De lunes a viernes, la última clase impartida en la academia de danza Growl empezaba a las veinte horas con quince minutos; tan sólo un cuarto de hora después de la salida oficial de Hyun Jin.
Estaba terminando de guardar sus pertenencias cuando el maestro Kim Yu Gyeom se acercó y tocó su hombro un par de veces para llamar su atención. Era unos pocos centímetros más alto que él, tenía piel pálida y lacio cabello oscuro con un flequillo que caía hacia el lado izquierdo de su rostro, dejando así la otra mitad de su frente descubierta. Se sabía que sonreír durante las lecciones que impartía no iba con él, pero hasta su personalidad parecía cambiar una vez que su tiempo como instructor llegaba a su fin, o bien, cuando éste todavía no comenzaba.
—¡Hyun Jin! —Lo saludó con gusto—. Muchas gracias por cubrirme la semana pasada, realmente me salvaste.
—Me alegra haber podido ayudar, sunbae —dijo tras hacer una leve reverencia.
—No fue difícil para ti, ¿o sí?
—¡Para nada! Fueron sólo dos días, así que en total cubrí cuatro clases.
—Pero te estabas mudando —señaló—. Te hiciste cargo de mis grupos a pesar de eso, es admirable.
—¿Eh? Por favor no diga ese tipo de cosas, sunbae, me sonrojaré —bromeó.
—¡Ah! Casi lo olvido... Ya hablé con el señor Oh. No quiere confundir a la señorita Park, así que nos entregarán la paga de siempre, ¡pero descuida! Te daré lo que corresponde de las cuatro clases que diste por mí.
—Se lo agradezco mucho.
—Soy yo el que debe darte las gracias —le recordó—. Bueno, Hyun Jin, te dejo, mis alumnos ya están llegando.
Con esas palabras, Yu Gyeom se despidió del menor y se fue a hacer su trabajo. Hyun Jin se colgó su mochila al hombro y, sonriente, regresó a su casa, pensando que podría utilizar el dinero extra de su siguiente paga para comprarle algo lindo a su novio.
Para llegar a su nuevo hogar –tomando la academia de danza en la que trabajaba como punto de partida– se necesitaban cuarenta minutos, cincuenta cuando había tráfico. No pudo haber pasado más tiempo que ese cuando entró por la puerta de la vivienda que compartía con Seung Min.
—¡Ya regresé, Minnie! —Anunció Hyun Jin tan pronto como pisó el recibidor.
—Bienvenido a casa, amor. Estaba por comenzar a preparar la cena —respondió el pelinegro, asomándose con una sonrisa para ver a su pareja—. ¿Tuviste un buen día?
—Sí, aunque también fue algo pesado. Me ducharé con agua tibia para que se me pase el cansancio —rio un poco—. ¿Necesitas ayuda en la cocina?
—No, no te preocupes, tú ve a ducharte.
Hyun Jin se acercó al más bajo y le dio un par de besos cortos en los labios, abrazando el cuerpo ajeno por la cintura durante unos instantes y susurrando contra su boca algo como que también debía contarle acerca de su día una vez que saliera del cuarto de baño.
En la sala de su apartamento, Chan por un momento temió estar imaginando cosas. Le costaba creer, aunque no sabía por qué, que Felix había reaccionado a su publicación en Twitter. ¡Incluso más que eso! ¡Había contestado con un "Ese pastel se ve muy bien. 😊" que logró hacerlo sonreír durante un largo rato!
—¡Bien, Chan! ¡Publicaste esa fotografía hace cinco días, Felix se tardó, pero te notó! Ahora tienes que hacer esto... —El castaño hablaba consigo mismo—. Tienes que enviarle un mensaje o te arrepentirás...
El australiano ni siquiera sabía qué decirle a Felix, sólo tenía seguro que deseaba hablar con él. Se preguntaba si era posible que ellos dos llegaran a ser amigos y había una sola manera para descubrirlo, pero si el miedo se ponía en medio, entonces el mayor difícilmente haría algo.
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Felicidad de verdad [HyunMin] [ChanLix]
Fanfic¿Puede alguien superar traumas y sanar su corazón con ayuda del amor? Hwang Hyun Jin cree que sí y que está en buenas manos gracias a Kim Seung Min, quien sólo desea que sean felices. Mientras, su amigo Bang Chan se ve obligado a reacomodar sus prio...