Abigail
Mi último problema y más importante, tú, joder, no sé si estás bien, no sé si me extrañas, si me odias, si ya tienes a otra, no sé, nunca nadie se había quedado conmigo, veo todo lo que pasó, a tu lado me sentía en casa, no quería perder eso, no te quería olvidar, pero sé que poco a poco lo haré, jamás te había extrañado tanto como cuando quise contarte algo y me di cuenta que no estabas ahí para escucharme...
—¿Qué le dijiste a Nahomis que llevaríamos para el picnic? —Pregunta Mariana desde la cocina.
—Pues... comida —digo saliendo de la habitación mientras me abrocho el botón de mi short.
—¿Irás con eso? —Pregunta señalando mi short.
—¿Qué tiene de malo? —regreso hacia adentro para ponerme una guardacamisa blanca que tiene un estampado de Slytherin, una de las casas de Hogwarts.
—A veces me pregunto qué edad mental tienes, Abigail —comenta negando con la cabeza.
—¿Quieres una?
—No, solo... olvídalo.
Me encojo de hombros, tomo una gorra negra, mis converse con negros. Soy muy practica con mi ropa, además, sudo demasiado y odio el calor, se supone que debe empezar a llover, pero está tardando en hacer efecto. Mariana en cambio irá con un vestido suelto blanco con flores y sus zapatillas con el cabello recogido en una hermosa trenza. Paso a su lado y me toma de la mano.
—Estás hermosa —me quedo viéndola por un largo rato—. No me veas así, ¿ok?
—Siempre soy yo la que lo dice primero.
—Bueno, ahora yo también quiero decírtelo las veces que quiera ¿o no puedo? —pregunto cruzándome de brazos.
—Las veces que quieras —le doy un beso en la mejilla.
—Sergio y Ava irán también —comento caminando hacia la puerta—. Han estado un poco mal por no poder quedar embarazados.
—Mientras más se presionen, menos posibilidades tienen.
—Es lo que les dije.
—Es mejor disfrutar del sexo sin tener en cuenta la meta que se han propuesto —asiente con la cabeza y se gira en seco.
—Creo que deberíamos tener un hijo —dice Mariana como si estuviese pensando en eso y hacerlo realidad—. ¿Qué piensas?
—¿Hablas en serio? —Pregunto cerrando la puerta, tomo su mano para ir caminando hacia el ascensor—. Creo que todavía no estas...
—Estoy lista para tener una familia contigo —comenta con una sonrisa. Nos detuvimos frente a las puertas del ascensor, pasa sus brazos por mis hombros para rodearme con ellos, se acerca para besar mi nariz—. A menos que tú no quieras todavía, podíamos retrasarlo un año tal vez.
—Aún seguimos mal, cada vez piensas que ando con otra —las puertas del ascensor se abren y salen una pareja, nos saludan, Mariana se separa de mí de mala gana para entrar al ascensor, pero de inmediato me toma del brazo con sus manos y recarga su cabeza—. ¿Podemos esperar unos meses más?
—Sí, amor —sonrío feliz.
Muevo mi brazo para que baje su mano y poder entrelazarla. Llegamos al primer piso y salimos. Cada uno de nosotros llegará a la hora pautada al parque que Alexandra escogió hace dos días. No teníamos planeado nada para hoy domingo, así que este plan estuvo genial. Además, iremos a la casa de Nahomis para los preparativos para saber el sexo de su bebé, la muy egoísta no ha querido compartir eso con nosotras, por lo que la obligamos en esa fiesta.