Ayer y hoy

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fue hace un año. En ese entonces parecía que todo estaba bien. Apenas había obtenido mi carnet para conducir, había comprado una motocicleta porque pensé que me vería genial en una y por que eran mucho más baratas que un auto. Fue una época alocada. Usaba cuero y negro en todo, estoperoles, botas que parecían estar hechas para torturar y me coloque 3 piercings más.

Ese día en concreto, era el cumpleaños de Lala, por lo que había una enorme fiesta en su casa. Aun así, deseaba llevar a Cleo a algún otro lado, ella solía amar esta clase de fechas y estar rodeada de amor. Pero ¿Qué puedes darle a alguien que ya tiene todo? Es la pregunta que siempre me hacía todo el tiempo. Normalmente optaba por darle cosas sentimentales, cosas que solo yo podía crear. Pero en año y medio de relación pareciera que ya le había dado todo. Canciones, cartas, dibujos, esculturas, comida, poemas, un álbum de fotos de ambos...pareciera que si repetía un regalo iba a aburrirla o fastidiarla o la emoción no seria la misma, necesitaba algo nuevo, eso y acabar el regalo de Lala.

Me dejé caer en la cama y miré al cielo tratando de recordar las cosas que hicimos juntos desde año nuevo, recordando cada conversación buscando algo que pudiese gustarle, algo nuevo, algo que pudiera amar. Pero no hay nada, solo nuestras conversaciones normales, pero no hay nada nuevo, todo lo nuevo ya lo tenía, todo menos un labial de su marca favorita, solo no lo obtuvo por que se agotó. quizás si me hubiese acordado de ese "red velvet" hubiera tenido tiempo de poder recrearlo con ayuda de Jackson y Frankie, pero ya no hay tiempo y ese par de tortolos deben de estar mirando las estrellas juntos en la habitación de Frankie hasta que tenga la batería baja y deban dormir.

- ¿Qué no has tenido? - miré su fotografía en mi celular y suspiré. - dime que escondes te lo daré. - y entonces mi cabeza se iluminó como un milagro. Solo hay una cosa que jamás ha experimentado y creo poder darle. Un día como una adolescente común y corriente. No lujos, no pretender nada, nada de sonrisas falsas, no maquillaje, no tacones, no pelucas, no mascaras...solo nosotros siendo nosotros.

Me levanté y busqué algunas cosas, unas bastantes cosas. Velas, linternas, cobijas, almohadas, un cambio de ropa, su camisa favorita, un viejo walkman, algo de cerveza, mis cigarros de cereza, toallas y demás cosas. Todo dentro de una de esas bolsas sin fondo.

"gracias brujas del mundo por realizar este milagro"

Al mirarme al espejo, me quite los aretes y demás piercings, por obviedad no iba a irme en pijama aun que la propuesta fuese tentadora. Me coloqué lo más simple del mundo. Unos jeans y una camisa blanca.

Realmente no había tardado mucho en llegar a su enorme casa y le envíe un mensaje.

Hey, Ábreme la puerta

Por favor

¡son las 3 de la mañana!, ¿pasó algo?, ¿volviste a pelear con tu madre?

No, solo quiero llevarte a un lado, no te preocupes, prometo que es lindo

Esta bien, te creo. Linda forma de levantarme.

Reí un poco y llevé una mano a mi pecho sintiendo mi corazón acelerado. Dentro de mi estaba rezando a cualquier dios para que todo saliera bien.

Al abrirse la puerta vi a Cleo, tan hermosa como siempre, con su cabello alborotado, sus ojos adormilados y con esa sonrisa que la avergonzaba, besé su frente a modo de saludo.

-quería llevarte hoy en la noche, pero estaremos con Lala, así que, quiero llevarte ahora. - tome su mano apreciando su mirada confundida y un pequeño empujón oyendo un "estas tan loco", pero aun así me siguió. Ella estaba abrazada a mi espalda, y ocasionalmente me daba pequeños pellizcos a modo de "no besos". Lo solía hacer todo el tiempo cuando no podía besarla en las reuniones familiares, era otra manera de mostrar amor.

La llevé a un parque con lago, acomode las almohadas, las linternas y deje la cerveza junto las alitas entre las cobijas.

-si pudieras elegir tu nombre, ¿Cuál sería? - le cuestioné mientras ella miraba con curiosidad el bolso sacando más cosas como mi cámara y uvas, su fruta favorita.

-me llamaría Heather, definitivamente seria Heather, ¿Por qué? - se acostó a mi lado examinando los discos que había traído conmigo.

-porque, hoy...en las próximas horas, no serás Cleo de Nile, la futura reina, no hay dietas raras, no hay modales, no hay zapatos, no hay responsabilidades, no hay lujos. - tome su mano besando sus dedos lentamente. - hoy serás lo que deseas ser y no lo que los demás desean para ti. – sus ojos se llenaron de lagrimas y me abrazó con fuerza mientras acariciaba mi espalda. - así que, siempre que andes conmigo, serás Heather. - susurré besando sus finos cabellos largos y lacios los cuales tenían un olor a libro viejo y jazmín.

Esa madrugada, ella comió sin tener miedo a la mirada de Nefera, bebió, fumó sus cigarros favoritos sin comer 4 chicles después para esconder el olor, maldijo, cantó a todo pulmón, se lanzó al agua, corrió descalza, soltó carcajadas, lloró por las cosas que le pasaban, hablamos de nuestros miedos y el futuro juntos, tomó fotografías de ambos sin ser perfectos, siendo nosotros. Pude apreciar sus pequeñas ojeras de las cuales me reclamaría en unas horas. Pero valió la pena.

Ahora, año y medio después. Estaba en el mismo parque, bajo el mismo árbol, hablando de mis sueños y temores con alguien que no era ella, comiendo comida chatarra, cantando a todo pulmón, bailando con un chico. Vestidos de la mejor manera, con pequeñas joyas, un poco de maquillaje, sin zapatos y ocultos en la oscuridad, riendo de chistes que solo serán nuestros, no hay teléfonos, ni cámaras, los cigarros están tirados en algún lado, hoy no es un día en especial, solo es un domingo cualquiera. ¿Cómo una situación puede ser tan similar y distinta a la vez?

-si pudieras elegir tu nombre, ¿Cuál sería? - susurre con suavidad mientras mirábamos las estrellas.

-no lo sé, estoy bien con mi nombre, mi nombre me hace a mí. - soltó una carcajada y estiró su mano a la luna. - aun si pudiera elegir mi nombre, seguiría siendo invisibilly. ¿y tú? - se giró por completo para verme y yo por inercia hice lo mismo, en medio de la oscuridad, no podía apreciar nada mas allá de su rostro pálido.

-no lo sé...quizás seguiría siendo Deuce, pero también podría ser alguien más. - cerré mis ojos e imaginé a la mejor versión de mi mismo, no era tan diferente a lo que ya era. - Noir quizás. - solté una carcajada a lo que el negó mientras revolvía mi cabello. No deseaba ser alguien más. Pero tampoco deseaba ser yo. 

GORGONDonde viven las historias. Descúbrelo ahora