Capítulo 13.

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Las diferencias que alguna vez existieron entre Chang Bin y Hyun Jin estaban enterradas en el tiempo. De ser compañeros de renta que sólo se toleraban y que a veces compartían un momento agradable con Yeon Jun, pasaron a ser amigos, atesorando las oportunidades que tenían para encontrarse y conversar frente a frente.

Seung Min había estado con ellos en el comedor a la hora de desayunar, pero unos treinta minutos más tarde tuvo que despedirse y ponerse en camino hacia su trabajo.

—Que tengas un buen día, mi amor —le deseó Hyun Jin—. ¿Me envías un mensaje cuando llegues a Spread Wings?

—Claro que sí, cuenta con ello —respondió sonriente antes de dejarle un beso corto en los labios—. Así como yo contaré con que tú obedecerás al médico y guardarás reposo —agregó al apartarse.

—Te prometo que me verás descansando cuando regreses a casa.

—Se dice "Te prometo que descansaré como me indicaron" —arrugó levemente la nariz y después volteó a ver a su invitado, dedicándole una débil sonrisa—. Bueno, los dejo. No quisiera llegar tarde.

—Muchas gracias por el desayuno, Seung Min —habló Chang Bin—. Estuvo delicioso.

—Me alegra que lo hayan disfrutado.

Una vez que Seung Min se fue, Chang Bin y Hyun Jin pasaron un largo rato conversando acerca de lo que habían hecho últimamente, recordando también entre risas algunos de sus días como estudiantes, cuando vivían bajo el mismo techo y discutían por las cosas más estúpidas. El más bajo reconoció que muchas veces él tuvo la culpa por ser tan poco paciente.

No hablaron la gran cosa acerca de Yeon Jun; ambos sabían que él se encontraba bien, pues nunca volvió a la casa en la cual era maltratado. De una manera u otra, eso les bastaba para quedarse tranquilos.

—Apenas y puedo creer lo ignorante que era en ese entonces.

—¿Qué quieres decir?

Hyun Jin alcanzó su taza de café y bebió un poco antes de contestar.

—En el orfanato siempre nos presentaron la imagen de una familia perfecta, con padres cariñosos, cero problemas, felicidad diaria y cualquier cosa que pudiéramos imaginar —le contó—. Siempre soñé con tener eso, incluso cuando viví en casas temporales que no eran exactamente lo que me habían prometido los trabajadores sociales... Yo pensaba que los niños con familias eran en verdad afortunados y... cuando escuché la historia de Yeon Jun... e incluso la tuya... —Suspiró—. Creo que sólo hasta ese momento abrí los ojos y me di cuenta de que lo que nos decían en el orfanato no podía estar más alejado de la realidad.

—Debió ser muy duro para ti cumplir dieciocho años y de repente tener que enfrentarte al mundo sin estar preparado, aunque al mismo tiempo es normal que a un niño pequeño le den esperanzas, ¿no crees?

—Supongo...

—¿Y qué tal va la vida ahora? —Cambió el tema, intentando hacer que Hyun Jin no pensara de más en el pasado—. Si me permites decirlo, ¡Seung Min y tú se lucieron al elegir casa! —Los felicitó.

—No está nada mal, ¿cierto? —Rio un poco—. Y el jardín es increíble. Seung Min fue el que tuvo la idea de comprar este lugar y empezar a vivir juntos.

—Es bueno que hayas aceptado. Siempre decías estar bien, pero no nos gustaba mucho que básicamente vivieras en la academia de danza en la que trabajas. Es genial que ahora tengas tu propia casa.

—Dale las gracias a Seung Min —se encogió de hombros y no pudo evitar sonreír.

—Cielos... Deberías ver la cara de tonto que pones con sólo mencionar su nombre... ¿Cuándo es la boda?

Felicidad de verdad [HyunMin] [ChanLix]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora