Abigail
Ya han pasado tres días de nuestro regreso, Ava y Mariana han estado más unidas que nunca, Nahomis está nerviosa por algo que hizo y ahora no sabe cómo decirle a Avery, no tenía idea que ellas dos andan, cuando me lo contó no lo podía creer, sabía que le gustaba a Nahomis, pero que tanto Avery como ella estuviesen saliendo, me tomó por sorpresa. El gran detalle de todo este lío es saber si es verdad el diagnostico que le dijeron y descubrir cuanto tiempo tiene.
—Me voy a morir —dice Nahomis tirándose en el sofá de la casa.
Vinimos aquí para poder hablar bien, le dije a Nahomis que Mariana debe estar con Ava comprando ropa para ambas, ya que debo cambiar mis guardarropas.
—Quien te manda —replico cruzándome de brazos—. Es algo ilógico, Nahomis. ¿Cómo pudiste?
—¡Yo no sabía! —Grita levantando las manos al cielo—. No sabía que podía pasar...
—Ve con ese muerto a otro entierro —confieso—. Estabas bien consciente que eso iba a suceder en el momento en que...
—¡Ya bueno! —Grita—. ¿Tú le dirías a Mariana?
—Depende.
—¿De?
—Si quiero que sea sorpresa o no.
—Aquí y ahora no valen sorpresa —dice sentándose en el sofá con los brazos apoyados en sus rodillas y la cabeza metida entre sus manos—. ¿Se lo dirías?
—Eventualmente sí —me encojo de hombros, camino hacia ella—. Se va a dar cuenta, en serio.
—Lo va a descubrir, ¿cierto? —asiento con la cabeza y me agacho para ponerle una mano sobre su pierna y la otra en su barbilla para levantarle la cabeza.
—Lo hará y se formará un gran problema —los ojos de Nahomis comienzan a humedecerse—. Pero estaré contigo, como siempre.
—Gracias.
—Sin embargo, hay que decirle —comento dándole un beso en la mejilla, se abre la puerta dejando entrar a Mariana y a Ava, ambas nos miran, me levanto dándole una sonrisa a Mariana y me levanto—. Estaré contigo cuando le digas.
—¿Decir qué? —Pregunta Mariana. Puedo notar la tensión que hay en ella y la confusión en la mirada de Ava.
—¿Le dices tú o yo? —Miro a Nahomis, ella niega con la cabeza tirándose hacia atrás soltando un bufido—. Vale, le digo yo —camino hacia ambas para ayudarlas con las bolsas de compras—. Nahomis...
—No lo digas —veo que se levanta de un golpe—. Estoy embarazada —sonrío ampliamente y miro a las chicas.
Ava está feliz y corre para abrazarla, entre ellas no ha habido tensión, pero Mariana todavía tiene ideas hacia ella que estoy segura que le cuesta confiar en Nahomis y en mí. Observo a la chica que tengo frente a mí, me mira incrédula, le guiño un ojo, solo entonces se sonríe, pero sé que tiene dudas, sobre cómo me vio con Nahomis, y la manera en que nos estábamos hablando.
—Ve a felicitarla —digo dándole un beso en su mejilla y me voy a la habitación con sus bolsas.
Al poco rato, salgo a la sala, las tres estaban hablando en la cocina, no entiendo que tiene la cocina que es el lugar donde hablan más y no hay comodidad en las sillas. Me siento al lado de Ava, mientras veo a Nahomis y Mariana preparar algo de comer para el almuerzo.
—¿Qué haremos nosotras?
—Observar y verificar que quede sabroso —responde Ava, ambas nos reímos.