❆7| Cena misteriosa ❆

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"El hombre débil se vuelve fuerte cuando no tiene nada, porque sólo entonces puede sentir la locura de la desesperación"

-Arthur Conan Doyle



Z  E  D  D


Tirado en mi cama, sin poder pensar en nada más que en Kate, mis recuerdos volvieron al primer día en el que la conocí oficialmente. Por tercera vez.

Recuerdo que se me hacía absurdo que tuviéramos que asistir a la escuela por petición de Luke, simplemente se me hacía innecesario. Pues por qué dos desterrados del cielo por no acatar las reglas, teníamos que hacerlo en la tierra. Sin embargo, semanas después, cuando la vi entrar al salón supe que había hecho lo correcto. No dude ni un segundo y me acerque a ella, estaba muy nervioso, pero sino lo hacía, no me lo perdonaría. Esa vez iba a ser diferente a las otras veces que la conocía. Ahora ya no era su ángel guardián, ni mucho menos el extraño que tenía que salvarla por una conexión extraña como ella lo llamaba. No, en ese entonces podía hacer las cosas diferentes, podía conóceme tal y como era, o eso creía.

Incluso semanas después de que supiera lo que pasaba entre ella y Luke, seguía queriéndola como el primer día y me dolía su decisión, en verdad. No soportaba la idea de ser simplemente su amigo.

Pero ahora era el presente y esperaba con ansias que la pantalla de mi celular se encendiera y me notificará la llamada de Lydia. Pero antes de que sucediera tal cosa, Sión irrumpió en mi habitación.

-Zedd- Entro y como si alguien lo estuviera siguiendo cerro de un portazo-

-Hmm...- le conteste girando mi cabeza en dirección a la puerta, un poco abrumado por el sonido-

"Es que esto que te voy a decir no lo debe saber Nasya"- me dijo entrando a mi mente-

-Necesito que me cubras y me prestes tu auto por unas horas- dijo con una sonrisa tímida-

Yo repase todo su aspecto. Iba vestido con una camisa negra de mangas largas doblada hasta los codos, al estilo empresarial con los botones abrochados hasta arriba, con una corbata sin acomodar, unos ajustados jens negros y una gabardina obscura al estilo Sherlock Holmes.

- ¿Por qué tan misterioso? - me reí- ¿acaso te contrataron para matar a alguien? -

-Shhh!- Me hizo callar- Claro que no, imbécil. Iré a una carrera de autos-

Ahora me burle más alto.

-Que te hace pensar que te prestaré mi auto para eso- Volví a mi posición inicial y cerré mis ojos- Además no puedo hoy, saldré yo también-

-Sabes que el mío no es apto para carreras, además piénsalo, si gano, la mitad del dinero es tuyo- podía notar la insistencia en su voz- Haré tus deberes por un mes, sólo confía en mi... tu auto no saldrá dañado y para compensarte y puedas ir a tu cita, te prestaré el mío-

-No iré a una cita-

Desde que conocí a Sión me había parecido un buen tipo, no se metía con nadie y parecía responsable.

ZEDEKIAH - El Chico Raro IIDonde viven las historias. Descúbrelo ahora