Noir

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Las semanas pasaban sin temor, el estar tan lleno de cosas que hacer hacían parecer las semanas días. Entre el trabajo, la escuela, clawdeen y las ocasiones salidas que tenía con los chicos, mi cerebro apenas estaba procesando que tenia casi dos meses sin pensar en Cleo, dos meses sin hablar con Cleo, dos meses desde que mi grupo de amigos había cambiado de manera radical, mes y medio desde que dejé de comer como es divido, un mes desde que volví a fumar como si mi vida dependiera de ello, un mes desde que no he sabido nada de mi madre, 3 semanas desde mi última revisión el médico, 2 semanas desde que traté de ahogarme en la bañera, una semana sin ver ni a Retta ni a Billy por miedo a admitir la estupidez que hice, 3 días en los que no puedo manejar lo que siento y 2 días en los que no he ido a la escuela.

En este momento concreto estoy en mi cama debajo de las sabanas ocultando mi rostro entre las almohadas, no llevo nada puesto, tampoco he salido de allí en 32 horas, el bote de pastillas esta al otro extremo de la casa, pero no tengo humor ni fuerza de ir por él, perseus ha venido unas 12 veces a verificar que esté vivo. Incluso me ha traído fruta para comer, pero no puedo hacerlo. Calíope ha tenido que comer por para no matarnos de hambre.

La habitación esta sumida en el silencio, en ocasiones se oye mi respiración y en otras mis sollozos, no termino de entender que es lo que está pasando, me siento ahogado, pero ¿Por qué?, mi vida no es mala, mi vida es un sueño para muchos, no merezco, más bien no tengo el derecho de sentirme así, no debo de estar acostado esperando a la muerte, debería de dejar de ser tan inútil, debería de simplemente levantarme de la cama y dejar de hacerme la victima de algo que yo ni siquiera conozco. Debo de ser el Deuce despreocupado y feliz de siempre, el confidente, el chico sonriente, el amigo extrovertido que esta rodeado de personas que lo quieren, aquel que es el novio perfecto, seguro de sí mismo y su única preocupación es ganar el partido...

-parece que ese Deuce murió. -susurre a la nada. estiré mi mano de manera torpe a la mesa de noche para poder beber algo de agua para evitar mi hambre nuevamente, pero no había nada. Fruncí el ceño y quité la sabana de mi rostro, la botella estaba en el suelo, vacía.

"mierda, ahora tendré que ir por más"

Mis piernas temblaron y caminé por mi casa con la mirada en el suelo para evitar ver la luz, quizás eran las 12 o un poco mas tarde. Tomé el vaso de agua con delicadeza y a duras penas lo pude llenar debido al temblor de mis dedos o mas bien de mi cuerpo en general, hacia un frio horrible y sentía a mi cuerpo congelarse.

Mire de reojo la botella de vino en la gaveta. Mordí mi labio suavemente y me coloqué de puntilla para poder alcanzarla. Tenia poco mas de un año sin tomar, pero ahora de verdad necesitaba ese trago.

"solo uno para calmarme"

1,2,3...1,2,3...1,2,3... perdí la cuenta de los tragos que le di directamente a la botella.

Mi cuerpo se había vuelto más inestable y la botella se resbaló de mis manos para estrellarse en el piso. Los trozos de vidrio me rodearon, cualquier paso que hiciera iba a cortarme, por lo que me subí a la barra para evitar tocar los cristales en el piso.

Me quedé mirando a nada estando tentado a agarrar mi cajetilla, pero al abrirla me encontré con que estaba vacía.

"podría..." caminé al baño y busqué entre los cajones el bote con pastillas para dormir, pero no estaba, quizás me lo acabe la última vez.

"genial ahora no podre dormir".

Traté de peinar mi cabello, tenia un par de hematomas en mi cuerpo, quizás me golpee dormido o hice alguna estupidez para terminar así. Me dejé caer en la bañera para poder pasar mis dedos en las zonas cercanas a mis escamas, estaban demasiado resecas, si las rascaba un poco seguro sangrarían.

GORGONDonde viven las historias. Descúbrelo ahora