque perecía que sus manos le temblaban, pero su voz era grave.

-Soy nuevo en esto...- hablo con la cabeza agachada y parecía que se lo decía a si mismo- ...cuando nos encontramos en la fiesta te dije que mi amigo me había llevado a la fuerza. En realidad, no me gustan. - Mi seño se frunció, ¿A qué quería llegar con eso? - pero por eso estamos aquí, ¿no? por esa estúpida fiesta- suspiro y levanto su rostro lo suficiente como para que nuestros ojos quedarán al nivel-

-Supongo...- dije arrastrando la palabra-

-No sé qué tan raro te parezca, pero quisiera conocerte más... creo que podríamos ser muy buenos amigos- Solté el aliento que estaba reteniendo inconscientemente-

No había estado tal mal como lo creía, era simplemente una invitación a ser amigos y la verdad es que me había agradado lo suficiente como para verlo una segunda vez, no había sido prepotente o de esos chicos que se querían propasar con la primera chica que encontraban. Así que accedí.

ZEDEKIAH - El Chico Raro IIDonde viven las historias. Descúbrelo ahora